La instalación de una caldera de biomasa convierte al Collado Jermoso en el primer refugio alpino de León
Una hidroestufa de pellets dota de calefacción central y agua caliente a este refugio enclavado en el corazón de Picos de Europa a 2.065 metros de altura
a.cubillas - leonoticias
Jueves, 14 de julio 2016, 21:06
Situado a 2.065 metros de altura, en un lugar escarpado y de difícil acceso, el refugio del Collado Jermoso ocupa un puesto de honor en el montañismo leonés. Un rincón único, enclavado en el corazón de Picos de Europa, cuya historia echa a andar en 1.930 cuando su mentor Diego Mella planteó su construcción.
Un emblema para todo amante de la montaña, como José Antonio García y Enrique González que, movidos por su pasión, han convertido al Collado Jermoso en el primer refugio de corte alpino de la provincia de León con la instalación de una hidroestufa de pellets que permite, de forma sostenible, calentar el circuito de radiadores distribuidos por todo el refugio.
Fue el pasado sábado, coincidiendo con el porteo de alimentos en helicóptero, cuando se trasladó hasta el refugio la caldera de biomasa así como el material necesario para su instalación en una jornada a la que se sumaron numerosos federados de la Federación de Montaña de Castilla y León.
Un proyecto que, surgió de Pellets Torío-León y a la que se sumó estufas Ferlux y Biovegamasa y que según reconocen sus promotores, ha supuesto un gran esfuerzo así como un importante desembolso económico pero que supone un punto y aparte en este refugio que ya cuenta con calefacción central y agua caliente. Se trata de energía completamente limpia.
Será en los próximos meses, previsiblemente en septiembre, cuando se culmine este proyecto con la instalación de una microturbina, que tendrá un coste de 4.300 euros que asumirá en su totalidad la Federación de Montaña de Castilla y León, que permitirá proporcionar energía eléctrica para cubrir todas las necesidades de este enclave.
El sudor de un pueblo
Energía sostenible y limpia para un destino de primer orden para los montañeros leoneses que esconde detrás la historia de habitantes del Valle de Valdeón que, por 25 pesetas el kilo y en burro, a espalda, a mano, cargaban toneladas de cemento, yeso, pizarra y miles de ladrillos para dar vida a este rincón.
Recuerda José Bruzzi delegado provincial de FDMESCYL- el testimonio de Heliodora Guerra que aseguraba que lo peor era el cemento, con el sudor y el polvo era insoportable. Una obra que tuvo tintes faraónicos y en cuya inauguración no se escatimó medios, bendición, misa de campaña y comilona.
Siete décadas después, su entorno se mantiene intacto mientras el refugio se adapta y evoluciona conforme a los tiempos. Hoy se sube al carro de las energías verdes, con la instalación de la hidroestufa y la microturbina convirtiéndolo en un refugio alpino que elevará su repercusión en el mundo de los deportes de montaña.
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