
CARLOS GONZÁLEZ
Viernes, 24 de enero 2014, 11:41
Elegante e irónico, sí, pero también con un punto golfo y canalla. El David Niven (1910-1983) de carne y hueso debió de ser muy parecido al que vimos en la gran pantalla. Eso, al menos, es lo que cuenta él en 'Mis años locos en Hollywood', las memorias editadas por Torres de Papel y en las que el actor echó la vista atrás para ofrecernos su visión de un tiempo y un lugar que han acabado por convertirse en míticos. Una vida que transcurrió entre los grandes estudios y los magnates que los dirigían, los contratos leoninos o las columnas de cotilleos que podían destrozar hasta la más prometedora carrera.
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Actor y marinero
Hubo también fiestas fastuosas, mansiones capaces de dejar a cualquiera sin habla y, sobre todo, grandes amigos. Porque si de algo presume el actor es de eso y la lista resulta larguísima y selecta. Desde un Fred Astaire ante el que él se presentó literalmente sin camisa y recién llegado a Hollywood, con una carta de recomendación firmada por un corredor de apuestas británico, hasta un Bogart, que al principio le pareció demasiado brusco, pero que quiso pegar a un aristócrata por haber ofendido, según su criterio, a Niven. (Más información en MujerHoy.com)
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