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LUIA ANTONIO CURIEL
Viernes, 9 de septiembre 2011, 03:16
Baltanás se vistió ayer de gala para honrar a su patrona, la Virgen de Revilla. Esta talla representa el momento de la huida a Egipto y está formada por la Virgen, el Niño, San José y el burro. Los baltanasiegos la tienen como abogada de viajeros, navegantes y emigrantes. Este grupo escultórico es una de las tallas más originales de la provincia.
Numerosos cofrades y devotos acompañaron a su patrona en la procesión y posterior eucaristía. El desfile salió de la parroquia de San Millán y se dirigió a la ermita, con asistencia de las autoridades locales y provinciales, el pregonero y las damas de honor y caballeros de las fiestas. La romería fue presidida por la cruz parroquial, del siglo XVI, que se muestra en el Museo del Cerrato Castellano. A continuación, los maceros acudieron vestidos con sus mejores galas a escoltar la bandera de Baltanás, que minutos antes fue entregada por la alcaldesa, María José de la Fuente. Los estandartes de la cofradía y la imagen de la Virgen de Revilla fueron portados por varios cofrades, peñas y vecinos de la localidad.
También el grupos de danzas La Cobata arropó a Nuestra Señora con varias jotas en su honor. Cientos de fieles se sumaron a la romería a lo largo del recorrido, que estaba perfectamente engalanado gracias a las colgaduras que prenden de calles y hogares, todas ellas realizadas por la cofradía de Nuestra Señora de Revilla, en una iniciativa que ha sido pionera en la provincia. Las aclamaciones a la Virgen de Revilla en forma de vivas se sucedieron a lo largo de toda la procesión. Cofrades y devotos expresaron de esta manera su profunda fe en la Virgen.
La eucaristía fue presidida por Rafael Núñez, párroco de la localidad, quien animó a todos los baltanasiegos a honrar a la Virgen y ver en ella un modelo de vida. Numerosos fieles y sacerdotes se congregaron en el oficio religioso. Uno de los momentos más emotivos fue la presentación de las ofrendas, con el pan y el vino, las flores portadas por las damas de la localidad, una de las colgaduras que engalanan las calles a cargo de los caballeros y la jota que el Grupo de Danzas La Cobata dedicó a la patrona. También resultó especialmente entrañable la adoración de la talla original, del siglo XIII, que fue robada en 1981 y que apareció dos años después.
Baltanás celebró el día grande con la quinta degustación popular de sangría organizada por la peña Zombies, animada por la disco móvil, y tuvo lugar el cuarto concurso de mascotas disfrazadas y la sexta edición de la carrera de camas.
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