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Los duques de Windsor.
¿Dónde estaba Wallis?

¿Dónde estaba Wallis?

verano de... 1940 ·

Los duques de Windsor no quisieron quedarse a vivir en Ciudad Rodrigo, como les ofrecieron desde España con aviesas intenciones

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Jueves, 22 de julio 2021, 00:04

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Para inaugurar el verano del 40, Hitler comunicó sus condiciones a Francia en el mismo vagón donde los alemanes habían firmado la rendición del 18. Es para lo único que se me ocurre que sirven los asientos enfrentados con mesa de Renfe. El Armisticio fue al día siguiente, el 22 de junio. Y los duques de Windsor, en la Costa Azul. Durante ese mes los alemanes bombardearon Jersey y ocuparon Guernsey, lo que daría pie a Mary Ann Shafer para 'La sociedad literaria del pastel de piel de patata de Guernsey'. En julio, el Reino Unido y Vichy rompen relaciones diplomáticas. También empezó la Batalla de Inglaterra y, por la parte folclórica, Franco reclamó Gibraltar el 18 de julio. El 20 de agosto, Ramón Mercader se presentó en casa de Trotski con un piolet. El trabajito de Stalin se llamaba Operación Pato. En junio y julio del 40 en Madrid y Portugal se desarrolló la Operación Willi. Cosa de Hitler. Objetivo: los duques de Windsor. Hay un libro, 'Conspiración en Madrid', de Javier Juárez, que especula con el asunto. La portada es la foto de Philippe Halsman de los duques saltando. De la trama también habla Wallis en sus memorias.

Tras huir de Francia, los duques pasaron por Barcelona, Madrid y Estoril. El pobre Eduardo había perdido en Cannes a su valet, su ayuda de cámara. Antes de marcharse, había dejado la ropa empacada de manera perfecta. «El segundo día en Barcelona, había reducido la obra maestra de Fletcher a ruinas», cuenta la duquesa de Windsor en 'The heart has its reasons' de su inútil marido. La habitación debía de ser como Zara el primer día de rebajas, pero con ropa buena.

En Madrid se instalaron en el Ritz. Los alemanes vieron una oportunidad para utilizar al exrey. Si no se ganaban su confianza para colocarlo de títere, los secuestrarían. Y por ahí andaba Serrano Suñer. Wallis se iba al Escorial y él tenía reuniones continuas. Luego se fueron a Estoril alojados por Ricardo Espírito Santo. Von Ribbentrop mandaba telegramas a sus embajadores en Madrid y Lisboa para seducir al duque.

A Stalin le salió bien la Operación Pato (la de matar a Trotski), pero Hitler fracasó con su Operación Willi

Los españoles les propusieron instalarse en Ciudad Rodrigo. ¿Qué había detrás de esa extraña oferta?, se preguntaba Wallis. Eduardo imaginó que detrás estaba el gobierno alemán. «David siempre ha considerado ese complot uno de los más divertidos ejemplos de los malentendidos alemanes sobre el carácter británico». Eduardo, con su amigo Churchill como primer ministro, tenía como mayor problema el reconocimiento protocolario de su mujer. Volvería al país si admitían sus condiciones. Y si no, estaba dispuesto a servir al rey donde Winston decidiese. Y lo mandaron de gobernador a Bahamas. Llegaron casi con lo puesto. Cincuenta y siete piezas de equipaje, los perros, dos cajas de champán, dos de ginebra y dos de oporto. El resto ya se lo mandarían.

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