Solaria, una compañía en crecimiento, que genera energía solar fotovoltaica, 100% verde y limpia, y está presente en España, Portugal, Italia, Grecia, Alemania y Uruguay
Cuenta con una historia única en el sector solar participando en toda la cadena de valor a lo largo de los últimos 20 años
Solaria, empresa de desarrollo y generación de energía solar fotovoltica, se ha consolidado como líder fotovoltaico en la Península Ibérica con 2.786 MW en operación y construcción. Además, la compañía ha alcanzado los 7,7 GW en puntos de conexión en España y Portugal. De esta forma, Solaria ya ha alcanzado la visibilidad total sobre 6,2 GW que responde a su objetivo para 2025.
Esta compañía en crecimiento, que cotiza en Bolsa desde 2007 y en el IBEX35 desde 2020, cuenta con una historia única en el sector solar, participando en toda la cadena de valor a lo largo de los últimos 20 años.
Solaria genera energía solar fotovoltaica, 100% verde y limpia, y está presente en España, Portugal, Italia, Grecia, Alemania y Uruguay.
Solaria apuesta por Castilla y León donde cuenta con un pipeline de 2 GW que se divide en 621 MW en operación, 174 MW en construcción y 1.200 MW en tramitación.
Solaria ha hecho una apuesta muy fuerte por esta comunidad autónoma, donde tiene hoy el 40% de sus activos en operación y se ha convertido en uno de los principales inversores en Castilla y León, de hecho, es la primera empresa por potencia instalada en la comunidad.
Castilla y León es una región idónea para el desarrollo de energía solar fotovoltaica debido a sus condiciones climatológicas y a que cuenta con la mayor extensión del territorio español lo que facilita la búsqueda de terreno.
La empresa tiene, actualmente, varias plantas en operación en el territorio autonómico, repartidas por las provincias de Castilla y León, concretamente, un total de 18 proyectos. En Palencia: Sigma, Armus Solar, Capricornius y Algiedi; en León: Ursa y Villamañán; en Zamora: Sirius, Delphinus, Draco Solar y Hércules; en Salamanca: Santiz, Valdelosa y Palacio del Arzobispo, y en Valladolid cuenta con hasta tres en Tordesillas, una en Medina del Campo y otra en Renedo.
Con estas plantas y las futuras, Solaria gestionará energía verde 100% renovable evitando hasta 897.435 toneladas de CO2 al año, lo equivalente a 575.000 coches, y suministrará energía a más de un millón hogares anualmente.
La comunidad jugará un papel clave en la transición energética. Actualmente es ya la comunidad autónoma con mayor generación renovable de España, con más de 25.000 GWh.
Solaria ha obtenido la declaración de impacto ambiental (DIA) favorable para las cuatro plantas que conforman su proyecto fotovoltaico Garoña, en Burgos, por una capacidad total de 595 megavatios (MW).
El proyecto fotovoltaico de Garoña es un claro ejemplo de transición energética, ya que reemplazarán una central nuclear que ha completado su vida útil por una instalación de energía verde, no contaminante y, sobre todo, mucho más barata.
Solaria invertirá 360 millones para desarrollar este proyecto que producirá la electricidad equivalente al consumo anual de toda la provincia de Burgos, como para abastecer a unos 300.000 hogares.
El proyecto ‘Garoña 595 MW’ creará 2.300 empleos nuevos en la construcción del parque, siempre priorizando el empleo local, además de la creación de empleo indirecto, y tendrá una vida útil de 30 años.
La instalación fotovoltaica en Garoña evitará la emisión a la atmósfera de 285.000 toneladas de dióxido de carbono al año, equivalente a las emisiones de 185.000 coches.
Solaria desarrolla su actividad en sintonía con el entorno y evita la construcción de las plantas fotovoltaicas en zonas o terrenos con protección ambiental (natural, agrícola, arqueológica).
Las plantas fotovoltaicas de Solaria no producen ningún tipo de contaminación acústica, atmosférica, química, lumínica ni por olores por lo que son totalmente respetuosas con el medio ambiente. De hecho, sus instalaciones no provocan ningún perjuicio sobre el suelo, sino que ayudan a la regeneración de la capa vegetal. Esto es gracias al proceso de construcción y las metodologías de mantenimiento y seguimiento ambiental que utilizamos.
Solaria desarrolla su actividad en sintonía con el entorno y evita la construcción de las plantas fotovoltaicas en zonas o terrenos con protección ambiental (natural, agrícola, arqueológica).
Las plantas fotovoltaicas de Solaria no producen ningún tipo de contaminación acústica, atmosférica, química, lumínica ni por olores por lo que son totalmente respetuosas con el medio ambiente. De hecho, sus instalaciones no provocan ningún perjuicio sobre el suelo, sino que ayudan a la regeneración de la capa vegetal. Esto es gracias al proceso de construcción y las metodologías de mantenimiento y seguimiento ambiental que utilizamos.
La compañía realiza una estricta evaluación del impacto medioambiental del proyecto por medio de la Declaración de Impacto Ambiental (DIA). Adicionalmente, propone medidas compensatorias que subsanen los posibles impactos que la construcción de una planta fotovoltaica supondría para el entorno. Es importante resaltar que, más allá de la generación de energía verde, la compañía pone todos sus esfuerzos para reducir al máximo el impacto que genera su actividad económica en el medio ambiente.
Sus instalaciones, además, pueden quedar perfectamente integradas en el entorno y mantienen la compatibilidad con otros usos tradicionales del terreno como la agricultura o la ganadería.
«El futuro energético de España será renovable. El clima de nuestro país es único y nos ha servido para ser líderes del sector turístico. Tenemos la oportunidad de aprovechar ese clima excepcional también para liderar la generación de energía limpia y, sobre todo barata, lo cual será clave para el desarrollo de la industria y la economía», explican.
La energía solar es una oportunidad para el desarrollo socioeconómico local y para afrontar el reto demográfico, sobre todo, en los municipios donde es más palpable esta situación.
Solaria contribuye a la creación de empleos directos, con preferencia para residentes de los municipios cercanos a las plantas, e indirectos, tanto en la fase de construcción; con subcontratas, alquiler de máquinas, medios auxiliares y el incremento importante de la actividad de los hoteles y restaurantes de la zona, como en la fase de operación; con contratos fijos para operación y mantenimiento o empleos de subcontratas para desbroces, limpieza, vigilancia ambiental, etc.