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rebeca adalia
Lunes, 6 de junio 2022
No es frecuente oír hablar en Antigüedad, del religioso Juan de Mariscal, que fue benefactor del municipio gracias a la fundación de Capellanías y Obras Pías o Fundaciones que inscribió en su testamento, que hicieron posible construir las escuelas de la villa.
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Estas líneas pretenden dar a conocer su dimensión y grandeza humana para que salga del olvido en el que ha estado inmerso hasta nuestros días.
Hay que contextualizar el momento histórico en el que vivió Juan de Mariscal. En el siglo XVII la sociedad era estamental, clasista y discriminatoria, y la nobleza y clero impusieron su poder a la burguesía, artesanos y campesinos.
Juan de Mariscal nació en Antigüedad y fue bautizado en la iglesia de La Asunción en 1637, ante sus padres Juan de Mariscal y Ana de Santamaría. Su vida fue breve, pero intensa. Llegó a ser canónigo de la catedral de Palencia y murió el 17 de septiembre de 1684, con tan solo 47 años, habiendo hecho testamento previamente en el que estipulaba la repartición de su herencia.
La envergadura que Juan de Mariscal tuvo para el municipio de Antigüedad queda patente tras la consulta de parte del testamento que se custodia en el Archivo Diocesano de Palencia. Entre las cláusulas del testamento dispuso lo tocante a su alma, otras cosas de su obligación y unas prebendas para la población de Antigüedad.
Siglo XIV: Antigüedad era lugar de behetría de Juan Rodríguez de Sandoval, y sus señores naturales eran los Lara, de Vizcaya y los de Valverde.
Siglo XVII: Era villa realenga y existían dos molinos harineros que molían con agua del valle en la Ermita de Nuestra Señora de Garón.
1637: Juan de Mariscal es bautizado el 21 de septiembre en la iglesia de La Asunción.
1684: Muere el religioso Juan de Mariscal, canónigo de la catedral de Palencia.
Siglo XVII: Era villa realenga y existían dos molinos harineros.
En otro orden de cosas, encargó a sus testamentarios mandaran hacer un sagrario para colocar la custodia que él mismo había regalado a la iglesia, para cuyo efecto dejó a la fábrica de la parroquia.
Así mismo, mandó que de sus bienes y hacienda se dispusiera una parte para comprar alimentos para los pobres más necesitados, entre los que se encontraban 24 viudas.
A sus testamentarios también dejó encargado que asentaran en las tablas de la iglesia, en los libros de Becerro y en los libros de Concejo de la villa dichas reparticiones, suplicando a cura y alcaldes «la conciencia así lo hagan guardar y cumplir y ejecutar». Incluso dejó consignada que la limosna debía repartirse en las Pascuas.
Sin duda, el religioso Juan de Mariscal ya no quedará en el olvido gracias al trabajo de investigación de Ana María López Encinas.
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Óscar Bellot | Madrid y Guillermo Villar
José A. González y Leticia Aróstegui (gráficos)
Quique Yuste | Segovia y Francisco González | Segovia
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