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Desayuno de domingo Isabel San Sebastián: «Las mujeres no eran víctimas que se dejaran pisotear, ni antes ni ahora ni nunca»

Santiago de Chile, 1959. Soy periodista, escritora y abuela, como Auriola, la protagonista de mi nueva novela, 'La dueña' (Plaza & Janés), que transcurre en plena Reconquista.

Lunes, 03 de Octubre 2022

Tiempo de lectura: 2 min

XLSemanal. En La dueña (a la venta el 6 de octubre) aborda las peleas entre reyes navarros y castellanos del siglo XI.

Isabel San Sebastián. Sí; lo que pasa es que los reyes no se peleaban en duelo: mandaban a sus mesnadas y morían muchos peones y caballeros por unos palmos más de tierra.

XL. Una época plagada de intrigas.

I.S.S. Y de mucha división. Hay una enseñanza en esta novela, aún válida en España, y es que la unidad nos hace fuertes y la fragmentación nos debilita. Tanto a los cristianos como a los moros.

XL. Las mujeres eran casi gobernadoras.

I.S.S. Sí, las que de verdad partían el bacalao: resolvían los conflictos de sus propiedades, gestionaban las cosechas, educaban a sus hijos... Pero las crónicas casi siempre las escribían los clérigos, con una visión masculina y sesgada. Las mujeres no eran víctimas que se dejaran pisotear, ni antes ni ahora ni nunca.

XL. ¿El poder religioso ha anulado a la mujer más que el político?

I.S.S. ¡Mucho más! Durante siglos, la Iglesia católica tuvo gran influencia política y social. En la Asturias pagana y medieval, la mujer tenía mucho más poder. Lo perdió por la Iglesia católica.

XL. En el mundo musulmán no es mejor...

I.S.S. Allí la mujer siempre ha estado reducida a la nada, con burka. Por suerte, en Occidente vivimos ya en sociedades laicas y somos muy libres.

XL. En su novela, los padres eligen los maridos de sus hijas. Viendo lo que duran hoy los matrimonios, ¿nadie mejor que ellos para saber qué nos conviene? [Risas].

I.S.S. ¡Jajaja! Pues seguramente. Los matrimonios por amor se basaban en la pasión y el calentón; los de conveniencia, en la razón y el cálculo. Quizá estos son más duraderos y felices, ¿no? [Ríe]. La esperanza de vida era, además, más corta y no les daba tiempo a ver la cruda realidad de lo que hay...

XL. ¿Le es más fácil trabajar la documentación histórica que la actual?

I.S.S. Es más estimulante, la verdad. La información hoy es deprimente. Pero, aunque las noticias y la política me pueden cabrear, ya no me duelen.

XL. ¿Dejará el periodismo por la literatura?

I.S.S. La columna de ABC no... y quizá la radio tampoco. Mientras me quieran, claro. Pero la tele sí la dejaré.

XL. Trabajó con Jesús Hermida, Luis Del Olmo, María Teresa Campos... ¿Es una vaca sagrada en activo?

I.S.S. ¿Vaca sagrada? No sé. Sí soy una veterana, una abuela de la vida familiar y del periodismo. Y resisto, que es de lo que se trata. Estoy en un momento maravilloso: la 'abuelez' es lo mejor que le puede pasar a una mujer.

«Pan tostado, de barra o de hogaza, con mantequilla y mermelada de fresa y una rodaja de melón. Y, si no hay melón, un kiwi. Y un café con leche».