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Ana Santiago
Miércoles, 5 de noviembre 2014, 13:45
El programa se llama 'En mi casa'd y su nombre lo explica casi todo. El nuevo programa 'En mi casa' de la Junta, todavía implantado solo como experiencia piloto en Castilla y León , busca transformar las residencias de mayores o, al menos, una parte de las mismas, en centros lo más parecido posible a un hogar. La Consejería de Familia ha puesto en marcha, desde hace dos años, las unidades de convivencia que consisten en que un grupo de mayores de entre doce y quince personas si es residencia y ocho a diez si es centro de día comparta parte de las instalaciones y de su vida diaria como si de una casa de amigos se tratara. Son unidades en las que sus inquilinos pueden desde hacer la compra o la comida hasta elegir sus talleres ocupacionales o cognitivos en función de sus gustos y necesidades; hacer realidad sus aficiones como la jardinería, las plantas, la pintura, artesanía o la costura. Y todo ello con flexibilidad de horarios, de visitas de sus familias, y con participación activa en la toma de decisiones pero, a la par, bajo el paraguas de un centro residencial con equipo profesional y servicios.
Sin embargo, el desarrollo de estas unidades puede haber una o más por residencia e, incluso, implantar en alguna el modelo por completo sufre una lenta implantación y la carencia de regulación. Al menos así lo estima el PSOE. De ahí, la pregunta oral del grupo socialista que ayer defendió en Comisión de Familia e Igualdad de Oportunidades en las Cortes,Jorge Félix Alonso, respecto a la implantación de este programa en las residencias de mayores.
El procurador socialista preguntó por el alcance, evaluación y grados de dependencia que atendía el programa. Fue el director de Familia y Políticas Sociales, Carlos Raúl de Pablos, quien acudió a las Cortes para hacer balance de este nuevo modelo de asistencia social. Explicó así que el sistema de atención residencial y de centros de día por el que ha apostado la Junta tiene una triple vertiente. Por una parte, están los centros multiservicios y, por otro, las unidades de convalecencia y las de convivencia; y centró así su intervención, en respuesta a la pregunta parlamentaria, en estas últimas. Así destacó que este modelo «busca respetar las preferencias de los mayores, su participación para lograr una mayor independencia, autonomía, calidad de vida e inclusión social» y destacó que los resultados son hasta ahora plenamente satisfactorios.
El centenar el próximo año
Explicó que estos centros que buscan parecerse a un hogar cuentan en su modelo con personal de referencia, cambios estructurales y grupos reducidos y que, tras las experiencias pilotos que ya hay en todas las provincias, se cuenta con 65 unidades de convivencia un centro puede tener más de una que corresponden a en 55 casos a residencias y en los diez restantes están en centros de día. «El proyecto es llegar a las cien en 2015», aclaró De Pablos. Calculó asimismo en función del número de plazas que ofertan estos servicios que, actualmente, habrá unos ochocientos mayores que ya viven en estos centros hogar. Unas ratios que permiten calcular que, a finales del próximo ejercicio, ya serán entre 1.200 y 1.250 las personas mayores que convivan bajo este nuevo modelo asistencial.
En cuanto al personal que proporciona atención directa a estos residentes, De Pablos explicó que los pilotajes se habían llevado a cabo con dos personas por la mañana y turno de una y media por las tardes, y esto último siempre igual en los centros de día. Asimismo, este responsable de políticas sociales destacó, en cuanto al grado de dependencia de los beneficiarios, que «el modelo no clasifica a las personas que viven en estos espacios de convivencia por su nivel de autonomía, razón por la que hay personas con mayor o menor independencia física o psíquica, sino por su afinidad y vínculos. No hay criterio de dependencia», añadió.
Por su parte, el procurador socialista Jorge Félix Alonso destacó que su partido apoya este modelo y que está de acuerdo con su filosofía; pero señaló que, precisamente por ello mismo, su implantación está siendo lenta. «El objetivo tiene que ser el extenderlo al 100%» y dado «que hay unas 43.000 plazas residenciales, estamos muy lejos de ello. Hay además una parte de las anunciadas que están todavía en fase de creación; por lo que sólo el 5% tiene acceso a este tipo de atención. Hay mucho trabajo por delante insistió; por lo que es necesario diseñar una estrategia para extenderlo por toda la comunidad». Asimismo, el PSOE insistió algo que también reclama el propio sector en que se regule cuanto antes porque dará garantías a los centros y a los usuarios. Carlos Raúl de Pablos destacó a este respecto que «la normativa deberá determinar qué número de personas pueden participar, cuántas unidades, circunstancias diversas, qué capacitación de be tener el profesional y, por lo tanto, su formación. Por ello, hace falta extraer todas estas conclusiones de las experiencias piloto y establecer consenso con el sector». Y, «será más sencillo extenderlo cuando esté regulado», concluyó.
Estas experiencias, encuadradas en el marco de la investigación y la acción, destacan fuentes de la Consejería de Familia, ya han comenzado a aportar resultados. «Los profesionales perciben que los residentes duermen mejor y disfrutan más de la comida, se muestran más contentos, aumentan la participación y el interés por las actividades, presentan mayor vínculo con el profesional que les atiende y disminuye su estrés al no cambiar de cuidador, mejoran su autonomía, se sienten tenidos en cuenta y se ha disminuido el número de caídas». En cuanto a los familiares, «realizan más visitas, más prolongadas en el tiempo y sin horarios establecidos, manifiestan que ven mejor a su familiar, mejoran su confianza en el centro y en los profesionales, al estar permanentemente informados y contar con un interlocutor, y disminuyen su sentimiento de abandono del ser querido». Y, los profesionales «se implican más en las tareas, están más motivados, trabajan en equipo y comparten decisiones». En los centros ha mejorado el clima laboral.
Asimismo, el director de Políticas Sociales destacó que el proyecto ya está implantado en centros residenciales propios, es decir, públicos y también en privados, con y sin ánimo de lucro, grandes y pequeños y rurales y urbanos; lo que permite conocer un abanico importante de posibilidades.
En cuanto a los centros multiservicios, hay 237 que prestan un total de 601 servicios, y que están cubriendo en gran medida las necesidades de apoyos de personas mayores que, de lo contrario, se habrían visto abocados quizás a abandonar su hogar y acudir a un centro residencial. Forman parte de los mismos aspectos como ayuda a domicilio, lavandería o estímulos cognitivos.
Resultados
Estas experiencias, encuadradas en el marco de la investigación y la acción, destacan fuentes de la Consejería de Familia, ya han comenzado a aportar resultados. «Los profesionales perciben quelos residentes duermen mejor y disfrutan más de la comida, se muestran más contentos, aumentan la participación y el interés por las actividades, presentan mayor vínculo con el profesional que les atiende y disminuye su estrés al no cambiar de cuidador, mejoran su autonomía, se sienten tenidos en cuenta y se ha disminuido el número de caídas». En cuanto a los familiares, «realizan más visitas, más prolongadas en el tiempo y sin horarios establecidos, manifiestan que ven mejor a su familiar, mejoran su confianza en el centro y en los profesionales, al estar permanentemente informados y contar con un interlocutor, y disminuyen su sentimiento de abandono del ser querido». Y, los profesionales «se implican más en las tareas, están más motivados, trabajan en equipo y comparten decisiones». En los centros ha mejorado el clima laboral.
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