La Virgen del Carmen navega por el Pisuerga en recuerdo de las víctimas del coronavirus

Los devotos de la Virgen del Carmen de Valladolid, patrona del mar, celebraron este domingo su día grande con la tradicional procesión fluvial por el río Pisuerga, tal y como viene haciendo por estas fechas desde hace 21 años la Asociación Cultural de Amigos del Pisuerga. Sin embargo, fue una edición «extraña, pero llena de emoción», como admitieron desde el propio colectivo.

Las medidas de seguridad, con el distanciamiento social entre los protagonistas, las áreas de prohibido el paso alrededor de la imagen de la virgen y el uso obligatorio de la mascarilla, condicionaron un acto «conciso», en el que se recordó a las víctimas del coronavirus, pero también a los que no acudieron por miedo al riesgo de contagio en el primer acto multitudinario tras el confinamiento en la ciudad.

Con «algo» menos de asistentes, según la Policía y la propia organización del evento, el homenaje comenzó con la tradicional misa, oficiada por el excronista de la ciudad Teófanes Egido, al que siguió una procesión fluvial, que también experimentó variaciones ante la actual situación de pandemia vírica.

Todos los participantes, independientemente de la separación entre ellos, tuvieron que utilizar la mascarilla de forma continuada, como uno de los requisitos que recibieron los Amigos del Pisuerga para poder realizar la actividad, después de semanas de dilación para obtener el permiso municipal ante «una situación extraordinaria».

De ahí también que la imagen de la patrona se llevase en un navío a motor, y no con la habilidad marinera de los cuatro remeros que tradicionalmente transportan a la virgen. «Es una forma de evitar el sudor o la saliva y prevenir factores de contagio», indicó Luis Ángel Largo, uno de los promotores de la procesión.

Una chalana marinera trasladó a la homenajeada, a la que siguieron otras embarcaciones, incluida la Leyenda del Pisuerga y varios piragüistas, para completar el recorrido, de ida y vuelta, por el río entre los puentes de Poniente, de Isabel la Católica, de Adolfo Suárez, Puente Colgante, Juan de Austria y Museo de la Ciencia hasta llegar finalmente a Arturo Eyiríes, donde se realizó una ofrenda floral frente a la cruz blanca, donde se cree que se ubicó en el siglo XIII el primer convento franciscano de España. Después regresó hasta el embarcadero de Las Moreras.

En la travesía, a la banda sonora de cohetes le acompañó el 'Resistiré' del Dúo Dinámico, elevando a himno de lucha durante la cuarentena, y que despidió a la comitiva entre a aplausos de los devotos y un recuerdo –todavía fresco– de todo lo pasado.