Un intenso viaje al pasado
La Fábrica de Armas resume sus 75 años de historia en 1.200 fotografías
Fernando Caballero
Domingo, 20 de septiembre 2015, 14:13
Las fotografías antiguas tienen un doble carácter: artístico y documental. En algunas prima lo primero; en otras, lo segundo; las hay que mantienen un equilibrio. La Fábrica de Armas de Palencia, en el 75 aniversario de su fundación, ofrece una amplia selección de las más de 5.000 imágenes que forman un patrimonio fotográfico de marcado carácter documental.
El fotógrafo que llegó de Toledo y montó un estudio
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La fotografías más antiguas de la exposición fueron tomadas por Antonino Hernández Remojaro, un empleado de la Fábrica de Armas que llegó a Palencia desde Toledo a raíz del traslado de la planta manchega. Por la mañana era el fotógrafo oficial de la fábrica, lo que ha permitido atesorar un ingente número de imágenes que permiten ahora conocer mejor esta importante industria palentina, en la que han trabajado miles de personas en sus 75 años de vida. Antonino Hernández montó un estudio en la calle Alonso Fernández de Madrid, frente a Correos, que atendía por la tarde. «Retrató a medio Palencia», asegura el fotógrafo Javier Marín, que le conoció cuando era pequeño e incluso conserva un retrato familiar realizado por él en su estudio. Firmaba como Tonín Foto y trabajaba las fotos en blanco y negro en su estudio, con decorado pintado y a un precio económico, según recuerda Marín, lo que favorecía que tuviera mucha clientela. El estudio se cerró a mediados de los años ochenta. Años después, murió.
A través de 1.200 instantáneas, distribuidas en 18 paneles por el anverso y el reverso, los palentinos tienen la posibilidad de conocer un poco la historia de esta planta de fabricación de munición de pequeño calibre, que no deja de ser una parte importante de la historia de la ciudad de Palencia, especialmente de una de sus industrias más importantes, pero también de sus gentes, pues en esta fábrica han trabajado a lo largo de estas siete décadas y media miles de personas, en muchos casos con un componente familiar muy importante: matrimonios, hijos, hermanos
La Fábrica de Armas de Industrias Militares Santa Bárbara se creó en 1940, finalizada la Guerra Civil, cuando a Toledo regresa la fabricación de armas que se había trasladado a Palencia en pleno conflicto, en el verano de 1937. Toledo recuperó su actividad fabril vinculada a la industria armamentística, pero en Palencia se creó una nueva fábrica, que ahora cumple 75 años.
La exposición de fotografías antiguas forma parte de los actos conmemorativos programados por una comisión organizadora, integrada por representantes de la empresa, ahora propiedad de Nammo, y de los trabajadores. El presidente del comité de empresa, Carlos Collantes, se ha encargado de preparar la muestra, que enseña con orgullo.
La muestra se inicia con la fotografía de un dibujo del Cuartel de Caballería Alfonso VIII, que se terminó de construir en 1926 y que, despoblado tras la Guerra Civil, sirvió de base para instalar la Fábrica de Armas, que tuvo su primer emplazamiento en los talleres Miravalles, que estaban dedicados a la reparación de vagones, en la zona de San Antonio.
La nueva fábrica se edificó sobre el viejo cuartel, que en esa imagen de los años veinte ya tenía construidos los tres pabellones principales que serían utilizados por la nueva empresa: el frontal y los laterales, que se conservan. En este primer panel se reproducen imágenes de 1939 y 1940, que reflejan la construcción de la primera nave que se levantó, en la que se fabricaron las balas de calibre 762 milímetros. En otros paneles se observa esta misma nave en un avanzado proceso de construcción e incluso con las primeras máquinas instaladas. Un proceso constructivo que se puede seguir gracias a estas instantáneas, que realizó Antonino Hernández Remojaro, empleado de la fábrica y su fotógrafo titular.
De los años cuarenta la exposición da un salto a los sesenta, con imágenes de naves ya en plena actividad, e incluso de las cocheras, y otro salto a los setenta y ochenta, con vistas más modernas. A partir de este panel, la exposición abandona el criterio cronológico para iniciar otro temático.
Aparecen los talleres de cartuchería de los años cuarenta, donde se fabricaba la munición de calibre 762. Trabajadores en plena faena y la vieja maquinaria protagonizan este panel y otros, para mostrar a continuación la visita que realizaron unos jóvenes reyes de España Juan Carlos I y Sofía de Grecia en octubre de 1978. Imágenes todas que muestran el recibimiento de las autoridades militares y civiles de la ciudad y su recorrido por la fábrica.
Lazos humanos y personales
Diez paneles están dedicados a los homenajes a los jubilados, que se iniciaron en la segunda mitad de los años setenta, primero en el interior de la fábrica y más tarde ya en restaurantes. Estas imágenes representan almuerzos, entrega de recuerdos, premios, imágenes de encuentro y de camaradería, propios de una gran fábrica cuyos empleados mantienen estrechos lazos humanos y personales.
Estas características se observan también en los siete paneles siguientes, los dedicados a la celebración el 4 de diciembre de Santa Bárbara, patrona de la fábrica. Son imágenes de los años cuarenta, cincuenta y sesenta en las que se refleja una amplia dimensión social: bailes en el cine, la celebración religiosa con los aprendices muy trajeados juntos en la iglesia de San José, premios para los hijos, teatro los empleados formaron un grupo en 1945, charangas, carrozas algunas reproducen cañones, actividades deportivas, el batallón ciclista con la banda de cornetas e incluso espectáculos taurinos en el gran patio del complejo fabril.
La Fábrica de Armas en sus primeras décadas de vida celebraba su fiesta con numerosas actividades. El día de Santa Bárbara no se trabajaba y en torno a esta jornada se organizaban todos los actos que se recogen en estos paneles y muchos más. No faltan en estas imágenes retratos de los equipos deportivos que llegó a tener, como se observa en unas fotografías de los años cincuenta de los grupos de fútbol y baloncesto femenino. Ya en los primeros años de funcionamiento de la fábrica funcionó un equipo de fútbol que se llamaba Fábrica Nacional, que el 5 de abril de 1941 se fusionó con el CF Palencia.
El deporte centra en exclusiva los dos paneles siguientes, con equipos que fueron clásicos en la ciudad de Palencia, como el de fútbol sala, que llegó a competir en la División de Honor y en la Liga de Castilla y León. No falta en este capítulo la charanga animadora de los jugadores. En este panel se han incluido las fotografías de los torneos de pádel y fútbol sala se formaron cuatro equipos que se celebraron antes del pasado verano con motivo del setenta y cinco aniversario de la fábrica, que se convirtieron en los prolegómenos de los actos conmemorativos que se celebran ahora.
Tres paneles están dedicados a la escuela y a la guardería que funcionaron en la fábrica. En diciembre de 1990 se cerró la guardería. En estas fotos aparecen los niños, hijos de empleados y futuros empleados, en el aula o en la clase de gimnasia. También se recogen alumnos de la escuela de Formación Profesional o de Aprendices, donde se formaron, y con un buen nivel de preparación, según los actuales trabajadores de la fábrica, numerosos jóvenes en las especialidades de torneros, ajustadores y fresadores, centro que se cerró en 1975, pasando los alumnos al instituto Virgen de la Calle. Años después, se clausuró la escuela de educación primaria, derivándose los niños al cercano colegio Marqués de Santillana. La preocupación por la salud y la seguridad de los responsables de una fábrica que elabora material tan delicado y expuesto a explosiones, de las que no ha sido ajenas a lo largo de su historia, se evidencia en los cursos que se organizaban para los trabajadores y que en un panel se resumen en actuaciones de las décadas 50, 60 y 70.
La Fábrica de Armas pasó en 961 de depender del Ejército al Ministerio de Industria, y en 1998 se privatiza. La primera empresa que asumió la gestión por General Dinamic y en octubre de 2013 pasó a la actual Nammo. Lo que ocurrió en esta última fecha se resume en el panel titulado Actos conmemorativos, que marca el último tramo de la exposición. El Economato Laboral Coronel Casares aparece en uno de los últimos paneles, junto con otras actividades de los talleres, como bendiciones religiosas e incluso el proyector del cine, que decora ahora el vestíbulo del Lecrác.
Los dos últimos paneles están dedicados a los trabajadores desde el punto de vista laboral. Se recogen, en concreto, las movilizaciones de 1994, cuando se planteó cerrar la planta y trasladar la producción a Valladolid, lo que finalmente no ocurrió estas protestas contribuyeron a ello, y las últimas, las que se desarrollaron el mes de marzo pasado, cuando un contrato del Ministerio de Defensa a una empresa israelí puso en una delicada situación a la fábrica. Son imágenes de manifestaciones, con el ruidoso cañón de las protestas, concentraciones en la Plaza Mayor, ruedas de prensa, apoyos instituciones y populares
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