
Jorge Holguera Illera
Sábado, 23 de abril 2016, 12:14
El presente curso, hace el número 40, de los que el colegio, hoy concertado, Montessori, lleva en funcionamiento. Este centro educativo que pusieron en marcha los empresarios Fernando Martí Moríñigo y Manuel Martín García en 1975, como el colegio del barrio Garrido, ante la expansión del mismo, pasa por diferentes dueños, hasta que, a mediados de 1990, lo adquiere un grupo de familias. A partir de ese momento, se inicia la andadura del proyecto educativo actual, según palabras de Fernando Sopeña, director de este centro por noveno curso consecutivo.
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Como peculiaridad, este profesor de la asignatura de lengua y literatura en 3º de Educación Secundaria destaca que hay dos profesoras que ejercen desde el inicio de este centro, es decir, desde 1975. Son Pilar Verde y Tensi Hernández. Ambas serán citadas especialmente en el acto de conmemoración de este aniversario, que tiene lugar hoy en este centro. Se espera la asistencia de alrededor de 350 personas. Constará de un acto institucional, con los discursos de rigor. Hablará en representante del Ayuntamiento que se persone, el director y un miembro del Consejo de Administración del colegio. Los asistentes a esta celebración podrán escuchar a Fernando Alberca, conocido por obras como Todos los niños pueden ser Einstein. Habrá dos momentos muy especiales. Uno de ellos es el estreno del himno del colegio, compuesto por la profesora de música de este centro, Begoña Marco;otro será la proyección de un vídeo conmemorativo, realizado por el profesor y antiguo alumno, Ignacio Alberca.
El director, recuerda que para Salamanca, «40 años no son nada», por su gran historia, con relevantes acontecimientos como el «800 aniversario de la universidad». No obstante, en opinión de este profesor de origen asturiano, «cuarenta años para un colegio es un paso, como en la vida de una persona, hacia la madurez de un centro que se sigue sintiendo totalmente joven». Esta frase hay que entenderla en ese sentido que distingue a la juventud por sus características de «rebeldía e inconformismo», anota el director. Esta última característica es la que achaca a este centro, de ahí que resalte que son «un colegio totalmente inconformista». Esto quiere decir que continuamente están «buscando una renovación en nuestro afán de alcanzar esa excelencia educativa». Entendiendo esta como el «mejorar día a día nuestro servicio educativo a las familias de nuestros alumnos». Precisamente, esta cuestión implica «un trabajo continuo, por parte de todos los profesores, de estar al día, de renovarse, de estudiar,.. eso es Montessori», puntualiza. En esta misma sintonía se pronuncia el lema del centro, que dice: «Un lugar para hacerse persona», en el que prima el necesario acompañamiento y apoyo de las familias en este proceso educativo, encaminado a «no sólo la enseñanza de unas materias, sino que se forme una persona». Esto quiere decir que persiguen «de manera conjunta con los padres, establecer con cada alumno un proyecto personal de mejora». Esto conlleva «una relación y un trato personal muy directo, muy continuo y permanente».
Una de las partes que contempla el proyecto educativo del Montessori está enfocada a los padres. Para ellos tienen destinadas tres líneas principales. Una de las actividades son los puntos de encuentro, «que son conferencias que se llevan a cabo a lo largo del curso, dependiendo de las etapas», explica el director, es decir, «hemos tenido sobre alimentación para Infantil; afectividad y sexualidad para último curso de Primaria y Secundaria; drogas y alcohol para Secundaria,..», esto quiere decir que acoplan las propuestas a cada nivel. Otra actividad es la que denominan Sábados Educativos y Cursos de Educación General.
A nivel académico, Fernando Sopeña, hace hincapié en la importancia que dan al idioma, porque «prepararles para que salgan con el idioma es clave». El resultado es que cada alumno termina su formación con el nivel C1 y muchos con el B2, algo que no es más que «el reconocimiento externo que les abrirá muchas puertas».
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Su modelo educativo cuenta con un reconocimiento externo, por el que llama la atención a colegios de diferentes partes de España. Sirva como ejemplo que este año han recibido la visita de dos centros de Cantabria, uno de Aragón y otro de Burgos. Todos ellos con la intención de seguir sus pasos.
La dinámica de trabajo que tienen en el aula, en este centro educativo, es la Unidad Completa de Aprendizaje, UCA. Entre otras ventajas, «la finalidad no es que no haya deberes, es que el aula, en el momento de la clase, sea completo, donde al alumno se le presente un objetivo, se le explique, trabaje ese objetivo y lo evalúe. La consecuencia directa es que no hay deberes, pero es la consecuencia, no es el fin. El fin es que la clase sea el momento de aprendizaje del alumno», finaliza.
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