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Consumición en barra tras el levantamiento de las restricciones. Rodrigo Jiménez

La vuelta a las barras no acaba con la desconfianza

Restricciones ·

El levantamiento de las últimas medidas genera dudas sobre lo que se puede hacer en el interior de los bares mientras las iglesias recuperan el aforo del verano

Berta Pontes de los Ríos

Viernes, 25 de septiembre 2020, 07:06

Los vallisoletanos siguen prefiriendo consumir en las terrazas que entrar al interior de los bares y restaurantes, pero agradecen el aforo del 50% en las iglesias. Esta fue la tónica general del primer día en la vida de la ciudad tras el levantamiento de las restricciones vigentes las tres últimas semanas. Desde ayer, los vallisoletanos pueden volver a disfrutar de sus consumiciones en la barra de los establecimientos de la ciudad, así como hacerlo de pie en las mesas habilitadas para ello. Y, aunque los hosteleros están contentos, los clientes siguen con miedo y muestran sus reticencias a acceder a los espacios interiores.

El clima está poniendo a prueba a aquellos que prefieren sentarse en una terraza para disfrutar de un café o una caña con su tapa. La amenaza de lluvia no asusta a los vallisoletanos y es que, con el otoño ya presente, muchos siguen optando por los veladores exteriores.

En la zona de la Plaza de la Universidad apenas hay gente dentro de los establecimientos. David Josué Oliveros, camarero del 10y10, explica que «en la terraza sigue todo igual, pero la gente no entra porque no sabe que ya se puede consumir en la barra». Insiste en la cantidad de preguntas que reciben por parte de los clientes, «incluso piden permiso para entrar al servicio».

Varios clientes disfrutan de su consumición en la barra de un bar tras haber sido desprecintada en la mañana del jueves.

Siguiendo el recorrido por la zona de la Catedral, desde El Largo Adiós destacan que muchos de los que llegan al local «no se han enterado de las medidas restablecidas, parece que se nos han olvidado a todos». Y es que, tras el período de restricciones en el aforo y en la utilización de los espacios interiores de los locales, la gente se muestra desconcertada sobre lo que la normativa permite.

El mismo panorama se vive en la Plaza Mayor: terrazas casi llenas y poca afluencia en las barras. «La gente desconoce lo que puede hacer y lo que no, por lo que prefieren quedarse fuera a entrar y tener que preguntar», destaca Julián Duque, del Café del Norte.

Que los hosteleros están mejor que la semana pasada se palpa en el ambiente de cualquier bar, pero algunos clientes son reticentes a consumir en barra. Apuntan que siguen sin sentirse seguros en los establecimientos y que, mientras puedan y el tiempo lo permita, prefieren tapear en las barras o terrazas exteriores.

Nuevos límites

El levantamiento de las restricciones devolvió también mayor aforo a las iglesias, cuyos feligreses celebran que se haya vuelto a la 'normalidad' del verano. Los sacerdotes despejaron sus dudas sobre el aforo definitivo que se va a permitir en el interior de los templos y ven razonable que se vigile el número de personas que accede a ellas.

Los feligreses asisten a misa sin tener que preocuparse de no superar el anterior aforo de 25 personas en el interior del templo.

Explican que durante estas tres últimas semanas han sido ellos mismos, con la ayuda de colaboradores, los que han tenido que controlar en todo momento que no se superase la capacidad autorizada. «Las cosas no están bien y los contagios siguen aumentando, por lo que es normal que se tomen ciertas medidas, pero la anterior reducción de aforo a 25 personas nos ha creado muchos enfrentamientos», explica Javier Carlos Gómez, párroco de San Miguel y San Nicolás.

«Tener que dar con la puerta en las narices a la gente durante estas últimas semanas ha sido muy duro, y eso que la gente ha sido tremendamente comprensiva», destaca. Ahora, con el nuevo límite de fieles, espera que mejore el ánimo de los feligreses, aunque apunta que «hay que cumplir la ley pese a que esta pueda parecer injusta».

La incertidumbre está latente en todos los sectores que se vieron afectados por las restricciones. La cultura, la hostelería, los tanatorios y funerarias, los eventos deportivos y las bibliotecas o museos también forman parte del espectro que espera que el futuro no les vuelva a obligar a echar el cierre.

La hostelería pide compatibilidad en las licencias de los bares de noche

La presidenta de la Asociación de Hostelería, María José Hernández, solicitó ayer al alcalde, durante una reunión, que se autorice la compatibilidad de las licencias de los bares especiales o de ocio nocturno –193 en la ciudad– para que puedan abrir como bar-cafetería de forma automática y ahorrarse así la tramitación burocrática. Ahora, según el decreto de la Junta, tienen que presentar numerosa documentación que puede retrasar una puesta en marcha de los negocios que es «urgente», según subrayó la portavoz de la entidad. Puente se ha comprometido a agilizar la tramitación al máximo, aunque les ha citado el próximo lunes para darles una respuesta definitiva. La semana pasada ya presentaron la solicitud 29 establecimientos y se han firmado seis decretos autorizando el cambio de condiciones de esos locales.

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