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Villacreces ofrece diferentes experiencias para comprender la esencia de la finca y poner en valor el medio natural que le rodea
Finca Villacreces ha recibido el Premio Verema a mejor iniciativa enoturística por su Día Pruno
Enclavada en plena milla de oro de Ribera del Duero, en Quintanilla de Onésimo, la Finca Villacreces abre sus puertas para dar a conocer los secretos de un espacio único en el que vino e historia se funden en un entorno para el deleite de los sentidos. Las visitas guiadas por sus reformadas instalaciones, rodeadas por un pinar bicentenario y el río Duero, se han convertido en uno de los principales atractivos de esta bodega que elabora exquisitos caldos, merecedores de los más prestigiosos galardones.
La historia de este paraje único, datado de los siglos XII-XIII, se encuentra en su mismo nombre, que se debe al primer propietario del que se tuvo constancia: el fraile franciscano Pedro de Villacreces. Los monjes cistercienses lo utilizaban no solo como espacio para el retiro y la oración, sino también para elaborar sus propios vinos que entregaban a monasterios de los alrededores. Tras pertenecer a esta orden religiosa, vendría el primer cambio con la desarmortización de Mendizábal en 1836, pasando la propiedad a manos del Marquesado de Teodosio Alonso-Pesquera, que finalmente adquiriría, ya en el siglo XX, la vallisoletana familia Cuadrado. Fue en esta etapa cuando se empezó a descubrir el verdadero potencial de los terrenos de Finca Villacreces, caracterizados por su diversidad de suelos, desde zonas arenosas hasta las más pedregosas.
Fue en el año 2004 cuando Gonzalo y Lalo Antón, del Grupo Artevino, adquirieron la finca para darle un uso puramente vitivinícola, aprovechando todas las variedades que de ella se pueden extraer: tinto fino, cabernet sauvignon y merlot. Tras una cuidadosa reforma, Finca de Villacreces fue reinaugurada en 2007 con el firme objetivo de obtener unos productos de una calidad excelente. Esto se consigue, entre otras acciones, a través de la autorregulación de las cepas, cuyo límite de producción se fija en dos kilos.
Aprovecharon esta rehabilitación para abrir al público las puertas de una singular bodega que en su día fue definida por Peter Parker como la ‘joya escondida‘ de la Ribera del Duero. Finca de Villacreces abandera uno de los proyectos enoturísticos más importantes de Ribera del Duero, donde pone a disposición de los visitantes diferentes experiencias para comprender la esencia de la finca y poner en valor el medio natural que le rodea, ofreciendo la posibilidad de observar las instalaciones y de pasear entre sus viñedos, que ocupan 64 de las 110 hectáreas de terreno que rodean la bodega. Sus 15 parcelas se entremezclan con los pinos centenarios regalando a los sentidos un agradable paseo, que se puede realizar en bicicleta -la bodega vallisoletana fue pionera en la utilización de bicicletas eléctricas para visitar la finca- en un entorno sin parangón, y ofrece un picnic rodeado de viñedos.
Este año, Finca Villacreces también ha sido noticia al recibir el Premio Verema a mejor iniciativa enoturística por su Día Pruno. Esta experiencia se ha convertido en uno de los principales ‘wine festivals’ del país donde vino, gastronomía, música y, cómo no, naturaleza se dan la mano.
Para concluir las visitas al público, Finca Villacreces dispone de un local social, dotado de tres comedores, donde se pueden realizar tanto las catas de sus productos como comidas de empresa, con un aforo máximo de 25 personas. Una completa oferta para disfrutar del enoturismo en todo su esplendor recorriendo un entorno en el que historia, tradición y buen gusto van de la mano.
Con el respeto al entorno y al valor natural de la finca como principal base, sus vinos se elaboran a partir de una cuidada selección de la uva. En una mesa de doble selección, se separan, de forma manual, los racimos para después hacer lo mismo con las uvas a través de un sistema denominado mistral. Con la ayuda de un ventilador de aire, se separan las bayas dependiendo de su calidad.
Una vez elaborados los caldos, estos reposan en las barricas de roble francés. En ellas envejecen los vinos Pruno, Villacreces y Nebro, caracterizados por una personalidad única que les ha llevado a obtener grandes reconocimientos.
Su exquisita elaboración ha llevado a que los vinos de esta bodega hayan obtenido reconocimientos internacionales. Sin ir más lejos, Pruno 2012 ha ocupado, durante más de cuatro años, un lugar privilegiado en la lista de Robert Parker (The Wine Advocate) como uno de los mejores vinos relación calidad-precio del mercado. Este coupage de 90% Tempranillo y 10% Cabernet Sauvignon es uno de los vinos mejor puntuados de entre los 151 catados de todo el mundo. Parker lo define como «un pequeño Vega Sicilia» que se encuentra al alcance de todos los bolsillos al ser uno de los caldos de mayor calidad y por menos de 20 euros.
Por su parte, Finca Villacreces, hermano mayor de Pruno y vino emblema de la bodega, fue el Ribera del Duero elegido por Felipe VI para su coronación como nuevo monarca. Los más de 2.500 invitados que acudieron a la recepción, que tuvo lugar en el Palacio Real, pudieron disfrutar de Finca Villacreces 2009 en un hecho tan relevante, y que también se convierte en un hito histórico para esta bodega con muchos secretos por descubrir.
Horario de visitas
Lunes a viernes: 11:00, 13:00 y 16:00 horas
Sábados y domingos: 11:00 y 13:00 horas
Horario Wine Bar
Lunes a viernes: 10:00 a 18:00
Sábados y domingos: 10:00 a 15:00
Contacto
Teléfono: 983 680 437
Correo electrónico: visitas@villacreces.com