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S. G.
Zamora
Jueves, 1 de enero 1970
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Más de 20 ataques en dos años, el último de ellos esta madrugada, son los que ha sufrido la explotación de ovino de carne de Eduardo Herrero, en la localidad zamorana de Fresnadillo. Su último balance, de este mediodía, era de 20 ovejas muertas y seguía buscando otras desaparecidas. «Unas estaban preñadas, otras con uno o dos corderos o a una semana de parir, además de que muchas están mordidas y ese lucro cesante no te lo paga nadie».
El anterior ataque que se produjo en la explotación de Eduardo se remonta a la primavera pero en ningún caso, ni ese ni los anteriores, habían alcanzando tantas bajas. «De 10 y de 14 bajas sí que había tenido ataques pero como este, ninguno, está claro que es una manada y sigo diciendo que son lobos que ha echado quien sea».El ganadero profundiza en su teoría: «Desde marzo no se había vuelto a producir un ataque y en cuanto llueve vienen los lobos, todos los años. ¿Dónde habían estado? Los sueltan cuando quieren, ahora solo me falta averiguar quién».
Eduardo Herrero suma, además, otra problemática a la del lobo y es la surgida con los buitres que a penas les permitían retirar del campo a los animales muertos. «Los buitres se venían a nosotros cuando hemos querido quitar las ovejas, nos hemos visto fatal para cogerlas así que a parte del problema con el lobo tenemos el del buitre, que están muertos de hambre». Las 500 ovejas de Eduardo se encontraban en el campo cuando fueron atacadas, «limpiando el monte, verá usted que aquí no se produce ni un incendio», indica, «pero eso no lo ven los políticos así que a partir de ahora ya no van a quedar sueltas, tendré que encerrarlas».Esta situación implica un cambio en el manejo de su explotación y si hasta ahora las ovejas quedaban en un cercado en el campo, «tendremos que volver al pastoreo tradicional y que una persona esté todo el día con ellas en el campo y al caer la tarde a recogerlas».
Otro de los problemas que se le ha planteado a este ganadero zamorano es que el camión de retirada de animales no ha podido efectuarla ya que cuando se trata de un ataque con más de 10 animales muertos tiene que acudir hasta el lugar de los hechos la patrulla del lobo. «La patrulla del lobo hoy no estaba disponible en Zamora, estaba en León, así que tengo que esperar hasta mañana para que vengan y luego avisar al camión que los fines de semana no trabaja. Al final, van a estar cinco días las ovejas aquí con todos los olores».
La cuestión es que en Fresnadillo no hay un solo ganadero que haya quedado exento de los ataques, «todos los de este pueblo los hemos sufrido», asegura Eduardo Puente. En su caso concreto, «me disputo la primera posición con Eduardo», ironiza con palabras amargas, «mi ganadería ha sufrido 21 ataques de lobo». Adelanta que tomará la misma iniciativa que su compañero, «no va a quedar más remedio que encerrar las ovejas y por la noche estar pendiente porque esta manada no va a respetar ni la majada ni nada». Esto implica mano de obra «porque si nos tenemos que quedar con las ovejas, a ver quién maneja el tractor para sembrar». Pedro Puente, mientras observa los daños y ayuda a retirar las ovejas a Eduardo, aprecia que este ataque ha sido «una salvajada, roza el crimen», concluye.
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