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El torero Manolo Sánchez saluda al público tras la faena del pasado 8 de septiembre en Valladolid. :: RAMÓN GÓMEZ
TOROS

Adiós, maestro

El vallisoletano compartirá su última tarde con los diestros Serafín Martín y Fandiño Manolo Sánchez se despide hoy de los ruedos en Ávila después de 19 años como matador de toros

JAVIER FERNÁNDEZ

Sábado, 15 de octubre 2011, 11:44

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Juan Manuel Sánchez Moro (Valladolid, 10 de julio de 1971), más conocido en los carteles como Manolo Sánchez, se despide del toreo hoy sábado, día 15 de octubre de 2011, en la plaza de toros de La Muralla de la capital abulense compartiendo cartel con el diestro catalán Serafín Marín y el vasco Iván Fandiño. La terna lidiará toros de la ganadería salmantina de Los Bayones en un festejo programado con motivo de las fiestas de Santa Teresa de Ávila, que dará comienzo a las cinco de la tarde.

Manolo Sánchez declaró ayer que espera en la tarde de hoy «disfrutar y tener más suerte que en las últimas corridas toreadas y tener un bonito colofón a mi carrera. Sí que me hubiera gustado retirarme en Valladolid en una tarde especial con seis toros o algo así, pero, bueno, en la feria de septiembre tuve un cartel muy bueno y me planteo hacer alguna cosa excepcional en la celebración de mis veinte años de alternativa, que se cumplen en 2012», señaló el espada, que tiene previsto seguir vinculado a la profesión dentro de la Casa Chopera, la más importante de España en el ámbito taurino, bien como apoderado de toreros o veedor para seleccionar toros de las ganaderías. Todavía no hay nada fijo.

Han sido 19 temporadas de matador de toros desde su triunfal doctorado en el coso de su ciudad natal aquel 22 de septiembre de 1992, en el que salió a hombros por la puerta grande junto a su paisano Roberto Domínguez, que como padrino le cedió los trastos de matar, y José Antonio Ruiz, Espartaco, que actuó como testigo de este histórico acontecimiento en el que se lidiaron toros de la ganadería de Núñez del Cuvillo. En concreto, el que dio la alternativa a Manolo Sánchez se llamaba 'Currito', marcado con el número 89, de capa negra y de 485 kilos de peso.

El vallisoletano desorejó a su primer oponente y también a su segundo en una tarde apoteósica en la que se colgó el cartel de 'no hay billetes' en el coso del paseo de Zorrilla, donde Manolo ya sacó a relucir el temple, la despaciosidad y el primor de su toreo, tal y como reflejó el crítico taurino José Luis Lera en un extracto de su crónica de aquella tarde en El Norte de Castilla: «Sueñe usted torear despacio. Más despaciosamente toreó Manolo Sánchez. Piense en empaque, elegancia, torería. La faena del toricantano tuvo más empaque, elegancia y torería de la que cualquier aficionado puede imaginar. La perfección hecha arte. El arte del toreo hecho ensoñación. No es para contar, es para ver. Aún viéndolo, muchos espectadores no daban crédito a sus ojos. ¿Es posible? Lo fue. La faena memorable de una memorable tarde».

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Unos comienzos prometedores que todavía se recuerdan casi dos décadas después. Fue a comienzos de este año 2011 cuando Manolo Sánchez anunciaba su retirada de los ruedos al concluir la presente temporada porque «todo tiene un principio y un final», fueron sus palabras. Desde entonces Valladolid, Melilla, Salamanca, Mojados y hoy, definitivamente, Ávila son algunos de los cosos testigos del adiós del torero después de más de un cuarto de siglo dedicado a la profesión -debutó de novillero con picadores en 1988 en Sigüenza (Guadalajara)- y deja un sabor a toreo del bueno, de clase, de temple, de pureza y de hondura. En definitiva, del que cala de verdad y la afición nunca olvida.

En la plaza de toros de Valladolid, tan solo superado por Roberto Domínguez (52 tardes), Manolo es el torero que más paseíllos ha hecho como matador de toros en casi cincuenta ocasiones y con grandes triunfos en su haber. Ha conquistado tres veces el Trofeo San Pedro Regalado, instituido por el Ayuntamiento para premiar la mejor faena de la feria de septiembre (1992 -año de la alternativa-, 1993 y 2006). Y en Madrid, donde confirmó alternativa el 12 de mayo de 1993 con José María Manzanares de padrino y Fernando Cepeda de testigo, ha toreado 33 corridas (dos orejas en dos tardes) y nueve novilladas en su época de novillero con cinco orejas y dos salidas por la puerta grande.

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El día que anunció su adiós el torero afirmó haber llegado «cerca de ser figura del toreo pero no haber podido alcanzar esa meta dentro de una profesión muy difícil en la que hay que luchar mucho», aunque se va satisfecho «por descubrir lo que es la profundidad del toreo. Me da un poco de pena porque es lo que he hecho toda mi vida», sentencia Manolo Sánchez siempre agradecido a un público que le ha tratado de maravilla y le ha apoyado en los buenos y en los malos momentos. Adiós Manolo, adiós maestro.

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