Truchas y románico

Sepan ustedes que no me tengo por mentiroso ni por exagerado, pero reconozco que tengo amigos que lo son, pues ejercen orgullosamente de cazadores y pescadores. Por estos últimos, que son buena gente a pesar de sus pequeños defectos, sé que el coto de pesca de truchas de Manquillos es uno de los mejores de la provincia de Palencia. Y no me extraña, porque si yo fuese trucha o trucho -que dice el dicho que se quieren mucho-, también me gustaría disfrutar y culebrear en las límpidas aguas que por Manquillos desliza el río Carrión.

Sean o no pescadores, desde aquí les recomiendo que, si tienen un rato, se den una vuelta por los sotos y riberas que se instalan a los pies de Manquillos, pues el paseo les merece la pena. Además, podrán disfrutar de una acogedora población, en la que también podrán deleitarse en la contemplación de otra de las pequeñas iglesias románicas que normalmente pasan desapercibidas en las rutas turísticas sobre el románico palentino.

Me refiero a la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, que se cree fue la iglesia de un monasterio medieval fundado en el siglo XII, por lo que de esa época conserva una excelente cabecera románica de tambor con tres bellos ventanales de la misma época adornados con similares capiteles, a la que acompaña una nave ya de principios del siglo XIII que se cubre con bóvedas de cañón, arcos apuntados y hasta de arista, pues fue reformada por maestros canteros del siglo XVI.