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El bache de la calzada, junto a la ladera. Gabriel Villamil

La Overuela, sitiada por un socavón

Los técnicos evaluarán este lunes si el bache que ha provocado el cierre del acceso principal al barrio vallisoletano es producto de un defecto en el asfalto o de la estructura de la ladera

Antonio G. Encinas

Valladolid

Domingo, 2 de febrero 2020, 20:55

Desde la mitad de la calle del Arrabal, que camina paralela al río a modo de vía principal del barrio, hasta el puente de acceso a La Overuela hay siete señales provisionales de prohibido el paso. Tras esta sucesión de advertencias, aparece en un lado de la carretera, pegado a la valla de madera del puente, un bache que quiere ser socavón.

–¿Esto es por lo que han cerrado la carretera? –pregunta un hombre, de los cientos de personas que este domingo, aprovechando el buen tiempo, paseaban por la zona del canal de Castilla. Y a los pocos segundos, tras observarlo, continúa: «Sí está chungo, sí».

Este lunes se sabrá hasta qué punto. La cuestión está en si se trata de un defecto del asfalto, que se arregló a finales de 2018, o si las grietas y el agujero van a más y tienen que ver con un corrimiento de tierras en el terraplén. «Desde que se hizo la obra manifestamos que el talud necesitaba algún refuerzo», asegura José Antonio Mata, de la asociación de vecinos La Isla. Y las cartas al director publicadas en este periódico lo confirman. «La travesía de este puente era angosta y peligrosa, y por mor de la obra, es aún más angosta y peligrosa. Se ha construido en el puente una pasarela para peatones y bicicletas en el lado del canal, para recuperar supuestamente el paso de sirga; para tal efecto, se ha desplazado el tráfico de vehículos hacia el otro lado, discurriendo por una calzada estrechísima, casi de la misma anchura que la peatonal, con una barandilla de madera totalmente insuficiente como protección del borde del precipicio al río», era el relato que hacía Miguel Ángel de la Iglesia en enero de 2019.

Acceso cortado a la altura del puente. Hasta Tafisa es posible el acceso, pero no al barrio. Gabriel Villamil

Según la asociación vecinal, se elaboraron dos informes técnicos desde el Ayuntamiento que «garantizaban» la seguridad del talud. «Se hizo la obra y con el paso del tiempo se ha ido abriendo el asfalto y estamos a esperas de la evaluación que hagan los técnicos del terraplén, si ha sido por fallo del asfalto o porque tiene riesgo de derrumbe, que no parecía, por los informes que existían».

El bache agrietado tiene unos dos metros y medio de largo por sesenta centímetros de ancho y se encuentra pegado a la barandilla y enla zona de la ladera que no se encuentra apoyada por el mallazo metálico relleno de piedras que sí se colocó unos metros más allá, en sentido Valladolid.

«Estamos en contacto directo con la Concejalía de Luis Vélez y con Urbanismo, con Manuel Saravia», señalaban desde la asociación. «Hasta el lunes, que irán los técnicos para valorar qué se va a hacer», anunció Vélez que la carretera permanecería cerrada por si acaso. Y así seguirá hasta que se determine qué le ocurre, al menos. Y es que la anchura de la calzada es la justa para el paso de un vehículo, pero si se trata de un autobús urbano o del bus escolar, apenas queda un resquicio casi sin posibilidad de esquivar el bache.

Señales en la calle Arrabal. Arriba, detalle del bache y dos paseantes, este domingo, junto al lugar. A. G. E.
Imagen principal - Señales en la calle Arrabal. Arriba, detalle del bache y dos paseantes, este domingo, junto al lugar.
Imagen secundaria 1 - Señales en la calle Arrabal. Arriba, detalle del bache y dos paseantes, este domingo, junto al lugar.
Imagen secundaria 2 - Señales en la calle Arrabal. Arriba, detalle del bache y dos paseantes, este domingo, junto al lugar.

El puente del Berrocal es la entrada y salida natural al barrio de La Overuela, que en la cartografía aparece como un reguero de casas situadas a ambos lados de una vía principal, la mencionada calle del Arrabal. Un semáforo regula el paso desde ambos lados del puente ya que, al igual que ocurre en Puente Duero, la infraestructura es demasiado estrecha como para albergar a dos vehículos simultáneamente.

Hace muchos años que en La Overuela se reclama un acceso digno, sea por el mismo punto o a través de uno nuevo en la N-620. «El inconveniente es que llevamos reclamando entrada a la autovía en condiciones para no sobrecargar de tráfico un puente con valor, que está en patrimonio y que mala solución tiene», explica José Antonio Mata. «La entrada a la autovía tiene partida para comenzar el estudio, pero es una demanda desde hace 30-40 años por lo menos».

«En ese tramo no se intervino, salvo la acera nueva de madera y el asfalto», recuerda Luis Vélez, aunque entonces no pertenecía a su ámbito de actuación, sino al de Manuel Saravia. «Se reaccionó rápido, se tomó la decisión de cortar para evitar riesgos e intentaremos actuar lo antes posible», añadía el sábado por la mañana.

Cartel que anuncia el corte de tráfico y la supresión de esta parada de autobús por parte de Auvasa. A. G. E.

Los autobuses, con acceso por el desvío de Cigales

La entrada alternativa a La Overuela se realiza por el Polígono El Berrocal, por la N-620. Son 2,5 kilómetros desde la rotonda por la que parte la ruta habitual y señalizada al barrio hasta la entrada a la esclusa 41 del Canal de Castilla. Se trata de un acceso solo de entrada, con una carretera estrecha –apenas permite el paso de dos vehículos a la vez– y sin arcén, apta para un tráfico normal pero no cuando las necesidades, como en este caso, aumentan de modo imprevisto. Por si fuera poco, la salida hay que efectuarla más al norte, por el nudo de acceso de la autovía a Cigales. Eso equivale a realizar cuatro kilómetros más desde la esclusa 41 hasta situarse a la misma altura en el otro lado. Y es por ahí por donde tienen que acceder los autobuses, tanto los urbanos de Auvasa como los escolares. «Nos obliga a dar una vuelta, con el consiguiente coste y gasto de tiempo, y afecta la cuestión de los autobuses escolares, que quieren modificar paradas. A raíz del corte, quieren dejar a los niños en una explanada que es bastante insegura, llena de barro por las lluvias», se queja José Antonio Mata. Se refiere a un solar, utilizado como aparcamiento, que ayer amanecía lleno de charcos y barro por las lluvias de los últimos días. Algo complicado de solucionar, porque el autobús apenas puede circular entre las estrechas vías del barrio. Cuando el acceso del Berrocal, ahora cerrado, funciona, el bus sigue la calle del Arrabal todo recto hasta el final, para dar la vuelta allí. Auvasa ha suprimido las paradas situadas en esa calle, de hecho, y recoge a los viajeros en la explanada mencionada por el presidente de la asociación La Isla.

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