Viñetas de dirigentes de Vox aparecidas en la revista 'El Jueves'.

Yo soy 'El Jueves'

Hoja de calendario ·

Recurrir a estos métodos para callar a los críticos y a los discrepantes conduce a modelos de escalofriante inhumanidad

pedro villalar

Jueves, 8 de julio 2021, 07:56

Podrá o no gustar la prensa satírica, pero el humor agraz, iconoclasta, salvaje incluso, forma parte de la tradición más profunda de las grandes democracias ... , y emana de la vieja sátira y del antiguo epigrama, que eran herramientas de crítica social que contribuyeron al equilibrio de los poderes del Antiguo Régimen.

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No pensaban igual los islamistas que el 7 de enero de 2015 atacaron con metralletas en París la redacción de Charlie Hebdo, matando a 12 periodistas e hiriendo a otros once. Poco después, millones de personas se manifestaron en Francia bajo el lema 'Je suis Charlie' (Yo soy Charlie), en son de airada condena contra quienes pretendieron no solo homenajear ciegamente a su cruel dios sanguinario sino también atacar los cimientos de la civilización occidental. El pecado de los asesinados y heridos había sido caricaturizar a Mahoma.

En este contexto, la divulgación del domicilio y de los datos personales y de contacto del editor de 'El Jueves' por haber caricaturizado a los líderes de Vox adquiere resonancias muy inquietantes. Recurrir a estos métodos para callar a los críticos y a los discrepantes conduce a modelos de escalofriante inhumanidad. Muchos ciudadanos gritamos simbólicamente también «Yo soy El Jueves».

El parangón, que la memoria de todos establece a la vista del último desmán, debería plantear la pregunta de hasta dónde estamos dispuestos a tolerar una heterodoxia que impregna de odio a un país que quiere vivir en paz.

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