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Una investigadora examina el sarcófago exterior del faraón. Mohamed Hossam- Efe

La resurrección de Tutankamón

Los sarcófagos y el ajuar del faraón niño se someten a un delicado proceso de restauración en el laboratorio del GranMuseo Egipcio

luis alfonso gómez

Martes, 6 de agosto 2019, 11:56

El sarcófago exterior de Tuntankamón no volverá a la tumba KV62, la más pequeña del Valle de los Reyes, con menos de 110 metros cuadrados. Después de 3.300 años, el pasado 22 de julio salió de la necrópolis de Luxor, entre grandes medidas de seguridad, para ser restaurado por primera vez desde el descubrimiento de la tumba de este faraón niño, en 1922 por el arqueólogo Howard Carter.

«Estamos mostrándoles un artefacto histórico único, no solo para Egipto sino para el mundo», dijo el ministro de Antigüedades, Jaled El Enany, a los periodistas que el pasado domingo vieron la pieza en el Gran Museo de Egipto (GEM), a solo dos kilómetros de la Gran Pirámide de Guiza.

En el laboratorio de este extraordinario museo, dedicado por completo al Antiguo Egipto y que abrirá sus puertas a finales del próximo año, los científicos trabajan contra reloj en la puesta a punto de la colección estrella. La de Tuntankamón, por supuesto, aunque él no fue el más importante de los faraones ni muchos menos y solo debe su fama a que su tumba se salvo de los saqueadores y llegó hasta nosotros intacta.

Con un ajuar extraordinariamente rico, eso sí: numerosas armas; seis carros –cuatro ceremoniales con la madera recubierta de oro; más de un centenar de bastones de ébano, marfil, plata y oro... y la momia del monarca, que murió a los 19 años y que reinó nueve, entre 1336 y 1327 antes de Cristo.

El cuerpo de Tuntankamón estaba dentro de un sarcófago de cuarcita roja, que contenía tres ataúdes antropomorfos encajados uno dentro de otro, a modo de matrioska. En el último, la momia de este rey de la dinastía XVIII encaraba la eternidad con la cabeza y los hombros cubiertos por una máscara de oro macizo que, junto con los sarcófagos interiores, hasta ahora se exponía en el Museo de Antigüedades Egipcias de El Cairo.

Muy dañado

El gran ataúd de madera exterior, dorado y de 2,23 metros de largo, se reunió hace tres semanas con el resto del tesoro. «El sarcófago ha sufrido muchos daños, incluidas grietas en las capas de yeso doradas y una debilidad general en todas las capas doradas», advertía Eissa Zidan, jefa del Departamento de Restauración de Primeros Auxilios del GEM. Su recuperación exigirá entre ocho y nueve meses de minucioso trabajo y la idea es que la restauración esté terminada para la apertura del Gran Museo, cuyas obras se iniciaron en 2008 y que será sin duda uno de los grandes reclamos para los turistas que visiten el país.

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