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a grúa acaba con la Casa Consistorial de Íscar en 1998. C. C.
Veinte años de una demolición polémica en Íscar

Veinte años de una demolición polémica en Íscar

Hoy se cumplen 290 años del derribo de la antigua Casa Consistorial

C. catalina

Íscar

Martes, 10 de julio 2018, 10:58

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Con algún incidente de escasa consideración, protagonizado por algunas personas contrarias al proyecto, que profirieron gritos contra la demolición y pusieron en estado de alerta a la Policía Local y Guardia Civil que patrullaban en la zona, la mañana del viernes 10 de julio 1998, hoy hace dos décadas, tenía lugar la demolición de la antigua Casa Consistorial de la villa.

El inmueble se derribaba para levantar en su lugar el actual Ayuntamiento, tras la adjudicación de las obras a la empresa constructora Ferrovial y después del levantamiento de la suspensión cautelar que decretó la Sala de lo Contencioso-Administrativo de Valladolid del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León tras el recurso presentado por el entonces concejal socialista Juan Ramón Sanz contra la aprobación del proyecto de demolición y ejecución en el pleno el mes de febrero de aquel año.

Desde primeras horas de la mañana los agentes procedieron a cortar el tráfico, así como a acordonar y vigilar la zona para evitar que transeúntes y curiosos accedieran al lugar donde los operarios llevaban a cabo los trabajos con la ayuda de una potente grúa, siempre bajo la atenta supervisión del arquitecto técnico municipal. La demolición se inició por la parte más alta del edificio, la torre de la que días antes se había retirado el nido de cigüeñas, así como toda la maquinaria, carrillón y esferas del reloj de la villa, tras ser abrazada en su perímetro con un grueso cable de acero, al que mediante el empuje del camión se vino abajo arrastrando en su caída a una parte de los arcos superiores centrales y del entramado de madera de los dos forjados que quedaron a la vista.

Sin duda la mayor expectación entre los muchos observadores que se repartían en las confluencias de las calles Antero García, General Franco y José Antonio con la Plaza Mayor, se produjo por el interés en comprobar si la fachada del histórico edificio consistorial contenía algún elemento arquitectónico oculto tras la capa de mortero que la recubría, aunque finalmente se pudo observar que se trataba simplemente de un construcción sencilla, realizada a base de ladrillo, relleno de cascote y adobe.

Un buen numero de curiosos armados con cámara fotográfica colgada al cuello captaron la imagen del que fue uno de los acontecimientos de aquel año en Íscar que muchos vecinos no olvidan.

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