Un Eibar-Real Valladolid con Palencia en el banquillo

Los partidos entre la Sociedad Deportiva Éibar y el Real Valladolid han sido siempre bastante igualados, con muchos empates y victorias mínimas de uno u otro. Aquel que se disputó en «Ipurúa» el 14 de mayo de 2006 no fue una excepción, decantándose la balanza del lado vallisoletano, gracias a un gol de Víctor en la primera parte.

Lo más curioso del encuentro estuvo en los banquillos, pues ambos técnicos estaban unidos por el nexo común de sus orígenes palentinos. El entrenador del Éibar era Javier Pérez, nacido en Villarramiel, y el del Real Valladolid, Alfredo Merino, natural de Palencia capital. Ambos eran jóvenes, 45 años Pérez y 36 Merino, y los dos habían llegado a sus cargos como consecuencia del cese de otros entrenadores.

El Éibar comenzó la temporada con Carlos Terrazas, que fue sustituido por Roberto Olabe, quien a su vez dejó el puesto a Javier Pérez, con menos recorrido en el futbol profesional que sus predecesores. El Real Valladolid fichó a Marcos Alonso, que se mantuvo en el cargo 25 partidos, siendo relevado por el técnico del filial, Alfredo Merino, quien tampoco tenía entonces un currículo profesional demasiado extenso.

El objetivo del equipo eibarrés era el de la permanencia, mientras que el del conjunto vallisoletano, el ascenso a primera división, de modo que ni uno ni otro cumplieron con lo previsto, puesto que el Éibar protagonizó una temporada nefasta, se clasificó el último y descendió a segunda división B.

El cambio de entrenador tampoco le dio resultado al Pucela, pues el balance de Alfredo Merino en los 16 partidos que estuvo en el banquillo, fue de 6 triunfos, 2 empates y 9 derrotas, clasificándose en un discretísimo 10º lugar, a tanta distancia del ascenso como del descenso.

Y no puede decirse que la plantilla blanquivioleta no estuviera compensada, o no fuese competitiva, pues en aquella temporada estaban Bizzarri, Mario, Marcos, Pedro López, Sousa, Joseba Llorente,Tote, Víctor y Aduriz , hasta que fue traspasado al Athlétic en el mercado invernal.

Cuando eibarreses y vallisoletanos se vieron las caras en el estadio de «Ipurúa» ambos tenían opciones de engancharse al tren de las posibilidades de lograr sus objetivos, de modo que el triunfo del Pucela constituyó un palo para los azulgranas y una inyección de optimismo para los blanquivioletas.

El gol del triunfo visitante lo marcó Víctor, a los 28 minutos, y aunque el Éibar reaccionó y trató al menos de equilibrar el resultado, su dominio territorial resultó ineficaz, pues la zaga vallisoletana no solo estaba poblada, sino que actuó con resolución y acierto. Justo es destacar la labor de Albano Bizzarri, el guardameta argentino que había llegado en la temporada 2000-01 para cubrir el hueco dejado por César y se mantuvo en la plantilla blanquivioleta durante seis temporadas en las que disputó 190 partidos oficiales.

Dirigió el partido el colegiado Herráez Prieto, presentando los equipos las siguientes alineaciones.

S.D. EIBAR: Rubén Falcón; Iker Garai, Fagoaga (Borrell 82'), Castiñeiras, César Caneda; Azkoitia, Manel, Solabarrieta, (Arriaga 46'); Jaime (Magallanes 46'), Mikel Bergara e Iñigo.

R. VALLADOLID: Bizzarri; Pedro López, Curbelo, Ramis (Baraja 72'), Óscar Sánchez; Chema, Iván Hernández, Oscar Morales, Broli; Carreño (Sousa 64') y Víctor (Tote 72').

Los dos técnicos, que tantas coincidencias presentaban, siguieron al frente de sus respectivos equipos hasta el final de temporada, aunque ninguno continuó en la siguiente campaña. Javier Pérez dejó de entrenar en el futbol profesional, mientras que Alfredo Merino se marchó al Atlético de Madrid B, volvió luego al filial blanquivioleta, para desvincularse un año después y fichar por el Tenerife.

Tras su paso por el equipo isleño entró a formar parte del grupo de técnicos de Ramón Martínez en el futbol base del Real Madrid.

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