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EUROPA PRESS
Jueves, 14 de abril 2011, 15:38
La paliza que el joven Rubén C.L. encargó que un sicario propinara al empleado de un concensionario de coches de Valladolid en marzo de 2009, tras la negativa de la víctima de incluir en la garantía la reparación de su vehículo, le ha 'costado' finalmente una pena de un año y nueve meses de prisión.
La condena dictada por la Audiencia de Valladolid es, sin embargo, sensiblemente inferior a los tres años de privación de libertad a los que se exponía el procesado, gracias al acuerdo alcanzado antes del juicio por su letrado defensor y las acusaciones pública y particular.
Así, el reconocimiento de los hechos por parte del procesado y la previa consignación judicial de 6.000 euros para sufragar la responsabilidad civil, con la que se considera cubierta la indemnización reclamada para el agredido, ha llevado a la Sala a dictar 'in voce' una sentencia condenatoria de un año de cárcel por un delito de lesiones y otros nueve meses más por otro delito de amenazas, con la atenuante de reparación del daño, según informaron a Europa Press fuentes jurídicas.
El incidente se remonta al día 5 de marzo de 2009, fecha en que el ahora condenado acudió al establecimiento del grupo SEAT, sito en la calle Arco de Ladrillo, para recoger su vehículo tras una reparación. Invitó entonces a un empleado, E.J.M, a que se subiera al asiento del copiloto y le acompañara a dar una vuelta para comprobar si la reparación había sido bien realizada.
Durante el trayecto, el acusado trató de convencer al trabajador del concesionario para que la reparación fuera incluida en la garantía, y al obtener la negativa por respuesta R.C.L. se desvió a la derecha al llegar a Laguna de Duero y detuvo el coche para que una persona no identificada subiera y se colocara en el asiento trasero.
En el trayecto de vuelta al concesionario el conductor del vehículo se dirigió al copiloto en los siguientes términos: "¡Tú vas en contra de mi, me tenías que haber metido la reparación en garantía, de mi no se ríe nadie", para luego sacar un fajo con 800 euros que dio al sicario o persona que ocupaba los asientos traseros y decir: "le voy a dar el dinero de la reparación a él, y como me denuncies va a venir a por ti!"
En ese momento, la persona no identificada, "actuando conforme al mandato previo", sacó por la fuerza al empleado del concesionario y le dio una paliza mientras que procesado contemplaba la escena desde el coche. Tras la agresión, los dos sujetos abandonaron al perjudicado, no sin antes advertirle de que si les denunciaba volverían a por él.
A causa de los golpes, la víctima sufrió policontusiones y ansiedad que precisaron para su curación tratamiento médico. Con secuelas, el agredido padece síndrome de estrés postraumático y cervicalgia, al tiempo que continua en tratamiento psicológico.
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