Las altas temperaturas de 2022 adelantan la plaga de procesionaria en Valladolid
Muchas de las orugas ya habían salido del bolsón por el cálido invierno, sobre todo en Huerta del Rey, pero su reactivación temprana les ha llevado a la muerte por el frío de estos días
El termómetro lleva unos días habituado a reflejar temperaturas bajo cero en Valladolid, algo que no ha sucedido en muchas ocasiones durante este invierno cálido que se está viviendo en la ciudad. Estas circunstancias anómalas, que llevan al mercurio a tener una media mucho más elevada de lo habitual, tienen consecuencias en los árboles y se puede ver cómo las especies más tempraneras ya han comenzado su ciclo vegetativo. Pero estos cambios no solo afectan a la flora. También se dejan sentir en la fauna y el ciclo de la procesionaria se ha visto alterado por estos cambios, tal y como explica la profesora asociada de la Universidad de Valladolid de plagas y enfermedades forestales, Ana Isabel Magide. «Estas dos semanas de frío, y las que nos quedan por venir, harán que se retrase la salida y que las más precoces, las que ya hayan bajado del árbol, mueran por las bajas temperaturas», indica Magide.
Esas orugas más precoces de las que habla Ana Isabel Magide ya se han dejado ver por Valladolid, y desde la concejalía de Medio Ambiente se desvela que «puntualmente» se han localizado ejemplares en la zona de Huerta del Rey y ya se han quemado «entre 25 y 30 bolsones».
El ciclo de la procesionaria es anual. Todos los años pasa por los mismos procesos y se reproduce de la misma manera. Lo único que puede cambiar de unos años a otros es la fecha de inicio de las 'procesiones', que dependen totalmente de la temperatura exterior. Las orugas bajan del árbol para enterrarse en el suelo y pasar a la fase de crisálida, pero para hacer este movimiento necesitan unas temperaturas que ronden los 20 grados. «Si no se dan estas condiciones, la procesionaria no baja del árbol», explica la profesora de plagas y enfermedades forestales, quien asegura que las cálidas temperaturas del invierno han podido adelantar el ciclo, pero las heladas actuales han acabado con un buen porcentaje de esas 'orugas precoces'.
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La procesionaria es una especie gregaria y eso le lleva pasar el invierno en unos bolsones que les ayudan a mantener la temperatura interior, pese a que fuera se registren importantes heladas. Los colocan en los lugares en los que el árbol recibe más calor para mejorar sus condiciones de supervivencia. Cuando creen que lo peor del invierno ya ha pasado, abandonan el bolsón y bajan a la superficie con el fin de enterrarse y comenzar la fase de crisálida, que acaba cuando se transforman en polillas. Las polillas adultas ponen huevos sobre los pinos durante el mes de julio y pasados entre 30 y 40 días nacen las larvas para completar el ciclo de la vida de este lepidóptero.
¿Por qué la procesionaria es peligrosa para tu perro?




Respira, coge aire y mantén la calma. Los nervios pueden causar que cometas un error al dar los primeros auxilios y puedes contagiárselos a tu mascota.
Debes protegerte con guantes y mascarilla pues los pelos urticantes de la oruga también te afectan a ti. Lo siguiente es lavar las zonas afectadas con agua caliente. Si hubiera pelos en el pelaje, entonces es conveniente meter al perro bajo la ducha o en la bañera y rociarlo por completo con agua caliente.
Evita que tu perro se lama las patas o el pelaje, es muy peligroso. La ingesta de algún pelo urticante de la oruga puede producirle una reacción alérgica grave. También debes procurar que no se rasque, pues eso puede aumentar el picor y causar heridas.
Acude a un veterinario cuanto antes para prevenir reacciones letales. Es posible que tu can necesite medicación.
AUX STEP FOR JS
«La procesionaria es una especie más peligrosa para los humanos y los perros que para el pino». Así de tajante se muestra la profesora de plagas de la Universidad de Valladolid, que explica de esta manera de dónde viene el mayor peligro de esta especie: «El pino convive con la oruga y logra subsistir. Nosotros podemos conocer a la especie y separarnos de ella, pero el perro ve algo que se mueve y puede ir a por ello. La oruga tiene unos pelos urticantes que, en el momento que se ve atacada, los suelta. Los tiene en unas cavidades sobre el lomo y cuando se ve en peligro libera estos 'pelitos' al ambiente y su poder urticante puede causar graves problemas a los que se encuentren cerca en ese momento», concluye.
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