La fragata 'Numancia', contra los piratas

La presión ha surtido efecto y la fragata 'Numancia', buque insignia de la 'operación Atalanta', con 210 militares a bordo, ya se encuentra en el puerto keniano de Mombasa para proteger al medio centenar de buques atuneros con pabellón europeo, entre ellos una quincena de bandera española, que en los próximos días comenzarán la campaña en aguas del Índico próximas a Somalia.

La demanda de los armadores y la creciente inseguridad en la región, con los piratas extendiendo su radio de acción más allá del Golfo de Adén, ha llevado a los mandos de la misión naval europea a enviar desde la base de Yibuti, país al norte de Somalia, zona caliente de la crisis, el citado navío y un avión de patrulla marítima para salvaguardar la integridad de los 2.000 marineros que integran la flota comunitaria.

Testigos inermes del conflicto, los pescadores han venido reclamando mayores garantías de seguridad tras episodios como el secuestro del atunero vasco 'Playa de Bakio', ahora hace un año, o el intento fallido de su 'hermano', el 'Felipe Ruano', hace sólo un mes. Situaciones que provocaron airadas protestas de los patronos por la «descoordinación» de la misión militar e incluso amenazas de huelga por parte de los marineros.

La presencia de la fragata 'Numancia' en Mombasa cumple en parte una de las demandas que plantearon de viva voz los armadores hace dos semanas en el Parlamento europeo, y días después por escrito al Ministerio de Defensa español. Solicitaron reforzar la protección militar situando en Seychelles o Kenia bases alternativas a la que existe en Yibuti para cubrir adecuadamente esta «basta zona operativa» de la flota pesquera.

Asimismo exigieron nuevas medidas para «anticiparse» a los ataques de la piratería, que, asediada por la fuerza naval en el Golfo de Adén, ha decidido desviar sus ataques hacia el sureste de la costa somalí e incluso a zonas económicas exclusivas de la Isla de Seychelles, epicentro de la pesca de atún y muelle donde descansan los buques españoles y sus más de 300 marineros.

«Temo nuevos asaltos»

Hasta la fecha, los atuneros han comenzado la campaña más al sur del Índico, en el canal de Mozambique, pero dentro de pocos días comenzarán a subir al norte, «donde empezaremos a encontrarnos con el problema», sostiene el gerente adjunto de la Asociación Nacional de Buques Atuneros Congeladores (Anabac), Juan Pablo Rodríguez Sahagún, en conversación telefónica desde Mombasa, donde asistió a la recepción de la fragata 'Numancia'.

«Hay mucha incertidumbre. Si hay un nuevo incidente, como me temo que va a haber, pues cualquier día nuestra gente va a decir que hasta aquí y punto», confiesa el armador vizcaíno de Bermeo. Desde que se produjeron los primeros ataques de los piratas, allá por el 2006, la escalada de la violencia, cuenta el naviero, «no había conocido una situación como la actual». Lo sabe bien: tanto la armadora del 'Playa de Bakio' como la del 'Felipe Ruano' forman parte de su empresa.

Pese a la llegada de efectivos del mando naval europeo, la sensación generalizada entre el gremio es que una sola fragata y un avión no son medios suficientes para afrontar «previsibles» ofensivas de los asaltadores. Más si cabe, dicen, porque los atuneros faenan siguiendo la dirección de los peces, mientras que la ruta de los mercantes o de los barcos del programa mundial de alimentos de la ONU requieren una patrulla más lineal.

El oficial de enlace de la 'misión Atalanta', el comandante Snowy Lintern, reconoció hace dos semanas en la comisión de pesca de la Eurocámara que harían «todo lo posible» para proteger a los atuneros, «si bien es muy difícil -dijo- buscar a los buques en esa zona». El comandante ya advirtió de la limitación de medios, especialmente de aviones, por lo que descartó la puesta en marcha de una patrulla diaria. Una respuesta «preocupante» para los armadores, cuyos hombres ya se preparan para su mayor desafío: pescar atunes y evadir piratas.