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El mago Yunke fue el maestro de ceremonias en la presentación de Santi Cazorla como jugador del Villarreal. Pau-HoyoyoVisualLab

Santi Cazorla: asturiano de nacimiento; salmantino de resurrección

El fisioterapeuta Juan Carlos Herranz recuperó al jugador para la práctica del fútbol después de casi dos años apartado de los terrenos de juego por las secuelas de una lesión

J. A. Pardal

Valladolid

Sábado, 29 de septiembre 2018, 12:45

Superadas diez operaciones en su pie derecho, un injerto de tejido en el talón y una infección bacteriana que había devorado 8 centímetros de esa zona de su cuerpo, Santi Cazorla se presentó en la consulta del fisioterapeuta Juan Carlos Herranz, en Salamanca, con la firme intención de volver a sentirse futbolista, tras casi un año en el dique seco y los tres anteriores aguantando el dolor para poder seguir peloteando.

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Era el 10 de julio de 2017 y el asturiano, ostensiblemente cojo tras el calvario por el que había atravesado, aún albergaba la esperanza de volver a ser importante en el máximo nivel. Su travesía por el desierto comenzó con una fisura en el tobillo en un encuentro con la Selección en 2013, frente a Chile. Jugó con dolor creciente hasta que el 10 de octubre de 2016 su cuerpo dijo basta y tuvo que parar repentinamente.

Nueve meses después, aún sin divisarlo, comenzaba su renacer. «Nuestro primer objetivo era que tuviera una vida digna», reconoce aún sorprendido por lo conseguido el especialista que le ayudó en su recuperación, y que se reconoce «orgulloso» del trabajo que realizó y con el que ha conseguido que el internacional en 77 ocasiones con La Roja vuelva a brillar en LaLiga Santander. «Llegó sin muletas porque era capaz de sujetarse, pero era un tema bastante grave», relata.

Junto al preparador físico Arturo Martínez, íntimo amigo suyo, el fisioterapeuta salmantino ideó un plan de trabajo para recuperar al deportista, con el objetivo de que volviese a jugar al fútbol, pese a que en Inglaterra habían descartado por completo esa posibilidad. «En Medicina no hay nada escrito, no es una ciencia exacta y sé que los cuerpos y los tejidos evolucionan de forma diferente en cada persona. Conozco a Santi de la Selección [Juan Carlos Herranz ha formado parte del equipo médico de La Roja] y sé que es un luchador y de sus posibilidades a la hora de recuperarse de una lesión. Me dijo que estaba dispuesto a pelear, y yo le dije que pelearía con él».

Los tratamientos, «en los que se iban cumpliendo poco a poco pequeñas metas», comenzaron por intentar que el menudo futbolista, nacido en 1984 en la localidad asturiana de Lugo de Llanera, caminase sin dificultad y los resultados fueron llegando. Recuperó movilidad y potencia y no solo consiguió andar sin tambaleos, sino que empezó a correr y a soñar con la luz al final del túnel.

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Cuando ya la veía cerca e incluso Arsene Wenger confiaba en poder contar con él para alguno de los encuentros del Arsenal de la pasada temporada, los kilómetros de oscuridad volvieron a crecer; tuvo que someterse en noviembre a su decimoprimera intervención quirúrgica en la zona. Pese al revés, el trabajo previo había servido de mucho. «La operación fue más sencilla porque una parte del tendón se había desinsertado del hueso, pero habíamos sido capaces de mantener la otra», cuenta Herranz.

A partir de aquí comenzó realmente el esprint final del futbolista, que suma más de medio millar de partidos entre LaLiga, la Premier, la Champions League y sus comparecencias con la Selección. No llegó a tiempo de volver a vestir la camiseta de los 'gunners' antes de que su contrato espiara el pasado mes de junio, pero se pudo ejercitar en Oviedo en los campos de El Requexón y en Salamanca junto a los jugadores de Unionistas, que por aquel entonces disputaban las eliminatorias de ascenso a Segunda B.

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Ahora, aún con molestias, «algo lógico después de once operaciones pero que no le impide jugar al 100%», disfruta en el Villarreal de su vuelta a la competición. «Estamos más que satisfechos por la rapidez con la que se ha dado todo y especialmente porque, aunque yo puedo no ser objetivo, lo está haciendo muy bien y siendo clave en su equipo». Palabra de fisioterapeuta orgulloso.

«Siempre miro la alineación del Villarreal»

Juan Carlos Herranz en una foto de archivo. Almeida

Con una consulta saturada en Salamanca, Juan Carlos Herranz tuvo «problemas graves para poder atender a Santi», pero quiso hacerle un hueco para trabajar con él «por ser quien era». Ahora, cuando la recuperación del jugador ya es completa, se ha convertido en un hincha más del submarino amarillo, aunque solo sea por estar pendiente, de primera mano, de cómo evoluciona el talón del asturiano. «Antes no seguía mucho al Villarreal, aunque era un equipo que me parecía simpático. Ahora lo primero que miro es cuándo juega, la alineación y después, si no lo puedo ver, lo sigo por Twitter o por donde sea», reconoce este profesional desde su clínica. Asume que el riesgo para Cazorla es evidente, «porque tiene la zona muy dañada y a sus 33 años ha jugado muchas temporadas al máximo nivel». Por ello, su tratamiento estuvo «encaminado a que no tuviera recaídas, pero no solo en la zona de la lesión, sino en las demás afectadas por su problema». Considera que si el futbolista quiere mantenerse en activo con su talón «tiene que mimarlo como aun hijo».

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