M. J. P.
Viernes, 5 de febrero 2010, 01:39
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Sanigest ha establecido 1.300 puntos de control de roedores en el alcantarillado que está basado en un sistema denominado de cebo roído. Consiste en la colocación de alambre galvanizado en cuyo extremo penden dos o tres bloques de cebo, lo que determina la presencia de ratas y el consumo. De esta forma, señalan en el Servicio de Sanidad Ambiental, se evita la contaminación de las aguas por el exceso de producto, que se aplicaba antes en bolsitas a granel en una cantidad no controlada. Muchos de estos envases se alteraban o se perdían al eliminarse por lluvias, riego o el aumento puntual de caudal en algunos colectores.
Además de reducirse el volumen de producto que es gastado innecesariamente, lo más significativo, indican estas fuentes, «es que se evitan problemas sanitarios y medioambientales, pues hay una supervisión durante las sucesivas campañas que se programan y que inciden en reducir poco a poco los puntos de control no problemáticos». Los cebos se van reponiendo en los puntos necesarios.
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