Quevedo era más viejo

Los libros de texto y las enciclopedias tendrán que modificar un dato clave del Siglo de Oro español: la fecha de nacimiento de Francisco de Quevedo. Una investigación de la Fundación que lleva su nombre ha logrado enmendar este error histórico si- guiendo varias claves a partir de los escritos de este genio del Barroco. Los datos reveladores han sido publicados en el último número de la revista científica 'La Perinola'. El político, noble y escritor no nació en Madrid el 17 de septiembre de 1580, como se pensaba hasta ahora sino el 14 de septiembre de ese mismo año, según revelaron ayer en Toledo varios expertos de su vida y obra.

La primera pista aparece en una carta escrita por Quevedo a Sancho de Sandoval, el 31 de mayo de 1639. En ella informa a su amigo sobre la razón de su nombre, Francisco, «por haber nacido el día de sus Llagas», en referencia a la impresión milagrosa de las llagas de San Francisco de Asís, ocurrida el 14 de septiembre de 1224. Sin embargo, en siglos posteriores, la celebración de este hecho se retrasó hasta el día 17 para no coincidir con una fiesta mayor: la Exaltación de la Santa Cruz.

La segunda pista es un romance autobiográfico en el que Quevedo hace una alusión metafórica a la fase lunar de la madrugada en que nació: «dos maravedís de luna» u ochavo, es decir, la fase que tiene lugar entre la luna nueva y el cuarto creciente. Además, el prolífico escritor apunta en ese mismo texto -que comienza «parióme adrede mi madre»- que nació en la madrugada de un miércoles, día que correspondía precisamente al 14 de septiembre de 1580.

«Quevedo tenía una enorme sabiduría astrológica y grandes conocimientos teológicos», subrayó José Luis Rivas Cabezuelo, presidente de la Fundación que lleva el nombre del escritor y autor de esta investigación, que opina que «se ha hablado mucho de él pero se le conoce poco». Para Rivas, este increíble y novedoso hallazgo supone «situar el día exacto del nacimiento de Quevedo siguiendo su propio testimonio, una fecha importante sujeta hasta ahora a muchas especulaciones».

Misterios resueltos

De hecho, hace un año un equipo de investigadores de la Escuela de Medicina Legal de la Universidad Complutense confirmó a través de análisis radiológicos que los restos depositados en la cripta de Santo Tomás, en la parroquia de San Andrés Apóstol, de Villanueva de los Infantes (Ciudad Real), eran de Quevedo, despejando así las dudas que existían hasta el momento sobre su lecho de muerte.

Sus restos se encontraban junto a otros huesos de 167 individuos, algunos de ellos animales, y su fémur derecho revelaba la cojera que padeció el autor de 'El Buscón'. Un año después de aquella investigación se ha desvelado otro misterio más sobre la vida de este genio de la pluma y maestro de la ironía, que sigue deparando sorpresas siglos después de su fallecimiento, el 8 de septiembre de 1645.