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LA RECETA DE LA ABUELA

Suspiros de Segovia

PPLL

Viernes, 10 de julio 2009, 03:06

Se trata de un dulce de gran tradición en la provincia de Segovia, cuyo origen no está muy claro y su confección se pierde en el tiempo. La elaboración ancestral de los suspiros de Segovia ha pasado de madres a hijas, y al día de hoy sigue realizándose de forma original, respetando la confección artesanal. Los suspiros son bollos que están confeccionados por una masa azucarada con un aspecto externo es irregular, destacan los abombamientos que crean en su interior cavidades irregulares. Es un producto esponjoso, con una textura porosa, polvorienta, arenosa y espumosa. El 'suspiro o soplillo' una vez introducido en boca se deshace, pudiendo ser volátil a cualquier soplo. Los suspiros han de tener un diámetro de 6 a 7 centímetros, con una altura de 2 a 3 cm. Su peso una vez cocido está comprendido entre 25 a 30 gramos unidad.

La fabricación de los suspiros se realiza en casi todas las panaderías y pastelerías de Segovia, pero debido al grado de aceptación, se puede encontrar en otras provincias.

Ingredientes en la elaboración de los suspiros: 12 yemas de huevo, 1/2 kg. de harina, 350 gr. de aceite de oliva, 3 copas de aguardiente, 1 cucharadita de anises molidos, zumo de un limón, 1 cucharada de coñac (a gusto), 3 cucharadas de azúcar común y 1/2 cucharada de bicarbonato.

Elaboración de los suspiros: Lo primero es precalentar el horno a 175ºC. Separe las yemas de las claras y, a continuación, bata las yemas con el azúcar y el aceite, hasta que adquiera una textura cremosa. Seguidamente se añade el aguardiente, el zumo de limón, el coñac, el bicarbonato y la harina, que habrá de incorporar lentamente hasta que la absorba en su totalidad para obtener una masa fina y cremosa. Ayudándonos de una cuchara sopera deberá realizar unas pequeñas bolas, que depositará sobre una placa de horno protegida de papel engrasado. Seguidamente introduzca la placa en el horno, llevándola a cocción por espacio de 15 minutos aproximadamente. Una vez que hayan adquirido un color ligeramente dorado se sacan del horno y se espolvorean con azúcar glaseada (azúcar triturada).

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