Secciones
Servicios
Destacamos
La sesión inaugural del segundo día de jornadas técnicas, en Expobiomasa 2025, aborda, a través de ocho profesionales del sector, de las aplicaciones y beneficios en el mercado español y europeo del biochar
«El mercado europeo del biochar se multiplicará por 5 en los próximos años, y hay más de una decena de proyectos nuevos en España previstos»
Lorenzo Garrido, CEO de Vida Negra
La primera jornada técnica de la jornada de ayer de Expobiomasa 2025 abordó la revolución del biochar, un tipo de biocarbón obtenido a través de la pirólisis de la biomasa. Este ingrediente presenta propiedades únicas, como un alto contenido de carbono y porosidad, que lo hacen adecuado para diversas aplicaciones. Aunque su uso es conocido desde hace siglos, recientemente está ganando relevancia debido a la necesidad de transitar hacia sistemas de producción más sostenibles y libres de carbono.
La jornada ‘Biochar: Innovación y sostenibilidad. Aplicaciones y beneficios en el mercado español y europeo’, coorganizada por Biochar Initiatives Platform Spain (BIPS), comenzó con la intervención de Claudio Manver, representante de BIPS, quien explicó que esta asociación BIPS, nace con los objetivos de aglutinar a todas las empresas y personas interesadas en el biochar, divulgar información y conocimientos sobre el biochar, generar interacciones y conexiones beneficiosas entre los asociados, promocionar la producción, el uso y conocimiento del biochar o biocarbón en España como alternativa a la quema de restos vegetales, y trabajar como puente entre sus asociados y las administraciones públicas.
A continuación, dieron comienzo las ponencias sobre casos de éxito, con la explicación de experiencias reales en la utilización del biochar en diferentes sectores productivos. El primero en participar fue David Costa, de la empresa Greene, una empresa tecnológica que desarrolla materiales sostenibles a partir de residuos. «Nuestra tecnología puede obtener materiales de alto valor añadido como aceite de pirólisis, biometano, higrógeno y otros productos químicos como metanol, ceras… Las plantas de pirólisis obtienen biochar y aprovechan las fracciones para obtener energía», apuntó.
Eric Suñol, consejero delegado de Carbon Fields, habló sobre la ‘Planta de valorización de deshechos vegetales en la isla de Menorca’. Suñol explicó que el biochar presenta varios «beneficios como la retención de agua en el suelo, permitiendo combatir el estrés hídrico, y contar con carbono fijado durante miles de años, de tal forma que, si el biochar no se quema, permite dar créditos de Carbono, muy valorados en los mercados. Además, el biochar, utilizado en los suelos y combinado con compost o con purines, ofrece unos resultados interesantes». Concluyó su intervención hablando sobre su planta de Menorca, «un proyecto con mucho sentido porque buscamos conseguir el uso más eficiente de cada recurso».
La ponencia de Álvaro Espuny, CEO de Carboliva, giró en torno a ‘El biochar, una solución para el medioambiente, los suelos y la descarbonización’. «Tenemos que secar el 80% de subproducto que sale de las almazaras, pero los hornos emiten partículas y la rentabilidad de las cogeneraciones tiene una gran incertidumbre, y además la legislación termina en 2030. Es en este caso cuando Carboliva decide instalar un horno de pirólisis en continuo que calienta indirectamente la biomasa para producir biogás, conocido como gas pobre o syngas, y biocarbón en ausencia de oxígeno. Al no haber combustión, no se producen partículas de ceniza. Las ventajas medioambientales son claras: es un proceso libre de emisiones; el biocarbón es un combustible renovable, y la solución propuesta es sostenible, y más al tratarse de una economía circular, no depende de factores externos». La utilización del biocarbón se traduce en cifras -cada Tn. de biocarbón evita verter a la atmósfera 3 Tn. de CO2- y en beneficios: «El biochar mejora su capacidad de retención de agua; retiene los nutrientes; incrementa la actividad de los microorganismos; mejora la productividad y la salud de los cultivos; activa las defensas; incrementa la cantidad de carbono estable, mientras da estabilidad a los suelos. Por 1.000 kilos de biochar por hectárea se podrían regenerar 200.000 hectáreas cada año».
Ante la ausencia de Abel Zahinos, responsable de Desarrollo de Negocio de Carbón Vivo, SCCL, Claudio Mander explicó su ponencia ‘Biochar: herramienta para mejorar la resiliencia y sostenibilidad de la agricultura’. Completada con datos, la intervención de Mander dejó clara la positividad de la utilización del biochar junto con compost para mejorar los suelos. «Esto es muy importante porque estamos hablando de que en España hay 17 millones de hectáreas cultivadas, de las cuales el 80% están en secano. Está demostrado que el biochar es más resiliente a la sequía porque permite un mejor manejo del agua -conserva un 35% más de humedad- y pierde un 60% menos de nitratos. El biochar potencia el funcionamiento del compost».
El siguiente ponente, Sebastián Shrady, CEO de Carbón Emergente, habló sobre ‘La pirólisis bajo un modelo asociativo. Una solución industrial circular, descarbonizada y regenerativa’. El propósito de esta empresa es contribuir a una economía circular que secuestra carbono, restaura ecosistemas y fomenta el desarrollo regenerativo. «La producción y aplicación de biochar genera múltiples beneficios ambientales, sociales y económicos. Permite fomentar la economía circular; produjo energía renovable porque el proceso de pirólisis genera un excedente de energía térmica aprovechable; regenera ecosistemas y mitiga el cambio climático. Nuestra planta industrial de pirólisis de última generación, ubicada en la localidad cántabra de Escalante, tiene una capacidad de consumo de biomasa anual de 8.000 Tn, produciendo de 1.600 a 2.000 Tn. de biochar».
Por tercera vez subió al estrado Claudio Mander, en este caso como CEO de Vanmander, para hablar de la ‘Integración de la producción de biochar con plantas productoras de biometano’, que, a día de hoy, producen los digestatos en sus fracciones sólidas (compost) y líquidas (residuos).«El objetivo es acompañar el desarrollo del biometano para maximizar la valorización de digestatos; producir biofertilizantes adecuados a cada cultivo-manejo-suelos; producir certificados de CO2-; aprovechar la energía excedente de la pirólisis; diseñar proyectos a medida y con distinta escala de equipos de producción de biochar, y asegurar la comercialización de productos y servicios basados en biochar».
Lorenzo Garrido, CEO de Vida Negra, basó su ponencia en ‘Activar para aplicar. Aplicar para rentabilizar’, y adelantó que «la revolución del biochar está en marcha, teniendo en cuenta que el mercado europeo del biochar se multiplicará por 5 en los próximos años, y hay más de una decena de proyectos nuevos en España previstos…». Garrido habló de los créditos de carbono, y de que el biochar aún «es prácticamente desconocido para la mayoría de los agricultores; su uso es limitado a proyectos pilotos y agricultura regenerativa; existe falta de conocimiento técnico y todavía hay una incorrecta aplicación, y se han generado falsas expectativas» aunque se está dando «un gran incremento en la producción de biochar…, pero no basta con producir, hay que colocar en suelo, documentar y verificar. Aún tenemos que crear una demanda estable y sostenida con resultados consistentes; necesitamos agricultores convencidos, recurrentes y prescriptores; debemos valorizar el producto y convertir al biochar en una alternativa real y rentable para el agricultor».
Por último, la exposición de casos reales finalizó con la intervención de David Castro, director de Innovación en Alere Circular, y su ponencia ‘Biochar: El futuro sostenible de la biomasa en la agricultura. Casos reales’. Castro argumentó que el biochar es un «material rico en carbono, que se obtiene por pirólisis de biomasa orgánica; de estructura porosa, con una alta retención de agua y nutrientes, y que mantiene una estabilidad química y mecánica, con carbono estable en el suelo y cuyo material es resistente a la compresión y compactación». Todo ello trae como consecuencia unos beneficios como «mayores rendimientos agrícolas tras una captura de NPK, macro y micronutrientes; mayor retención y eficiencia del agua en el suelo; aumento de la biodiversidad; captura de carbono de la biomasa y sustituye fertilizantes químicos para reducir la huella de CO2, y promueve el comercio de proximidad y la circularidad», concluyó.