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Montoya a su llegada a los juzgados de Valverde del Camino (Huelva). Efe
Bernardo Montoya alternó dos novias durante los días de la desaparición de Laura

Bernardo Montoya alternó dos novias durante los días de la desaparición de Laura

El autor confeso del crimen ha ofrecido una tercera versión de los hechos por escrito y a través de un funcionario de prisiones

El Norte

Valladolid

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Martes, 5 de febrero 2019, 14:33

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Bernardo Montoya, el autor confeso del asesinato de Laura Luelmo, a la que quitó la vida el pasado diciembre en El Campillo (Huelva) ofreció el lunes una tercera versión de los hechos. En esta tercera declaración realizada por escrito y a través de un funcionario de prisiones. En este nuevo relato Montoya asegura que tras ser detenido que había ido a visitar a esa mujer, Josefa G. C., que vive en Jerez de la Frontera, mientras la Guardia Civil buscaba a Laura, según ha podido saber ABC.

A su vez, lo investigadores descubrieron que esta no era la única relación del acusado durante aquellos días. El viernes 15 de diciembre se dirigió a la cárcel de Huelva para mantener un «vis a vis» con la que sobre el papel es su pareja actual, otra interna a la que se refirió en su declaración. Aseguró que esta segunda mujer no sabía nada de lo que había hecho y que en su visita a Josefa disimuló con ella y con la madre de la mujer, su supuesta suegra.

La tercera versión

El individuo que confesó en un primer momento haber intentado agredir sexualmente a Laura, sin lograrlo, y dijo que la había abandonado con vida en el paraje en el que fue encontrado el cadáver está ingresado en un módulo de aislamiento de la cárcel de Morón de la Frontera (Sevilla). Allí fue trasladado desde la prisión de Huelva para preservar su seguridad.

Esta nueva confesión la realizó al llamar a un funcionario de la prisión de Huelva y le dijo que le iba a contar la verdad. Le relató que Josefa, a la que él se refiere como su exnovia pese a que fue a visitarla a Jerez según dijo, acabó con la vida de Laura por celos.

Según él, el 13 de diciembre, la tarde en la que introdujo a la víctima a la fuerza o con engaño en su casa, Josefa estaba allí algo que no había contado nunca y que, por lo tanto, no resulta creíble para los investigadores. Montoya puso por escrito un largo relato, según avanzó el programa 'Espejo Público', que fue enviado junto con la declaración del funcionario de Prisiones al Juzgado de Valverde del Camino.

«Por respeto a mi familia no voy a quedar como un asesino y violador de una chica con la edad de mi hija», explica en ese escrito. «Decidí autoinculparme para librar a mi exnovia de la cárcel. Yo ya estoy acostumbrado a esta vida. Pero no me voy a comer el marrón de Josefa», continúa. «Llevaba tres años sin saber nada de Josefa pero se presentó en mi casa y le invité a pasar. Luego salí a preparar un brasero de leña (...) y vi salir a una chica joven y preciosa. Me preguntó por un supermercado y le di las indicaciones».

El tono del relato apunta a su autoexculpación. Dice que encontró a su novia y a Laura discutiendo y que Josefa le propinó un golpe en la cara con el palo de una escoba. Dice que la maniató y la llevó al dormitorio. Allí Josefa, según esa versión, la mató con un martillo. La transportaron en el maletero de su coche.

Los golpes que reveló la autopsia tampoco encajan con esa secuencia de hechos, ni los testimonios que ya han prestado algunos vecinos de El Campillo que oyeron el coche y vieron a Montoya solo el día de los hechos, y escondiéndose de la Guardia Civil después.

Fuentes jurídicas consultadas por ABC ven en esta nueva versión además de una venganza hacia la persona a la que señala, una forma de ganarse el favor de su propia familia. Su padre y sus hermanas le dieron la espalda tras conocerse la brutalidad de su crimen, pero ahora, estarían dispuestos a pagar al nuevo abogado (no de oficio) que le va a representar.

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