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Varias personas acceden a la primera aeronave de la compañía que partía desde Vllanubla hasta El Prat, este martes. Rodrigo Jiménez

Valladolid recupera el vuelo a Barcelona con 275 pasajeros: «Me supone más ahorro y menos tiempo de viaje»

Vueling, que dejó de operar en mayo de 2024 en el aeropuerto local, ha retomado este martes la ruta que une la provincia con El Prat con una buena acogida entre los pasajeros, que celebran el retorno

Jenifer Santarén

Valladolid

Martes, 28 de octubre 2025, 19:27

Vueling ya surca de nuevo los cielos de Valladolid. A las 14:55 horas de este martes despegaba desde el aeropuerto de Villanubla el primer ... avión con destino a Barcelona de la aerolínea catalana, casi un año y medio después de que cesaran sus operaciones en este mismo aeródromo a finales de mayo de 2024 tras más de una década de explotación. Con un total de 137 pasajeros a bordo de un Airbus 320 con capacidad para 180 y, por ende, con una ocupación del 76% de las plazas, la compañía retomaba así la conexión con la ciudad condal, ocupando el lugar que dejó Ryanair el pasado mes de marzo tras una batalla con AENA por las tasas aeroportuarias, que dejó sin esta ruta a cientos de pasajeros que la utilizaban semanalmente y una caída de usuarios de más del 60%.

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Durante los siete meses que han carecido de vuelos han tenido que buscarse las vueltas y los trenes para conectar con ambas provincias, como han señalado la mayoría de pasajeros, que hoy celebraban que se haya recuperado esta ruta que utilizan por trabajo, para visitas familiares o para ambas cosas. Es el caso de Guillermo Rodríguez, de 25 años, vallisoletano de nacimiento pero residente en la ciudad condal desde hace casi un año.

Es de los últimos en enfilar hacia las cintas que marcan el camino a un control de seguridad en el que decenas de personas hacían cola minutos antes tras la primera llamada para el embarque, una hora antes del despegue. Apura los minutos para estar con su padre, que lo acompaña, en una de las «cinco o seis» visitas familiares que hace anualmente. Vino hace unos días en tren, pero regresa de nuevo por aire. «Me supone más ahorro y menos tiempo de viaje», explica, sobre las ventajas de partir de Villanubla, con un pasaje que le ha costado cerca de 56 euros, frente a los más de 70 que se gastó en la ida, transbordo en Chamartín y tren hasta Campo Grande incluidos.

En la misma cola esperaban su turno Eugenio Guzmán y su hijo, padre e hijo de 41 y cinco años, que se disponen a tomar un vuelo cuyo retorno celebran. La familia siempre es el motor principal para coger esta ruta, aunque en esta ocasión ver jugar al Barcelona el domingo es otro de los alicientes. «Suelo viajar dos o tres veces al año para visitar familia y también nos gusta ir a ver el fútbol. Cuando lo quitaron me tocó hacer una visita en tren y esto es más cómodo», explica el progenitor.

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Con mayor entusiasmo celebra la vuelta de la aerolínea Mari Carmen, charra de 57 años. El cierre de la ruta le supuso «mucho trastorno» pues tenía que desplazarse desde Salamanca hasta Madrid en tren y de ahí llegar hasta las terminales de Barajas. Un recorrido mucho más tedioso que coger el coche hasta Villanubla para un destino al que acude con cierta regularidad, unas seis veces al año. «Fue mi hija la que me propuso coger este vuelo inaugural, estoy muy contenta de poder volar otra vez hasta aquí», replica, un paso más atrás, Jersina Guzmán, una italiana de 60 años con familia en Valladolid, que necesita llegar a Barcelona para emprender desde allí el regreso a casa. Un trayecto que con anterioridad hacía con Ryanair.

«He estado viniendo en tren hasta Madrid y con lo mal comunicado que está era un problema»

Teresa Mampero

Usuaria de la línea

Poco antes de las 14 horas aterrizaban en la misma aeronave otras 138 personas, procedentes del Aeropuerto de El Prat. Un total de 275 personas que se han hecho notar en las inmediaciones de la terminal, con un ambiente más animado en el que también se palpaban algunas sensaciones agridulces. Estadísticamente, la mejoría es notable. Según datos de AENA, de media, un total de 221 personas han tomado vuelos diariamente en este aeródromo, por lo que la mejora ya es significativa, sin tener en cuenta las operaciones de Binter, que conecta la provincia con el archipiélago canario o los vuelos chárter. Los negocios de la terminal esperaban que ambos vuelos tuvieran plena ocupación, pero no ha sido así.

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«Sí que notamos muchísimo la salida de Ryanair, pero en general hoy lo veo parecido a otros días que hay vuelos del Club de los 60 o los de Binter», aprecia una trabajadora del Duty Free. Algo que achaca a que «no todo el mundo» sabe aún que se haya retomado esta actividad en la terminal vallisoletana. «De momento está todo muy tranquilo», coincide César Carreras, el empresario que tiene la concesión de la cafetería. En marzo, tras el cierre de la ruta, sufrió una caída en la facturación del 80%, por lo que se vio obligado a despedir a sus tres trabajadores para quedarse solo al frente de un negocio que desde entonces solo abre dos o tres días «unas pocas horas», en función de los vuelos de la jornada.

Menú casero y precios populares

«Hay que darle un poco de tiempo», reflexiona, a la par que concede que ya ha habido gente que le ha pedido «platos calientes» para alimentar el estómago tras el vuelo de una hora que procedía de Barcelona, aunque de momento la apuesta pasa por pinchos y bocadillos. Si la cosa se va animando, se plantean volver al menú diario «casero» y a «precios populares», algo poco usual en un aeropuerto. Por el momento se conforma con volver a atender todos los días para dar servicio a los vuelos, con un horario adaptado a las salidas y llegadas. A su lado, un trabajador lava con garbo las vajillas de café. Animado por el retorno de la ruta, ha vuelto a contratar a una persona.

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Ya cercanas las tres de la tarde, en las mesas del establecimiento unas siete personas hacen gasto para ver el despegue del vuelo en el que viajan sus familiares. Junto a la cristalera que da a la pista está Carmen Alonso, de 57 años. Quien está a bordo del avión es su madre Eufimia, que a sus 83 años viaja regularmente a Barcelona para visitar a otro retoño. Para ella el regreso de Vueling es, más que una buena noticia, una tranquilidad. Dada la avanzada edad de su progenitora, ir a visitar a su hijo tren mediante era todo un engorro, por lo que implicaba acompañarla hasta Madrid y que llegara bien a pista en un aeropuerto de esa magnitud, para lo que tenían que hacer uso del servicio de asistencia. De esta forma, ha podido dejarla directamente a escasos metros del avión. «Así es más fácil, ahora allí ya la recoge mi hermano», precisa.

El retorno de la compañía a Valladolid este martes coincidía con la celebración de la 70ª edición de la Seminci, por lo que entre las expectativas de algunos pasajeros estaba la de ver algún rostro famoso. «Pensaba que igual venía alguien, pero no he visto a nadie conocido», bromea Teresa Mampero, de 70 años, natural de Barcelona. Estará de visita en Valladolid para ver a su hermana y dentro de una semana, cuando tenga que coger el tren de vuelta, lo hará desde esta misma terminal. «Yo usaba indistintamente Ryanair y Vueling, dependiendo de los horarios, pero cuando estaban operando las dos prefería Vueling, el personal es más amable», celebra Mampero, que ya tiene sus billetes para volver en Navidades. «He estado viniendo en tren hasta Madrid y con lo mal comunicado que está era un problema», incide.

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Más frecuencias

Pese a la buena acogida general, no todo han sido satisfacciones. Olga Sanz, residente en Stuttgart, Alemania, ha sido una de las últimas personas en abandonar la terminal, acompañada por sus suegros, fruto de un extravío. «El vuelo muy bien pero me han perdido el carro del niño en el transbordo a Barcelona», lamentaba esta germana de 34 años, que ha volado acompañada de sus dos pequeños de ocho meses y dos años. Pese al incidente, celebra también la vuelta de esta conexión, ya que le facilita mucho las cosas evitando el desvío hacia Madrid, al carecer de vuelos directos. «Me gustaría que hubiera más frecuencias, conozco a otras dos parejas de Valladolid que viven allí y les vendría bien tener más vuelos», pide.

El regreso de la aerolínea se confirmaba el pasado mes de septiembre, con precios que oscilan entre los 21 y los 75 euros por trayecto, en función de la antelación de compra y las fechas escogidas. Vuelve con tres frecuencias semanales durante la temporada de invierno (a priori, entre octubre y febrero). En concreto, los martes la salida está prevista a las 13 horas desde Barcelona y el despegue de Villanubla a las 16 horas. Los jueves el primer vuelo partirá desde la ciudad condal a las 13:40 horas y dos horas más tarde regresará desde Valladolid. Mientras que los sábados parte desde El Prat a las 16 horas y desde Valladolid a las 18:05 horas.

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