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Iván y Nerea, en el establecimiento que dirigen.
Abren un local para eliminar piojos, un contagio en aumento por los 'selfies'

Abren un local para eliminar piojos, un contagio en aumento por los 'selfies'

Iván Nistal y Nerea Sierra gerentes de la franquicia ‘Sin más piojitos’

laura negro

Domingo, 11 de enero 2015, 13:20

No saltan. Tampoco vuelan. No es cierto que prefieran las cabezas limpias a las sucias, y la práctica del selfie está aumentando considerablemente el índice de contagio. Nos referimos a los temidos y molestos piojos, que se han convertido en el punto de partida de un nuevo negocio en Valladolid. Iván Nistal, beneventano de 30 años, y su novia, Nerea Sierra, toledana de 24, se encontraban en una complicada situación laboral. Tras varios contratos temporales, un año en el paro y sobreviviendo gracias a la ayuda familiar, vieron en el emprendimiento, la única posibilidad de alcanzar una estabilidad laboral que hasta ahora el mercado les había negado.

El pasado mes de junio, esta pareja vio su sueño cumplido al abrir una delegación de la franquicia Sin más piojitos, dedicada al tratamiento de pediculosis (así se denomina la parasitación por piojos), con una técnica importada desde Estados Unidos y que asegura un 90% de eficacia. «La idea surgió a partir de una niña de mi familia, que tenía un problema con los piojos. Mientras buscábamos en Internet cómo podíamos acabar con ellos, nos encontramos con esta idea de negocio. Yo misma, de pequeña, siempre he sido muy propensa al contagio, y me pareció que podía ser una muy buena oportunidad para que pudiéramos salir adelante profesionalmente», explica Nerea.

Ambos compartían la misma ilusión y las ganas de empezar cuanto antes, así que se pusieron manos a la obra y en menos de un mes, ya tenían local y habían firmado el contrato con la franquicia. Según indican, es un negocio en plena expansión. Desde el mes de junio, en el que ellos empezaron a trabajar, la central de Sin más piojitos ha abierto siete nuevos centros en otras ciudades de España. «Fuimos a Móstoles a recibir la formación necesaria y a aprender el método. Realmente es un trabajo muy mecánico, en el que lo más importante es la práctica. Las mayores dificultades a la hora poner en marcha el negocio han sido los temas burocráticos. Al tratarse de algo tan novedoso, no estamos catalogados en ningún sector. En el IAE figuramos como peluquería infantil», indica Iván.

Sin más piojitos está situada en los locales comerciales del Paseo de Isabel la Católica. Muy resguardado de miradas indiscretas, algo que según indican estos emprendedores sus clientes suelen agradecer. «Teníamos muy claro que queríamos un local céntrico y que no estuviera muy a la vista. Todavía hay muchos prejuicios sobre el hecho de tener piojos y se sigue tratando como un tema tabú. La gente prefiere que no se le vea entrar para recibir un tratamiento», aseguran.

Trabajan siempre con cita previa. La mayoría de sus clientes acuden a ellos tras visitar su página web o su perfil de Facebook, o incluso por recomendación de otros clientes a los que Iván y Nerea les han solucionado su problema. «Trabajamos mucho con las mamás, para que normalicen el hecho de que sus hijos puedan estar contagiados. Es algo muy habitual. No pasa nada, igual que nos cogemos un catarro, podemos coger piojos. El hecho de ocultarlo provoca que el problema persista y se siga extendiendo», indican.

El suyo es un método natural e inocuo. No utilizan ningún tipo de producto químico. El tratamiento comienza con la división del cabello en secciones por las que pasan un aspirador especial con una peina liendrera. Continúan peinando el cabello con una liendrera microacanalada para eliminar los huevos. Finalizan con un minucioso repaso, manual, mechón a mechón. «Los tratamientos químicos no son efectivos. Es cierto que matan los piojos, pero las liendres quedan ahí, por lo que el problema persiste.»

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