De fiestas y con mucho estilo

Las fiestas de agosto y septiembre, tanto de los pueblos como de la ciudad, están en la agenda de todos los jóvenes. Pero para vivir los festejos populares no vale cualquier pantalón ni camiseta. Lo que se lleva es una equipación completa de cada peña, con colores, nombres y serigrafías al gusto del consumidor. Si usted está pensando en crear una peña para las fiestas de Valladolid y pretende ir a la moda o, por el contrario, quiere diferenciarse del resto, siga leyendo, aquí encontrará lo que se lleva este año en trajes festivos. Y es que un color feo o un peto demasiado justo o demasiado ancho pueden hacer que ellas no sean las reinas del baile ni ellos los números uno en la lista de ligues.

Los peñistas, ahora, buscan comodidad a la vez que originalidad y diseño. En aras de ese confort, un peto es lo que usted necesita. A quién no se le ha caído durante una noche de fiesta sin fin alguna gota de refresco mezclada con lo que cada uno prefiera. Si usted llevase unos vaqueros, irían directamente a la lavadora, nada de ponérselos al día siguiente. Ahora bien, si cae en un peto, da completamente igual, porque está precisamente para eso, para ensuciarse. Tanto con los tirantes colgados de los hombros como caídos, o con las perneras estiradas, o recogidas, o una de cada forma, no hay prenda más cómoda que esta para una jornada de fiesta. Los profesionales que trabajan en el comercio de estas prendas aseguran que el color que más se lleva, además del tradicional negro se nota que es el color más sufrido este año destacan los colores fluor, por aquello de hacerse notar. Se acabó el reinado del rosa palo. Verde fluor, amarillo fluorescente o fucsia destacan por encima de todos, aunque si usted decide que es demasiado chillón, Sofía, la propietaria de la tienda El Triunfo, asegura que «el blanco también se está llevando mucho este año». Las tendencias en esto cambian continuamente y, además de incluir estos colores con los que los miembros de una peña podrán encontrarse con facilidad de un lado al otro de la Plaza Mayor, lo que está desfasado es el peto a dos colores. Ahora son lisos, de un solo color, y lo único que llega a romper la simplicidad es el nombre (o en su defecto el mote) de quien lo lleva, serigrafiado en una pernera.

Pero si usted quiere destacar por encima de todos, no puede limitarse a llevar un simple peto por muy original que sea. Debe ponerse una camiseta que vaya acorde con la parte de abajo de su cuerpo. Lo más cómodo y práctico es una camiseta de manga corta, ya sea de algodón o, como comienzan a llevarse este año, de tejido antitraspirante. En cuanto a colores, la tendencia no varía respecto a los petos. Cuanto más brille bajo los focos de la discomovida, mejor. El diseño se complica un poco más. Para empezar, los chicos han cogido la costumbre de ponerse los cuellos para arriba y por eso prefieren un polo, aunque la crisis afecta a todo, incluido el pasarlo bien, y una camiseta es mucho más económica. Aun así, los problemas para las chicas no acaban aquí, ya que puede encontrarla de manga corta, de buzo o de tirantes.

En algunas ocasiones, las peñas pretenden emular a equipos de fútbol y colocan nombre y número en la espalda de sus camisetas, aunque Rodrigo, responsable de la tienda Rubi-5, afirma que, ahora, lo normal «es poner el nombre de la peña por delante y el nombre con un dibujo detrás», por aquello de la crisis. Para el dibujo, lo tradicional: toros en todas sus variedades, gente corriendo, bebida... aun así hay peñas que le dan una vuelta de tuerca y buscan diseños a cuatro colores, frases ingeniosas o serigrafías que se salgan de lo normal. Si aún no tiene nombre para su formación, no se vuelva loco, los nombres tradicionales como Resacón en las Moreras, Caray que Borrachera o Ceda el Vaso, siguen a la orden del día.

En septiembre, en Valladolid, suele hacer fresco, menos por la noche, que hace frío. Este fenómeno ni es nuevo, ni es un problema. Una sudadera combinada con cualquier cena o bebida hace entrar en calor hasta a aquellos a los que les corre sangre de pingüino por las venas. Sobre la bebida, Natalia, dependienta de la tienda Work Men, no tiene estadísticas, pero sí sobre las sudaderas. «Lo más normal afirma es que se lleve sudadera con capucha o de canguro, el cuello redondo ya no está de moda». Los colores siguen la línea de dejar medio ciego a algún desprevenido que le apunte con una linterna. Amarillo, verde, rosa... todo fluorescente. Además, incluyen el nombre y el dibujo de la peña, y a veces el del pueblo, para reivindicar la procedencia.

Pañuelos o sombreros son los complementos más utilizados, pero es un gasto a mayores. Si decide prescindir de ellos, nadie le juzgará.

Esta es la moda para las peñas. Pero como siempre, las reglas están para romperlas, así que atrévase a innovar, crear su propia tendencia y convertirse en un nuevo diseñador de ropa festiva al que todas las peñas rindan homenaje el año que viene.