Dos goles al contragolpe sacan del descenso al Real Valladolid Promesas

Presentó buena entrada El Prado a pesar del horario y de la abundante lluvia que caía sobre el feudo cerámico. Los locales no tardaron en dejar su impronta sobre el verde gracias a una jugada ensayada desde el córner izquierdo que Ceberio mandó alto.

El dominio inicial del bloque blanquiazul no solo no se diluyó con los minutos, sino que fue a más. La banda derecha de Choco suponía un peligro constante para un filial blanquivioleta que aguantaba estoicamente las embestidas talaveranas.

Sin embargo, el mismo flanco que estaba resultando un dolor de cabeza para los visitantes fue la parcela desde la que llegó la mejor jugada de la primera parte. Era el minuto 23 cuando Víctor Narro recibió el balón en el centro del campo y se zafó de todos los rivales que se cruzaron en su camino antes de dejar solo a Paulo Vítor, que ajustició a Edu con un fuerte disparo a la escuadra izquierda.

El 0-1 rompió el duelo. El Talavera, que estaba controlando el juego y llegando con mucho peligro a la portería defendida por Samu Casado, perdió algo de claridad. No obstante, los jugadores de Julio Baptista tampoco eran capaces de afinar con el último pase en sus acercamientos al área de Edu.

Los momentos finales de la primera parte fueron un vendaval local. Espoleados por una afición enfadada con las decisiones arbitrales, las ocasiones y los acercamientos no paraban de llegar. Dani Pichín se erigió como el jugador más peligroso del Talavera en ataque. Primero no acertó en el mano a mano al enviar alta una vaselina y luego Samu Casado le negó la anotación con una buena parada a un disparo desde la frontal.

El descanso fue un balón de oxígeno para el colectivo pucelano, pero el asedio del Talavera no cesó ni un instante. Aunque el Promesas lo intentaba con peligro al contraataque por la banda de Apa y Víctor Narro, las acciones ofensivas brillaban por su ausencia.

Refrescó, antes de alcanzar la hora de juego, Baptista a su equipo con la entrada de Fran López y Roberto Arroyo, pero fue Perales el que tuvo el empate en sus botas en un nuevo mano a mano en el que Saturday molestó lo justo al delantero valenciano para impedirle rematar con comodidad.

El Real Valladolid Promesas consiguió, por primera vez en el choque, igualar las sensaciones sobre el campo pasado el minuto 65. A pesar de una falta de Góngora que la grada llegó a festejar como gol al percibir que había entrado en la portería, los visitantes mostraron carácter para ser capaces de frenar a un Talavera volcado en busca de la igualada.

Tanto es así que, cuando se cumplía el minuto 96, el revulsivo Arroyo condujo la pelota desde el medio del campo hasta plantarse delante de Edu para hacer el 0-2. Victoria de fe para un Promesas que, gracias al contraataque y a una rocosa defensa, asciende hasta los nueve puntos y sale del descenso a costa de un Talavera que se dejó el invicto como local.