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La manifestación más multitudinaria de los últimos años se celebró el pasado 8 de marzo, con motivo del Día de la Mujer. G. VILLAMIL
Valladolid redujo el pasado año a la mitad el número de protestas de los ciudadanos

Valladolid redujo el pasado año a la mitad el número de protestas de los ciudadanos

2016 se caracterizó por una conflictividad laboral alta, derivada de expedientes de regulación, cierres y negociaciones colectivas

CÉSAR R. CABRILLO

VALLADOLID

Domingo, 29 de julio 2018, 21:50

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Con datos del año 2017, y a tenor de las cifras facilitadas por la Subdelegación del Gobierno y la Policía de Valladolid, la capital y su provincia registraron la convocatoria de 223 actos de protesta, bien como concentración o como manifestación, si bien la gran mayoría tuvieron lugar en la propia capital. Una cifra alejada así de las 441 que se contabilizaron en el año 2016 y aún más de las 738 que sumaron en el año 2015. Una evolución descendente que parece marcar una rebaja en el malestar colectivo pero que en realidad hunde sus raíces en la menor relevancia de los conflictos laborales. Faustino Temprano, secretario general de UGT en Castilla y León, recuerda que en aquellos años «muchas concentraciones y manifestaciones que se convocaron fueron como consecuencia de negociación colectiva, de la propia negociación del convenio colectivo y de expedientes de empresas en crisis».

Las manifestación llegan a la provincia de la mano de Made

El conflicto laboral en Isowat Made, que afecta a más de un centenar de trabajadores, trasladó las protestas y reivindicaciones a las calles de la provincia, en concreto a las de Medina del Campo. Sus empleados, respaldados de familiares y de vecinos de la Villa de las Ferias, salieron a la calle para clamar por la continuidad de esta importante empresa en la localidad. En total, fueron en torno a un millar de personas las que recorrieron las céntricas calles de esta población medinense. También en Medina de Rioseco los trabajadores de Reydel convocaron huelga en enero como protesta por las condiciones laborales, aunque finalmente fue desconvocada.

Y es que 2016 fue un año difícil. En marzo se supo que Lactalis cerraba Lauki y en abril, que Mondelez pretendía clausurar Dulciora. Luego llegaron Sada, Lex Nova...

Según los datos, una de cada tres concentraciones convocadas en los últimos años están vinculadas con la conflictividad laboral. De tal forma que, según el secretario general de Comisiones Obreras en Castilla y León, Vicente Andrés, «cada vez se hace más evidente la desigualdad entre los trabajadores, a lo que hay que sumar leyes más lesivas y beneficiosas para quienes acumulan más riqueza». En este sentido, Andrés recuerda que estas manifestaciones vienen originadas porque «había un crecimiento económico en el país, pero no había un reparto de ese dinero, la precariedad seguía aumentando y los salarios bajando. En contrapunto, los beneficios empresariales se estaban disparando. Todo esto originó un malestar en la ciudadanía y los trabajadores que cristalizó en reivindicaciones de todos los colectivos».

Faustino Temprano, de UGT, recuerda que «durante el 2017 hubo bastantes movilizaciones más que afectaban al conjunto de la ciudadanía. En 2017 las que ha habido por el tema de las pensiones, también por la reclamación del acuerdo estatal de negocación colectiva... Pero han disminuido las de empresas o sectores concretos».

Protestas feministas

Un cambio de 'modelo' que sigue vigente en lo que va de 2018, con una cierta estabilidad en el empleo, como demuestra que la tasa de paro se ha situado al nivel de 2009 (11,79%).Incluso ha acompañado una cierta dosis de fortuna en el caso de Renault, abocado a suprimir el tercer turno y eliminar 450 puestos hasta que las ventas del Captur han permitido revertir la decisión.

Manifestación en favor de la sanidad pública.
Manifestación en favor de la sanidad pública. A. Mingueza

En lo que va de 2018, dos han sido las concentraciones o manifestaciones más multitudinarias y de mayor repercusión en la ciudad. Una de ellas tuvo lugar el 8 de Marzo, con motivo de la celebración del Día Internacional de la Mujer. En esta jornada, decenas de miles de vallisoletanos (en su mayoría mujeres) tomaron las calles de la ciudad en un día que pasará a la historia por la participación registrada, casi sin precedentes, y que vino precedida de la primera huelga de mujeres celebrada en el país, que también tuvo un amplísimo seguimiento. Brecha salarial, violencia machista o el techo de cristal fueron algunos de los motivos por los que las voces femeninas clamaron en una protesta histórica, también por las calles de Valladolid.

La segunda concentración de este tipo, que finalmente se tuvo que ampliar a manifestación por algunas calles del centro, tuvo lugar más recientemente, en concreto el pasado 22 de junio. Fue ese día cuando colectivos y organizaciones feministas se movilizaron para protestar por la puesta en libertad provisional –bajo fianza de 6.000 euros– para los cinco miembros de la conocida como 'La Manada', condenados a nueve años de cárcel por abuso sexual en el transcurso de las fiestas de San Fermín del año 2016.

En el caso de la Plataforma 8M Valladolid, una de las más activas de los últimos tiempos, consideran que el punto de inflexión de lo que hoy en día son los colectivos feministas se produjo el 7 de noviembre de 2015, con la creación de una plataforma a nivel estatal que permitió a todos los colectivos estar mejor coordinados, tanto, que desde entonces este movimiento, bajo su punto de vista, no ha parado de crecer y hacer demostraciones de poder, como quedó demostrado el pasado 8 de marzo, no solo en Valladolid, sino en toda España. Las calles de Valladolid aquel día fueron un fiel reflejo de la evolución de la sociedad, un auténtico éxito para reivindicar su lucha por la igualdad. «No queremos seguir en un mundo que no cuente con nosotras y por eso tenemos que manifestarnos», señalan desde el colectivo.

Los temas que afectan a los derechos de las mujeres, a la igualdad y a la violencia de género y al ámbito laboral han sido así en lo que va de 2018 los más reivindicativos en las calles vallisoletanas. Pero ha habido otros.

Bachilleres de toda la comunidad protestaron para pedir una EBAU justa.
Bachilleres de toda la comunidad protestaron para pedir una EBAU justa. G. Villamil

La prueba de la EBAU, que sacó a los estudiantes a las calles el pasado mes de marzo, las protestas de los Policías Nacionales por la equiparación salarial y hasta una concentración de apoyo en el Arzobispado hacia el expárroco de Villalón de Campos han sido otros de los actos reivindicativos programados a lo largo de este 2018. Sin olvidar la manifestación a favor de la Sanidad Pública, que sacó a varios miles de vallisoletanos a la calle el pasado mes de enero.

En el caso del año 2017 hubo otra inquietud entre los vallisoletanos que les llevó a tomar las calles en varias ocasiones. Se trata del polémico soterramiento de las vías del tren a su paso por la ciudad, reivindicación que lideran algunos de los barrios de la zona este de la ciudad para evitar la división del casco urbano y protestar, a su vez, por el cierre del paso a nivel de Pilarica hace ya casi dos años.

El año 2017 también será recordado por las reivindicaciones salariales, sobre puestos de trabajo y de índole social, especialmente con los refugiados durante la crisis migratoria de Siria. Fue precisamente en septiembre de ese año cuando dos concentraciones de ideas completamente opuestas, una por la unidad de España y otra del Colectivo Indignado sobre políticas vinculadas con la inmigración, chocaron en la Plaza Mayor y se tuvo que desalojar a una de ellas por su seguridad.

Desde el colectivo a favor del soterramiento en Valladolid aseguran que las motivaciones de sus reiteradas movilizaciones siguen siendo las mismas por las que nacieron. En primer lugar, que el trazado férreo discurra por el subsuelo para «eliminar barreras y conformar un nuevo urbanismo en el que la ciudad por fin deje de estar dividida por las vías del tren». Esto favorecería la cohesión, la convivencia y mejoraría las condiciones de vida de miles de familias que residen en barrios como La Pilarica, Delicias o Pajarillos. El colectivo centra así sus medidas de presión sobre el Ayuntamiento de Valladolid, ADIF y el Ministerio de Fomento, al que consideran que «ha mirado hacia otro lado».

A día de hoy, el soterramiento sigue siendo un tema que prácticamente protagoniza el debate en cada pleno municipal, pero la decisión de integrar las vías en superficie sigue vigente a la espera de que el alcalde se reúna con el nuevo ministro de Fomento para estudiar la forma más viable de afrontar un asunto que ha llevado ante los tribunales al exalcalde de Valladolid, Francisco Javier León de la Riva.

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