
Ante esta situación de despoblación y la urgencia de abordar la crisis climática, la ONG Greenpeace propone en su estudio algunas soluciones para proteger los ... ecosistemas de una manera efectiva y dinamizar el medio rural, entre ellas, a transición agroecológica, la ganadería extensiva, la regeneración de paisajes abandonados o una gestión forestal sostenible que recupere las prácticas tradicionales. Esta última propuesta es un ejemplo de lo que ya ocurre desde hace décadas en Navas de Oro (Segovia). En este municipio, ubicado en la comunidad Villa y Tierra de Coca y de Cuéllar (las dos zonas con más pinos de Castilla y León y de España), la extracción de resina de los pinos se realiza de manera tradicional, con el fin de proteger los bosques y continuar un oficio centenario.
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Guillermo Arranz encarna la cuarta generación de resineros de su familia. «Desde mi bisabuelo hasta ahora, hemos estado haciendo una gestión sostenible del monte», dice. El vicepresidente de la Asociación Nacional de Resineros y vecino de Navas de Oro explica que el modelo de extracción de resina utilizado generalmente en Segovia es el llamado 'Método Lázaro', conocido así por Emiliano Lázaro, el resinero de este mismo municipio que lo inventó. Se trata de un sistema tradicional que se desarrolla en tres fases: el derroñe, etapa en la que se quita la corteza del pino; la realización de las picas, cuando toca hacer incisiones en el árbol, y la remasa (recogida) de la resina. Así, desde mayo hasta noviembre los resineros se encuentran en el monte cada día haciendo su trabajo pero también vigilando el entorno. «Si se quema o vemos una plaga, somos los primeros que vamos a avisar a los agentes medioambientales, somos los primeros que podemos dar una señal de alarma. Es una forma de prevenir los incendios», declara.
Este es uno de los beneficios indirectos de la labor de los resineros, pero Arranz no duda en enumerar otros: la fijación de la población rural y la creación de productos menos contaminantes a partir de la resina recogida, a la que califica como «producto estrella de Segovia». Por la gran tradición que tiene este oficio en el pueblo, Navas de Oro cuenta con su propia fábrica de resina, donde se transforma este producto en dos materiales: la colofonia, que se puede utilizar para pegamentos, barnices, ceras e incluso para chicles, y el aguarrás, que es un disolvente usado en aromatizantes, pinturas o enjuagues bucales. «Muchos de estos productos compiten con los derivados del petróleo, que son mucho más baratos porque no se les imputa el coste medioambiental», añade Arranz. La industria resinera, dice, apenas genera emisiones y las que genera se compensan fácilmente con el CO2 que absorben los sumideros de carbono que son, a su vez, los montes que ellos mismos cuidan.
Por eso, desde la asociación de resineros pretenden que la Junta de Castilla y León dote de medios y formación a estos profesionales para luchar contra los incendios y que se puedan establecer así contratos laborales en el periodo en el que no hay campaña (de noviembre a abril). «Si se pierde este modelo tradicional, al final se perderá no solo la población de los pueblos sino una materia prima renovable y una protección continua de los montes», concluye.
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