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El historiador Juan Andrés Blanco, en su despacho en el Centro Asociado de la UNED de Zamora.
«Las generaciones más jóvenes juzgarán a Fidel Castro por las perspectivas que les deja»
Juan Andrés Blanco Historiador y director de la UNED en Zamora

«Las generaciones más jóvenes juzgarán a Fidel Castro por las perspectivas que les deja»

El historiador cree que la muerte del comandante no supondrá cambios y que hay una «profunda insatisfacción» de una parte de la sociedad cubana

Alicia Pérez

Lunes, 28 de noviembre 2016, 11:47

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Coincidió con Fidel Castro en algún acto y lo saludó un par de veces en los años 90. No mantuvo una relación cercana con el comandante, pero sí con gente cercana a él. Incluso presenció, a modo de anécdota, la gestión que tuvo que realizar Gabriel García Márquez con el propio Castro para que los profesores de los cursos de verano de la Escuela Internacional de Cine pudieran cobrar 20 dólares por su trabajo. Esto refleja que el comandante "controlaba absolutamente todo", según recuerda el historiador Juan Andrés Blanco, director del Centro Asociado de la UNED de Zamora y del Centro de Estudios de la Emigración Castellana y Leonesa. Pero su relación con Cuba comenzó antes, desde que sus abuelos y padrinos vivieron en la isla y cuando el asalto al cuartel Moncada en 1953 sorprendió a su padre trabajando en el país caribeño.

-¿Quién era Fidel Castro?

-Fidel Castro es un revolucionario de dimensión mundial. Encarnó esa lucha armada contra una dictadura de Batista claramente desprestigiada, sangrienta, corrupta y vinculada a Estados Unidos y con el apoyo de Estados Unidos. Castro supo muy pronto encarnar esa idea de independencia nacional y marcó una tendencia clara que se vincula con la idea de independencia nacional de quien domina América, la independencia en relación a Estados Unidos y el sentimiento antidominio norteamericano. Ese enfrentamiento se fue alimentando y llega hasta nuestros días. Siempre consideró que uno de los opresores fundamentales, uno de los responsables de las injusticias en el mundo era el régimen norteamericano. En ese contexto, se acaba adscribiendo a la Unión Soviética y ahí empieza uno de los grandes problemas que tendrá el régimen cubano y el propio Fidel Castro.

-¿Qué supone la muerte del líder cubano?

-Los problemas fundamentales del régimen son problemas de ineficacia económica, al margen de la falta de libertades en distintos campos, como que no hay pluralismo político y es una sociedad controlada. Yo creo que de momento no supone nada, porque Fidel es indudablemente un referente muy importante pero la transición dentro del propio régimen se había hecho con el traslado del poder a su hermano, que es además el jefe del Ejército desde hace mucho tiempo. La institución fundamental dentro del régimen es el Ejército cubano y está controlado todavía por una cúpula que viene de la Revolución. El referente, sin duda alguna, era Fidel, pero lo otro se mantiene intacto. Están en un proceso de un cierto cambio económico obligado por las propias circunstancias y, de alguna manera, aunque no se manifieste porque en un sistema dictatorial ese tipo de manifestaciones a veces no son posibles, yo creo que hay una profunda insatisfacción de una parte de la sociedad cubana que quiere naturalmente mejores perspectivas, fundamentalmente en el campo de lo que ha sido el principal fracaso, que es el campo del desarrollo económico. La población, con toda seguridad, quiere mantener lo que el régimen supuso de igualdad social, de justicia social y en el campo de la medicina o la educación, pero el deterioro económico no solo se puede achacar al bloqueo, sino que hay un problema de ineficiencia interna muy clara, y eso es lo que creo que están intentando en la medida de lo posible. Los cubanos pretenden algún camino, sea referente Vietnam o China, pero adaptado a la vida cubana y sin olvidar las circunstancias de la propia historia cubana.

-¿Cómo fue la relación de Castro con España?

-La presencia de españoles en Cuba se ve en la gente y en el propio Fidel, que tenía muchos rasgos de esa vertiente española, su ironía y viveza tenían mucho que ver con España y siempre mantuvo una buena relación con España. Había muchos elementos que le acercaban a ello, como que su padre fuera gallego. Hemos estudiado la presencia española en Cuba desde la Guerra de Independencia y muchos españoles que estaban afincados en Cuba estuvieron luchando a favor de la independencia cubana, también procedentes de Castilla y León y de Zamora. Más de 400.000 castellanos y leoneses emigraron fuera y una parte importante de ellos fueron a Cuba. Todo eso lo hemos ido analizando y hemos comprobado cómo hay un puente de vinculación y de relación muy importante. Es difícil sentirte extranjero en Cuba siendo español. Es verdad que hay esa vinculación, que se ha mantenido por la contribución española a lo que es la identidad cubana y  también por esos cientos de miles de españoles que se fueron a Cuba, una presencia que sigue hasta hoy. Fidel encarnaba de alguna manera la vinculación que mantienen los hijos de inmigrantes.

-Está claro que Fidel estará en los libros de Historia, pero ¿cómo le recordará la Historia?

-Encarnó algunos ideales importantes de independencia en un siglo XX en el que el sentimiento nacional es tan importante. También otro sentimiento importante como es el internacionalismo, el ayudar a la superación de situaciones de colonialismo. Se le recordará también como la figura fundamental de una Revolución que fue un referente muy importante en el proceso revolucionario en el mundo en general y que concitó una enorme esperanza de que pudiera hacerse una revolución que acabara con la situación de dominación y de injusticia que había en muchos de estos países. También se recordarán algunos logros importantes en el campo de la educación, en el campo de la sanidad y, sobre todo, en la defensa de la independencia real, política y económica, frente a quienes de una manera o de otra tienen un peso muy importante en el mundo. También va a ser recordado con importantes críticas al sistema que construyó, con una falta de libertad política muy clara y con una falta de oportunidades reales para las generaciones jóvenes porque económicamente el sistema no funciona para nada. Esas generaciones jóvenes tienen derecho a que nadie determine el régimen por el que se tienen que regular. No se lo puede imponer nadie, tienen derecho a elegir el suyo a través de una participación real. Las generaciones más jóvenes, que son el presente y tienen que ser el futuro, también le van a juzgar por las perspectivas que les deja después de más de 40 años gobernando y la continuación todavía de un régimen que ha tenido en Fidel el referente  fundamental.

-¿Cuándo podrían darse cambios para el pueblo cubano o en las relaciones internacionales?

-Yo creo que de momento no y no sé por qué tiempo. En cualquier caso, debería ser lo que los cubanos eligieran.

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