El crucifijo está de moda en el armario de los jóvenes
Ángeles, frases religiosas, cruces... se abren hueco en el vestuario de la Generación Z. En Estados Unidos florecen las marcas de moda inspiridas en la fe cristiana. En España el fenómeno del 'christian core' es aún incipiente
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La cantante Rosalía ha lanzado nuevo disco. Pero más que de su música, de lo que se habla es del espectáculo que montó en su ... presentación en sociedad en Madrid. Llevaba semanas callada y su aparición inesperada paralizó el centro de la capital. Impactó por partida doble:porque nadie se lo esperaba –fue exactamente eso, una sorpresa–, y por su atuendo, iba vestida como una monja.
Muchos han visto en este último gesto algo rompedor. Pero lo cierto es que la artista catalana no se ha inventado nada. Lo que ha hecho es que se vuelva a hablar de una tendencia con nombre anglosajón:el 'christiancore'. ¿En qué consiste? En utilizar la estética cristiana fuera del ambiente religioso. Ponerse crucifijos como un simple accesorio más, lucir camisetas con mensajes como 'believer' (creyente), bordarse ángeles en las sudaderas...
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¿Son los jóvenes más religiosos ahora?
«La fascinación por lo religioso en la cultura pop no es nueva», apunta la socióloga Sandra Bravo Durán en un artículo de 'The Conversation«. Y antes que Rosalía estuvo Madonna, que hizo de las cruces una seña de identidad... Aunque, a diferencia de la catalana, se apropió de los símbolos católicos para provocar. Su última polémica data de febrero de 2023, cuando protagonizó la portada de 'Vanity Fair' caracterizada como la Virgen. La fecha es importante porque dicen los entendidos que fue a partir de ahí cuando resurgió de nuevo lo que ahora han bautizado como 'christiancore'. «También lo hemos visto en Lana del Rey, que recurre a estética y narrativa con motivos bíblicos y religiosos», aporta Marta Torregrosa, directora de ISEM Fashion Business School (Universidad de Navarra).
No sabemos a ciencia cierta la intención de la artista catalana, pero sí que su 'performance' madrileña va a actuar como motor de esta nueva forma de vestir. Un fenómeno que, además, llega en un momento concreto: con la Generación Z abrazando la espiritualidad a su manera. «Hace años, los jóvenes no se declaraban católicos y el catolicismo tendía a apartarse de la esfera pública. Se sentía cierta presión social hacia la secularización. En los últimos años, esta tendencia se está revirtiendo y se está naturalizando la pluralidad», señala el sociólogo Rafael Ruiz Andrés, profesor también en la Universidad Complutense de Madrid.
En España el fenómeno es incipiente y se ve, sobre todo, en el uso de las cruces para algún estampado o en pendientes y collares. En Estados Unidos, sin embargo, llevan un par de años dándole vueltas al asunto y están floreciendo marcas cuyo estilo de ropa está inspirado en la fe cristiana. «Combina lenguaje evangélico y estética urbana:tipografías góticas, frases sobre Dios...», explica Bravo, doctora en Creatividad Aplicada por la Universidad de Navarra.
Más allá de la música
«La iconografía cristiana lleva décadas inspirando también al universo de la moda», afirma Torregrosa. Y recuerda una exposición organizada por el MET de Nueva York en 2018 que mostraba el diálogo entre este campo con prácticas, símbolos e imaginería del catolicismo. «Ese hilo atraviesa a diseñadores y escenas clave. Algunos ejemplos son Jean Paul Gaultier, que en 2007 ritualizó la pasarela con halos, tocas y motivos devocionales; Dolce & Gabbana que en 2013 trasladó los mosaicos bizantinos de la catedral de Monreale (Sicilia) a vestidos y brocados 'de vestidura'; y Balenciaga, que destiló la austeridad del hábito en un léxico de elegancia silenciosa».
Aunque quizá el que más ha quedado en el imaginario popular por provocador haya sido John Galliano, que vistió de Papa a uno de sus modelos en una colección para la firma Christian Dior en el año 2000. Ya más cerca de la actualidad, en 2010 la casa Givenchy incluyó en una de sus colecciones sudaderas y camisetas con mensajes como 'Jesús es el Señor'. Es el precedente más cercano del actual 'christiancore'.
Así que Rosalía no se ha sacado su hábito de debajo de la manga por casualidad... Ni se ha vuelto monja de repente. Lo que sí va a hacer ahora es «acelerar y amplificar» esta tendencia, señala Torregrosa. «Y lo consigue porque crea cultura, no solo música. Lo valioso de su propuesta es su capacidad para resonar en el corazón del público, aportando sentido y significado a las vidas de quienes la escuchan», concluye.
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