Trea, la perra fallecida, tras perderse en los Picos de Europa.

El mejor amigo del perro

La búsqueda de Trea, un galgo perdido nueve días en los Picos de Europa, prueba hasta dónde es capaz de llegar el ser humano por su compañero

juan j. lópez

Jueves, 30 de marzo 2017, 20:56

Fue la carrera más dura de su vida. La emprendió en el mismo momento que Trea, una joven ejemplar de galgo, se extravió junto a otro can en los aledaños de Santa Marina de Valdeón, junto a los Picos de Europa. «No era la primera vez, pero cuando nos dimos cuenta de que los días pasaban y no regresaba, acudimos a las redes sociales, al whatsapp, a todos los medios... Para que si alguien la había visto nos diese alguna noticia», explica Julio Cernuda, dueño del animal, junto a su pareja Laura.

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Un grupo de rebecos pudo provocar la huida de Trea y su compañero, un pastor lanudo, hacia las imponentes montañas del Macizo de los Urrieles. Allí permanecían supuestamente mientras pasaban los días, con sus noches, y mientras un temporal de nieve y frío se instalaba en la Península. Las esperanzas de volverlos a ver con vida eran cada vez más remotas, hasta que el pasado sábado una llamada alentaba los deseos de sus dueños, al haber visto a los animales eso sí, hace días en las inmediaciones de la Vega de Liordes.

Julio, experimentado montañero cursa sus estudios para guía de montaña, además de habilidoso esquiador y corredor de montaña de ultra distancia, ni corto, ni perezoso, salió a su encuentro. «Tenía pocas esperanzas de encontrarlos con vida, y estaba preparado para lo peor», afirma. Sin embargo, tras casi siete horas de búsqueda, un rastro en la nieve, en los aledaños de Torre Salinas, uno de los picos más majestuosos, con 2.446 metros, le llevaba hasta Trea y su compañero, quienes seguían con vida.

Eso sí, estaban atrapados en un saliente del que no podían descender por el estado resbaladizo de una placa de nieve que dificultaba el regreso de los animales, al igual que impedía la posibilidad de acceder hasta ellos. «Los perros estaban bloqueados. Sentía impotencia y frustración, y decidí tratar de alcanzarles».

El peso del montañero sobre la placa, junto a una ráfaga de viento, provocó que la estructura nivosa se fracturase, con lo que Julio sufrió una caída de casi cien metros, como él mismo detalla. «Sé que no tenía que haberlo hecho, pero no podía dejarla allí... Al final, no me pasó nada».

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El susto le hizo recapacitar y regresó a Santa Marina donde buscó ayuda en dos amigos para regresar a la zona ya en la jornada del pasado lunes. La ruta hasta el saliente donde estaban atrapados los dos perros no tuvo el final esperado, y es que durante la noche, Trea había fallecido después de más de nueve días lejos de casa, mientras su compañero velaba el cadáver de la hembra, que no había podido aguantar unas horas más.

El rescate continuó pero el pastor lanudo no quiso abandonar a su amiga hasta que los rescatadores fueros capaces de bajar el cuerpo de Trea, y emprender el regreso «más duro» de la vida de Julio.

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