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Niñas participantes en la misa rociera que se celebró en la iglesia del colegio de Lourdes.

Los andaluces de Capuchinos

La comunidad de vecinos que llegó a Valladolid desde el sur tiene su sede en la vía aledaña al paseo de Zorrilla

Víctor Vela

Miércoles, 9 de marzo 2016, 14:14

Los colores de la fachada, el verde y blanco de este bar de la calle Capuchinos, condena cualquier posibilidad de incógnito. De camuflaje. Imposible ocultar que aquí está la sede (una de las dos sedes; la otra, en Francisco Suárez) de la Casa de Andalucía en Valladolid. Con los tonos de la bandera autonómica en las paredes, con faroles colgados, con azulejos en las columnas, con una Virgen del Rocío frente al mostrador del bar, con una biblioteca que es la wikipedia andaluza en papel:la gran enciclopedia de Andalucía, la historia del flamenco, Andalucía en imágenes. En ese plan.También hay fotos:de la fiesta del Rocío, de paisajes de Jaén, de chimeneas de las Alpujarras.

Antonio Martín las mira con el orgullo de la tierra natal. Es el presidente de la Casa de Andalucía en Valladolid. Un colectivo que nació en 1978 por iniciativa, entre otros, de Pepe Marfil y que hoy reúne a cerca de 200 familias. «Aunque muchos de los socios ya no nacieron allí abajo». Dice Antonio que es ley de vida. Que aquellos andaluces que hace treinta, cuarenta, cincuenta años vinieron a Valladolid han tenido aquí descendencia, que sigue vinculada a la asociación por las raíces de sus padres y abuelos. ¿Por qué venir a Valladolid?«Hubo dos motivos principales. El primero fue Renault, la industria del automóvil. Pero también se vino mucha gente por la azucarera», indica Martín. Su caso fue algo distinto. Con once años recaló en Valladolid para ingresar en El Salvador, en el colegio de huérfanos militares. Era el curso 1951-1952. Hace mucho tiempo. Pero Antonio todavía conserva el deje en la voz. «Yo soy de Graná», dice. «Granaíno», asegura el presidente de la Casa de Andalucía en Valladolid.

El colectivo ha celebrado estos días su semana cultural. Ayer, 28 de febrero, fue el Día de Andalucía. Cerraron así los actos programados este año con una misa rociera en la iglesia del colegio de Lourdes y la posterior comida de hermandad. Durante esta semana han organizado un concierto de Soledad Luna, la actuación de Maskekante, una velada de chirigotas de Carnaval, un recital de Raúl Olivar. Y además, las actuaciones de las formaciones propias, como el grupo de baile Azabache, el coro rociero Romero y Jara y la compañía de teatro Pino Cairel.

La oferta cultural y formativa de la Casa de Andalucía se completa con los cursos de sevillanas y castañuelas que imparte Carmina Romero (natural de Sevilla), los talleres de guitarra y cajón que dirige el cordobés Antonio Sendra, las clases de flecos que coordina María Teresa Cuesta. «Los trajes andaluces llevan flecos y su cuidado es muy importante. Aquí se enseña cómo se ponen, si son buenos, si están bien hechos y anudados...». Y además, clases de fotografía y de informática.

«Andalucía, para comérsela», dicen las letras que decoran el bar de la Casa de Andalucía. La carta recoge que aquí hay gazpacho, salmorejo, que sirven rebujito... Ycon la especialidad del pescado. «¿En qué sitio vas a encontrar un besuguito frito por nueve euros?», pregunta Sergio Sánchez, quien desde el año pasado se encarga de la gestión hostelera del local. Juegan además con el tirón de la película y por eso anuncian Ocho pinchos vascos, una campaña que ofrece en la Casa de Andalucía tostas y cazuelitas inspiradas en la cocina vasca.

La película, cuentan aquí, ha tenido éxito porque se hurga en los tópicos. «Ylos tópicos funcionan. Siempre tienen algo de cierto», indica Martín, más conocido por el Pampa por su localidad de origen, Pampaneira, en Las Alpujarras, seleccionado como uno de los pueblos más bonitos de España:casas encaladas, tejados planos cubiertos de lajas de pizarra y launa (una especie de arcilla impermeable). Pero estábamos con los tópicos.

«Nosotros los andaluces somos más abiertos. El amigo de Valladolid es una garantía, alguien para toda la vida. Pero de entrada es más serio. Si tú por ejemplo entras en una tienda de Andalucía puede que vuelvas con lo que buscabas y con mil cosas más. Me pasó con un amigo que iba a comprar un carrete a una tienda de fotografía y salió con una cámara digital y hasta el trípode», cuenta Martín. «Creo que al final es una forma de afrontar la vida. Cuando te mueras ya vas a ir serio, así que, ¿por qué tanta seriedad hasta entonces?». En la provincia vallisoletana viven 4.048 personas que nacieron en Andalucía, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). La mayor comunidad es la sevillana (785)y en segundo lugar está la que procede de Jaén (614). Luego ya vienen Cádiz (604), Córdoba (590), Granada (523)y Málaga (514). A gran distancia, Huelva (217)y Almería (201). En Andalucía viven 6.601 vallisoletanos.

«Ateísmo creyente»

Una vez cerrada esta Semana Cultural, la Casa de Andalucía ya piensa en sus próximos eventos. Como los actos por la Feria de Abril de Sevilla. Como la caseta gastronómica de las fiestas. Como la procesión del Rocío que organizan en junio desde la ermita del Villar (en Laguna). «Yo siempre he dicho que en Andalucía hay un ateísmo creyente. Personas que no creen en Dios, pero que tienen una devoción intensísima por la Virgen.». Aquí organizan, el primer sábado de cada mes, a las 20:00 horas, una salve rociera.

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