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El 'Superman' zamorano en la isla de Lesbos

El 'Superman' zamorano en la isla de Lesbos

El Ayuntamiento de Zamora reconoce la labor del bombero José Luis Calleja en el rescate durante 18 días de refugiados sirios en Grecia

ALICIA PÉREZ

Viernes, 8 de enero 2016, 17:37

No son superhéroes asegura, sin embargo los refugiados sirios les ven como 'supermanes' a su llegada a las costas de la isla griega de Lesbos. Allí, a 14 kilómetros de la costa de Turquía, en la mayor zona de paso de refugiados, ha estado durante 18 días, sus vacaciones de Navidad, el bombero zamorano José Luis Calleja ayudando a los refugiados que llegan a través de las aguas del Mar Egeo en embarcaciones tipo zodiac 'low cost' y con 40 o 50 personas a bordo. En ocasiones, hasta 170. El Ayuntamiento de Zamora ha hecho un reconocimiento público a la labor solidaria del bombero, que presta servicio en el parque municipal desde hace 28 años.

José Luis Calleja ha participado en las labores de ayuda humanitaria del 16 de diciembre al 3 de enero a través de la ONG G-Fire, creada por bomberos de Castilla y León que se relevan cada 15 días en turnos de cuatro. La primera remesa «de avanzadilla» estuvo formada por cuatro bomberos de Palencia y ahora hay dos compañeros palentinos y dos de Salamanca. José Luis Calleja estuvo junto a otros dos bomberos del Ayuntamiento de Palencia. Su tarea es de rescate «puro y duro» con el fin de que los refugiados que viajan en barca lleguen sanos y salvos.

«Nuestra labor, aunque parezca que somos unos superhéroes, es simplemente ayudarles a que tengan un desembarco seguro», explica el zamorano, «porque vienen de pasar entre tres y cinco horas en una travesía de 14 kilómetros». Un viaje en el que es fundamental el estado del Mar Egeo, que puede pasar, según describió, de ser como el Lago de Sanabria a un Cantábrico enfadado.

«Es la mayor zona de influencia de refugiados y la zona de paso por la cercanía que tiene de Asia a Europa. Los refugiados piensan que es el paso más corto, el más sencillo y es el que utilizan mayormente para entrar en Europa», explicó durante el reconocimiento que le dedicó el Ayuntamiento de Zamora con la presencia del alcalde, Francisco Guarido; el concejal de Seguridad Ciudadana, Antidio Fagúndez, y el jefe de bomberos, Herminio Ramos.

A los bomberos de Castilla y León se les ha asignado a través de Acnur, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, una zona de acantilado entre dos playas al norte de Mitilene, la capital administrativa de la isla. «Realmente lo que intentamos es que los barcos lleguen a la zona de playa, ayudarles a bajar de forma segura y cuando en alguna ocasión algunos de los barcos se paran pues entrar al agua y remolcarlo o intentar arrancar el motor y prestarles ayuda». Se trata de un trabajo que hacen sin medios técnicos, tan solo con aletas y trajes de neopreno rojos y negros. «Cuando nos ven llegar al barco nadando, creen que ven a Superman que ha llegado a rescatarlos porque la inmensa mayoría no nada y por eso se ahogan pero es nuestra labor del día a día y para nosotros es lo más normal del mundo», explicó el profesional del Servicio de Extinción de Incendios de Zamora sobre la principal causa de muerte en el trayecto, ya que la mayoría muere en la orilla porque se asustan y se tiran al agua aunque no saben nadar.

Explicó que a la zona llegan entre cuatro y ocho embarcaciones al día y en cada barca, que fabrican en la costa de Turquía «para este menester» con entre cinco metros y medio y seis de largo y dos metros y medio de ancho y un motor precario de 30 caballos, entre 40 y 50 personas tras pagar 1.000 euros de media por pasaje. Esto supone en torno a 2 millones de euros al día de negocio. «Cuando la gente llega a la costa, si han pasado un mal viaje, lo primero que hacen es tirarte el niño. Da igual que tenga cuatro o tres años o sea recién nacido y venga envuelto en una mantita. Lo único que te queda es cogerlo», afirmó sobre uno de los límites que se habían marcado y que no cumplieron.

«No somos la solución a esto», reconoció, «pero intentamos poner nuestro granito de arena y yo vengo con la conciencia tranquila de haber echado una mano a alguna familia que se quedó en la playa o a una viejecita ciega a la que ayudamos un día y la llevamos por un camino de 1,5 kilómetros».

En los 18 días no tuvo que intervenir en grandes incidentes porque los diez primeros hubo buena climatología. El 25 de diciembre el tiempo cambió y el frío y el fuerte viento dificultaron unas labores que realizan por turnos de 2 de la madrugada a 2 del mediodía.

Los bomberos voluntarios de Castilla y León estarán en la zona «mientras podamos y nuestros recursos nos lo permitan». Tras los bomberos de Palencia y Salamanca que hay actualmente en la zona, irán dos de Valladolid y dos de Burgos, y la intención es que la primera quincena de febrero vayan cuatro profesionales del Ayuntamiento de Zamora. José Luis Calleja ya piensa en volver. «Mi intención es hacer el relevo de la segunda quincena de abril o la primera de mayo», afirmó convencido a pesar de las guardias de intenso frío que «te va consumiendo y te agota».

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