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nuria estalayo
Jueves, 18 de agosto 2016, 12:04
Finalizó la mañana con gran expectación en el yacimiento del Monte Bernorio con el descubrimiento de una fíbula parecida a los modernos imperdibles, una pieza metálica utilizada en la antigüedad para unir o sujetar alguna de las prendas que componían el vestido, ya que los botones no se desarrollaron hasta muy entrada la Edad Media. Este fue un descubrimiento oportuno tras la visita del director general de Juventud, Eduardo Cazaro, a las excavacaciones, en la colaboran voluntarios.
Monte Bernorio, situado en el municipio norteño de Pomar de Valdivia, es un oppidum o ciudad fortificada (hillfort), uno de los grandes centros de población que en la Edad del Hierro funcionaban como cabezas o capitales de los pueblos y etnias que poblaban la zona. Según las investigaciones desarrolladas hasta el momento, su primera ocupación podría remontarse a la época Calcolítica y de Edad del Bronce (3000-2000 años antes de Cristo, aproximadamente), pero su ocupación es continuada desde el siglo VIII hasta el siglo I antes de Cristo, momento de la conquista romana. Los restos encontrados demuestran que además de asentamiento ha sido un importante campo de batalla en épocas bien diferentes, sede del enfrentamiento entre romanos y cántabros, acogiendo igualmente, muchos siglos más tarde, la lucha entre republicanos y nacionales.
Todo apunta que su final se produjo de forma violenta en el siglo I antes de Cristo, en la primera fase de las Guerras Cántabras, durante la ofensiva que el emperador Augusto dirigió personalmente. Se han encontrado objetos militares romanos de gran interés como puntas de flecha, proyectiles de distinto tipo, además de restos de vestimenta y sandalias romanas, lo cual revela que fue atacada y destruida en esa época. En sus laderas se han encontrado restos de muralla y fosos (excavados en roca en algunos tramos) y otros restos de obras de fortificación a base de terraplenes y trincheras dispuestas concéntricamente en torno a la cima donde se sitúa el castro.
Dada su estratégica ubicación también fue este entorno escenario del choque entre republicanos, defendiendo el alto, y el avance de los nacionales durante los primeros años de la Guerra Civil Española, como demuestran los numerosos restos de armamento (como bombas de mano) dejados por los diferentes bandos. En el año 1992 este yacimiento fue declarado bien de interés cultural con la categoría de zona arqueológica.
Se ha delimitado su castro, que se extiende por 90 hectáreas, lo cual convierte al yacimiento arqueológico de Monte Bernorio en el segundo más importante de la península ibérica. Se han encontrado, asímismo, restos de viviendas, zonas de rituales y muchos restos de la vida cotidiana como cuentas de vidrio y otros adornos personales, incluidos restos de cinturones, alfileres o collares. A lo que se añade además las piezas de cerámica y monedas. «Un día de lluvia uno de los voluntarios se resbaló en esta ladera y luego vimos que había una moneda que aún conserva el rasguño que le hicieron este día», contaba ayer como anécdota el doctor en Arqueología Jesús Francisco Torres Martínez Kechu, codirector del proyecto, resaltando que la moneda se encontraba curiosamente en una superficie sin excavar. Por otro lado, destacó que se han encontrado en el Bernario gran cantidad de neonatos. «Era una práctica habitual en la época enterrarlos bajo las casas», señalaba ayer Torres Martínez.
No obstante, el arqueólogo destacó que uno de los descubrimientos más importantes que se han realizado en este yacimiento ha sido en 2012 el hallazgo de la Tessera Hospitalis (tésera de hospitalidad) del Oppidvm de Monte Bernorio. Este pacto de asilo reconocía la aceptación de extranjeros. Se trata del primer texto escrito, de tipo jurídico, de todo el norte peninsular en lengua céltica. «Esto nos indica que saber leer y escribir podría ser más habitual de lo que se pensaba», recalcó Kechu. Esta pieza hallada en el Bernonio, que en origen debía tener la forma de un porcino completo, pero fue cortada aproximadamente por su mitad, se encuentra actualmente en el museo arqueológico de la capital palentina.
La primera intervención arqueológica realizada en Monte Bernorio fue llevada a cabo por el Marqués de Comillas, que encargó a Romualdo Moro que excavara el castro en 1890 en busca de antigüedades. Aprovechando las frecuentes noticias de hallazgos de objetos arqueológicos durante las labores agrícolas, Moro comemzó sus excavaciones descubriendo una necrópolis tumular, de las que recuperará, entre otros materiales, los célebres ajuares de armas (los puñales denominados de tipo Monte Bernorio).
Desde el año 2004, un equipo de la Universidad Complutense de Madrid, bajo la dirección de Almagro y Torres, y desde el pasado año existe un convenio entre el IMBEAC (Instituto Monte Bernorio de Estudios de la Antigüedad del Cantábrico), sumándose un nuevo co-director, Manuel Fernández Götz, profesor titular de la Universidad de Edimburgo. La universidad escocesa ha enviado a 14 estudiantes para trabajar este verano en el Campo de trabajo, que sumado al resto de voluntarios suponen un total de 25 personas de ocho nacionalidades.
Además de los trabajos realizados para profundizar en todos los aspectos relacionados con el poblamiento del castro, zonas de habitación, recintos defensivos, necrópolis, etc., con interesantes resultados sobre las zonas de habitación y amurallamiento en la zona sur del castro; también se han desarrollado trabajos paralelos de prospección en la comarca circundante y se han localizado nuevos yacimientos. Los trabajos de excavación se complementan con estudios científicos de los restos recuperados para poder obtener una documentación sobre distintos aspectos medioambientales del yacimiento.
Este proyecto cuenta con un Campo de Trabajo concedido por la Junta de Castilla y León, que se desarrollará hasta el 30 de agosto. Los jóvenes participantes realizan tareas arqueológicas para la puesta en valor del yacimiento como recurso natural, llevando a cabo trabajos arqueológicos de naturaleza sencilla: limpieza de áreas, descombro de zonas de derrumbe de estructuras y sondeos superficiales para obtener información de cara a la realización de futuras intervenciones. El objetivo es documentar los restos arqueológicos de una zona del yacimiento especialmente rica en restos, de cara a su puesta en valor como recurso natural. Además, también realizarán actividades complementarias de tipo socio-cultural y de dinamización rural, como excursiones a Aguilar de Campoo, visita a la Cueva de los Franceses, rutas en bicicleta, actividades deportivas, etc.
De forma paralela, durante este mes tendrán lugar diferentes actividades y conferencias sobre este proyecto y las excavaciones de Huerta Varona. Mañana jueves se inaugurará el programa con la charla centrada en Los materiales Monte Bernorio de la colección Eugenio Fontaneda, que tendrá lugar a las 20.00 horas en el espacio de La Compasión de Aguilar de Campoo y contará con la presencia de Cristina Fontaneda Berthet. El día 19 de agosto, tendrá lugar la jornada de puertas abiertas con visitas guiadas al lugar.
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