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REAL VALLADOLID

Un ultra del Sporting de Gijón, retenido en la entrada del estadio

El fuerte dispositivo de seguridad impidió que los Ultra Boys causaran problemas en el José Zorrilla

S. G. S.

Domingo, 24 de mayo 2009, 03:27

El dispositivo de seguridad montado en torno al Valladolid-Sporting funcionó a la perfección y la Policía Nacional, junto a la local, evitó cualquier tipo de incidente entre aficiones.

El único momento crítico de la tarde se registró poco antes del partido, cuando los ultras del Sporting de Gijón, uno de los grupos más radicales de la liga, llegaron al Zorrilla desde León.

Dos autocares les transportaron hasta una de las puertas del estadio. Allí, a pie de puerta un cordón policial les hizo el pasillo hasta la entrada.

Con los pasajeros del primero de ellos no hubo nigún problema. Los Ultra Boys bajaron en fila india y tras dedicar algunos cánticos a la ciudad de Valladolid avanzaron hacia el vestíbulo.

La cosa cambió cuando la puerta del segundo de los vehículos se abrió. En él iban las joyas de la corona y eso se notó desde el principio. Cuando unos 20 hinchas ya estaban en el interior del estadio, la tensión creció en la puerta.

Allí, uno de los ultras pareció no estar demasiado cómodo ante la presencia de los medios gráficos y comenzó a increpar a los reporteros, que continuaron realizando su trabajo mientras el individuo les lanzaba todo tipo de improperios aderezados con saludos de la ultraderecha.

Entonces, los miembros del Cuerpo Nacional de Policía le invitaron a entrar en el estadio y cuando parecía que todo estaba ya controlado, del tumulto formado emergió otro personaje, con signos de embriaguez, que violentamente intentó pasar por encima de las vallas para agredir a los fotógrafos.

Rápidamente,los agentes le redujeron y aunque el susodicho intento argumentar que iba «a saludar a un amigo con el que iba a dormir», le condujeron hasta una de las furgonetas para pedirle la documentación y calmarle antes de devolverle al redil.

Dentro, tranquilidad

El interior del estadio no hubo ningún indidente reseñable. Los Ultra Boys se situaron en la zona más alta de la tribuna B rodeados por policías y, salvo al final de la primera parte en la que intentaron provocar a los aficionados de preferencia lanzandoles algún objeto, se comportaron razonablemente. Con el pitido final, la operación salida se realizó sin problemas. Primero, salieron todos los aficionados blanquivioleta, después los sportinguistas.

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