El saxofonista vallisoletano José Luis Gutiérrez pone el broche de oro al Festival de Jazz de Palencia

No importa que sea con el saxofón, instrumento que le ha valido el reconocimiento internacional, con una trompeta o con un clarinete, e incluso con una sartén o una lámpara, el sonido del músico vallisoletano José Luis Gutiérrez es diferente y reconocible desde los primeros acordes. Se ha convertido ya en un viejo conocido de los melómanos palentinos, a los que ha deleitado en innumerables ocasiones con ritmos del jazz más puro, pero también experimentos musicales, fusiones e improvisaciones.

En la noche de ayer, José Luis Gutiérrez presentó en el teatro Principal de Palencia el último proyecto en el que se ha sumergido, la unión de las tradiciones musicales ibéricas con los modelos abiertos e improvisadores que caracterizan al jazz. Un sonido que él mismo ha bautizado como iberjazz, y que ayer logró meterse en el bolsillo al público palentino.

Acompañado por su nueva banda, José Luis Gutiérrez puso el broche de oro al Festival Jazz de Castilla y León, que cumple este año su octava edición en la capital palentina. Aprovechándose de su maestría al saxo le han definido como un elegido por la música, el compositor vallisoletano consiguió extraer novedosas sonoridades de diferentes instrumentos de viento, acercando al público actual sones tradicionales, procedentes de diferentes folclores y culturas, pero transformados con el particular toque jazzístico y con una puesta en escena prácticamente teatral en algunos momentos. Globos, escaleras, cualquier objeto cotidiano parecía servir ayer para encadenar sonidos melodiosos, que despertaban la admiración del público.

El ciclo lo abrió el grupo Coda, un quinteto vocal femenino, que ofreció un concierto basado en grandes éxitos del jazz, pero también de otros géneros, como la bossa, el gospel, el pop o el funk. El segundo grupo fue la Big Band Modulando, un grupo de Castilla y León que interpreta un repertorio clásico.