

Valladolid
Zakaria sí que llevó a una parturienta en su taxi: «Somos humanos y prima la emergencia»El experimentado conductor tranquilizó a los futuros padres durante el trayecto y no le importó que en su vehículo rompiera aguas
A Zakaria Belamri, taxista en Valladolid desde hace 14 años, le tocó ir «a toda hostia», como él mismo afirma, hace unos quince días con ... una emergencia sanitaria. Un aviso había entrado para llevar a una embarazada hasta el Hospital Clínico desde la calle Victoria. Un trayecto de unos dos kilómetros que completó en pocos minutos y en el que su único objetivo era llegar cuanto antes.
«Solo la escuchaba gritar 'Me muero, me muero'. Es que estaba llorando», refleja este miércoles este veterano chófer en defensa del sector después de que recientemente se haya abierto una investigación contra un compañero de profesión por negarse a trasladar, también de urgencia, a una mujer a punto de dar a luz a la altura del Vallsur en el Paseo de Zorrilla. Finalmente tuvo a su hijo en un paso de peatones.
Se desconocen los motivos de esa negativa respuesta, si bien Zakaria hace dos semanas lo tuvo claro. «Nada más llegar a su domicilio, me estaba esperando el padre con unas bolsas. Me dijo que estaba embarazada y con contracciones. Subí el coche a la acera y entre los dos montamos a la mujer en la parte trasera porque no se podía mover», rememora el taxista.
En poco tiempo subieron la cuesta que da acceso a Urgencias y enseguida Zakaria empezó a dar órdenes. «Le dije al padre que fuera en busca de los sanitarios y me fui a por una silla para trasladar a la embarazada», continúa, a la par que reconoce que no se asustó. «Ya he sido padre y he visto los partos. Así que intenté ayudar en la medida de lo posible», agrega satisfecho de su labor.
«Me quedé contento por ayudarla. La intentaba calmar y la decía que no se iba a morir»
Zakaria Belamri
Taxista
«Me quedé contento por ayudarla. La intentaba calmar y la decía que no se iba a morir», subraya Zakaria Belamri, quien durante todo el trayecto solo pensó en echar una mano. «Evidentemente prima la emergencia sanitaria. No sé si llamó a la ambulancia, pero tal vez el servicio de taxi se le despachó antes. Somos humanos y nos duele también lo que vemos. No se pueden rechazar estos servicios. Así que me quedé contento de ayudarles», reconoce el chófer.
En el momento de ayudar a la mujer a bajarse del coche, el propio taxista se percató de que durante el trayecto había roto aguas. «No lo di importancia. Lo limpié, no ha quedado sucio y no deja ningún tipo de olor», apostilla mientras quita importancia a las labores de limpieza que ejecutó nada más dejar a esos futuros padres.
Unos progenitores de los que no ha tenido más noticias. «He pensado en más de una ocasión en acercarme hasta el lugar donde les recogí. Pero por trabajo no he podido», concluye Zakaria en mitad de su jornada de trabajo.
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