Charo Reina: «Por desgracia, sigue habiendo diferencias entre clases sociales»

Una actriz que canta. Así se define Charo Reina (Sevilla, 1960), gran folclórica de España, que empezó en el teatro a los catorce años y cumple ya 41 en la profesión. Tres razones la hicieron abrazar el canto y ligarlo al teatro: su pasión por la música, de la que se confiesa que «vive enamorada»; porque el apellido «obliga», y porque cumple el deseo de su tía Juana de ser su sucesora «y la quiso hacer feliz».

Así, Charo Reina comenzó en el teatro cuando se matriculó en la Escuela de Arte Dramático, y a cantar a los 28: «mi veneno, que fue el teatro, se convirtió en más veneno aún cuando lo uní con la música». Ha podido compaginar las dos cosas y se siente muy feliz haciendo lo que hace. Esta noche demostrará toda su fuerza en 'Agua, azucarillos y aguardiente', una zarzuela en un acto en la que actuará junto con el Coro Titular del Teatro Carrión y de la Orquesta Filarmónica de Valladolid.

En la obra interpreta a doña Simona. ¿Quién es?

Simona es la madre de Asia, y es una mujer que vive preocupadísima por solventar las deudas que tiene con su casero. Es una mujer buscavidas y que permanece en Madrid para que su hija encuentre un buen marido, un marido con dinero, con poderes, y no mágicos sino crematísticos.

Al contrario que en la obra, en España se está avanzando en la liberación de género -participó en un vídeo para el Día del Orgullo Gay- y de la mujer. ¿Cómo ve el avance?

Gracias a dios las mujeres hoy en día ya han espabilado, como se dice en mi tierra, y se saben solventar sus problemas solas. Yo creo que si en algo hemos evolucionado las mujeres en este tiempo es saber que somos auto suficientes y que no necesitamos a un hombre para que no resuelva nuestro asuntos. Nos hemos convertido en personas para dejar de ser seres débiles que estaban siempre a la expensa de lo que el nombre podía proporcionar.

La obra refleja el contacto entre la clase media empobrecida y las más populares. ¿Hay alguna relación con la actualidad?

Las grandes obras clásicas, tanto en la zarzuela como en el teatro, tiene mucha vinculación con el estado actual. Desgraciadamente, porque es algo que se debería haber superado hace tiempo. Pero sigue habiendo muchas diferencias de clase. El teatro muchas veces es intemporal en ese sentido. Cosas que sucedieron hace muchos años están sucediendo otra vez. La temática de las diferentes clases sociales ha vuelto en este momento a la palestra y a un primer plano. Hoy en día existen demasiadas diferencias entre clases.

¿Le habría gustado vivir en el Madrid castizo que se refleja en la obra?

Estoy muy a gusto viviendo en la época en la que vivo. A lo mejor si no hubiera conocido lo que hoy en día existe, a lo mejor sí, pero conociendo las los adelantos que hemos llegado a conseguir y por las que hemos luchado día a día, yo estoy mas a gusto en esta época que en aquella. En parte por la sumisión de la mujer en esa época, y no me gustaría vivir eso otra vez. Me gusta vivir donde vivo, cuando vivo de la manera que vino ahora mismo. No me gusta dar pasos atrás, ni siquiera para coger carrerilla.

¿Ve futuro a la zarzuela y la copla?

La copla y la zarzuela siguen vivas. Todos lo que nace del pueblo, es del pueblo y es para el pueblo, y el pueblo lo recibe. Dicen que cuando una canción la canta el pueblo, es para siempre, y creo que la zarzuela estará siempre vigente porque es música muy nuestra, estilo totalmente español, y la copla lo mismo. Actualmente hay mucha gente cantando copla muy buena, con mucha juventud, empujando muy fuerte. Y lo que hace falta es que los que estamos ya ahí lo apoyemos, y que la gente vaya al concierto para que eso no muera. Si tenemos música autóctona del país es precisamente la zarzuela y precisamente la copla. Igual que el tango en Argentina o la ranchera en Méjico. El flamenco es muy español pero tiene otras raíces. Pero la copla, el cuplé o la zarzuela, es muy nuestro. Deberíamos preservarlo y mimarlo muchísimo.

Le han calificado 'la perfecta descendiente de Carmen Díaz', ¿se siente como tal?

Lo dijeron en una crítica de teatro de hace muchos años, cuando era un principiante, que se especializó en los papeles de los hermanos Álvarez quintero. Esa comparación fue un regalo divino. Carmen Díaz fue la mejor actriz quinteriana de todos los tiempos, así se la consideraba. Y cuando un crítico abre un texto diciendo: 'Carmen Díaz ha vuelto, ahora se llama Charo Reina', pues es lo mejor que me podía pasar.

¿Valladolid es para usted también, igual que para su tía Juana, un termómetro de cómo va a respoder el público en sus espectáculos?

Mi tía Juanita siempre estrenaba en Valladolid sus espectáculos y muchos famosos, entre ellos Rafael, venían a Valladolid a disfrutar del acto entero porque según la respuesta del público, se anulaban algunas canciones en la gira que se iniciaba aquí. Valladolid ha sido para muchas artistas, y para mi también, ese termómetro. La ciudad tiene un público muy inteligente, que sabe apreciar lo bueno. Lo he comprobado en varias ocasiones. Además, cuando los artistas dicen eso, es por algo. No es frío, es que sabe lo que quiere, y no se 'calienta' por cualquier cosa. Yo prefiero un aplauso caluroso en el momento concreto; el que aplaude todo, a mi no me convence.

¿Cómo se afronta atuar con el Coro Titular del Teatro Carrión y con la Orquesta Filarmónica de Valladolid?

Es maravilloso. Es un regalo. Por mucho que sea una actriz invitada, que hayas podido conseguir el triunfo... Si no estas bien arropada por tus compañeros, nada es posible. Todo es un produzto de un conjunto, sobre todo en una zarzuela y en otras de gran formato. El éxito depende de todos. El estar acogida por la filarmónica y del maravilloso coro por lo menos es una garantía de que bien arropada, vas a estar.

En Valladolid hay una variada oferta gastronómica, ¿Cuál es su comida favorita de la ciudad?

(Risas) ¿Me lo vas a contar a mi? Yo no he dejado de comer, y tengo papeles de gordida en todas las obras. En Valladolid hay un sitio muy cerquita del teatro Zorrilla de comer chicharrones muy peligrosos. Pero me gusta todo. La carne es maravillosa.