Mayo abre la puerta a la siembra del teff, cereal etíope, que descarta la fauna silvestre
La Universidad de Valladolid, a través del grupo PROCEREALtech, estudia desde hace diez años las propiedades de este grano
En estos días se habla del teff desde varios frentes. Por un lado, los agricultores que cultivan este cereal ultiman los detalles de la siembra ... que se lleva a cabo entre el 10 y el 15 de mayo, y desde el punto de vista del estudio, la Universidad de Valladolid ha recibido esta misma semana a un grupo de agrónomos etíopes para darles a conocer los estudios que desarrollan con este grano, precisamente, originario de Etiopía.
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Óscar Rodríguez, es un agricultor zamorano que comenzó a cultivar hace cinco años teff y hasta la fecha, asegura que está «muy contento» con el resultado. Desde el punto de vista agronómico, «necesita muchas horas de sol y que el suelo tenga bastante temperatura», explica, «para que te hagas una idea, la semilla es como la arena de la playa, muy difícil de sembrar, sobre todo, porque hay que adaptar las máquinas a un grano tan fino y lo mismo a la hora de cosechar, ese es el principal problema».
En Castilla y León existe una empresa en la provincia de Zamora, que es la cierra las hectáreas con los agricultores y garantiza la compra. Fue un técnico de esa empresa el que le habló a Óscar de este cereal. «Aunque tengo otros cultivos, me decidí por el teff porque en mi zona tenemos un problema enorme con la fauna y gracias al técnico, que es un fenómeno, y su asesoramiento, con el teff los daños son mucho menores, el ciervo pasa de largo y el jabalí hace agujeros pero nada significativo».
Para nacer, este cereal necesita «muchísima agua» y la época de siega tiene lugar sobre la segunda semana de septiembre. Es la empresa la que fija el precio, «aquí no entramos en especulación», dice Óscar, «ya sabes lo que hay cuando lo siembras» y sobre los costes, pone como ejemplo algo que entienden muy bien las gentes de campo: «Calcula los mismos que un trigo de regadío». ¿Los riesgos? Quizás mayores que con otros cultivos pues «si pasa como el año pasado que entró coco, no se puede echar nada, no tenemos productos específicos».
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En el caso de la Universidad de Valladolid, hace ya diez años que comenzaron las investigaciones sobre el teff en el seno del grupo PROCEREALtech, al que llegó este grano a través del investigador etíope, Dr. Workineh Abebe. Este grupo pertenece a la Escuela Técnica Superior de Ingenierías Agrarias del Campus de Palencia y está liderado por Felicidad Ronda Balbás, catedrática de Tecnología de Alimentos de la Universidad de Valladolid.
Sin gluten
Durante la visita de los profesionales etíopes han podido mostrar en detalle las actividades de investigación llevadas a cabo por PROCEREALtech sobre la aplicación del grano de teff en el desarrollo de productos innovadores sin gluten y, por otro lado, han compartido conocimientos y experiencias para configurar un proyecto internacional que estaría liderado por el grupo de la UVa y que abarcaría toda la cadena alimentaria, desde la producción agraria hasta la transformación.
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«Es un grano que no contiene gluten y según hemos podido comprobar, su contenido de minerales es muy alto, sus proteínas son de muy fácil asimilación, es muy equilibrado en cuanto a aminoácidos y como se moltura entero, posee un alto contenido en fibra», destaca Ronda. Además, comparado con el trigo, su índice glucémico es bajo lo que convierte este grano en idóneo para pacientes con diabetes.
Del teff al alpiste pasando por el cáñamo
En el caso del teff, la doctora Ronda reconoce que una de las virtudes más apreciadas es que no tiene gluten y frente a otros cereales o pseudocereales «tiene mayor intensidad de sabor que la harina de arroz, lo que se valora de forma muy positiva». Desde el punto de vista del cultivo añade que «presenta gran potencial ya que tiene una buena adaptación a diferentes altitudes, siendo resistente tanto a las sequías como a las inundaciones. Estas características son actualmente muy necesarias en la producción agraria, que debe adaptarse para hacer frente a los efectos del cambio climático». Desde PROCEREALtech investigan nuevos ingredientes como el alpiste, uno de los granos menos conocidos pero con grandes posibilidades de futuro. Más conocidas son las semillas de cáñamo, entre ellas existen variedades que no contienen sustancias psicoactivas, y que son otra baza interesante «ya no como fuente de almidón, sino por su alto contenido proteico y la calidad de su aceite».
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