Valladolid se prepara para Halloween: estos son los disfraces que triunfarán este 31 de octubre
El precio medio ronda los veinticinco euros, pero los complementos pueden incrementar el coste hasta los cincuenta
Valladolid se prepara para vivir la noche más escalofriante, y también una de las más divertidas del año. Halloween llenará las calles de la capital ... de disfraces, algunos aterradores y otros basados en las influencias más destacadas del momento, desde máscaras con el rostro de líderes políticos mundiales hasta personajes de cine o que se han vuelto virales en las redes sociales. En los escaparates de los comercios locales cuelgan desde hace algunas semanas murciélagos y telarañas, mientras que las monstruosas calabazas esperan a los clientes para adentrarles en una celebración que tiene como parte esencial la búsqueda del disfraz ideal.
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Esqueletos, un teléfono con forma de calavera e incluso cabezas colgando del techo son algunas de las infinitas decoraciones que reciben a los visitantes de la tienda Disfraces Carnaval. Ubicada en la calle Guadamacileros 6, lleva 40 años ofreciendo una gran variedad de disfraces a los vallisoletanos –con venta presencial y a través de su página web– para que por una noche jueguen a ser otros. El establecimiento no siempre ha estado en la misma ubicación, ya que durante 15 años el negocio se encontraba en el pasaje Federico Wattenberg.
«Halloween cada año va a más» en Valladolid, explica una de sus propietarias, Patricia Guerra. «A lo mejor Carnaval se ha quedado más estacionada o las navidades se han vuelto más diversas y hay menos pastorcillos», pero la noche de miedo sigue sumando adeptos, aunque muy lejos del arraigo que esta celebración tiene en Estados Unidos, «donde la han elevado a la enésima potencia, como todo lo que tocan», subraya Guerra, quien añade que «para ellos es su carnaval y es lógico que sea su gran fiesta».
Los más buscados
Entre los disfraces más buscados en la capital vallisoletana, hay unos claros ganadores. «Este año hemos vuelto al payaso de IT, 'Pennywise', pero en versión femenina. Las niñas nos lo están demandando mucho», señala la copropietaria de la tienda, que reconoce no saber el porqué de esta elección, ya que normalmente las peticiones más repetidas suelen coincidir con los estrenos de series y películas. Es el caso de la perturbante Miércoles Addams –la segunda temporada de la serie salió hace un mes–, otro de los disfraces que serán tendencia este Halloween. Los clientes también buscan atuendos de 'El juego del calamar' aunque «el año pasado pegó mucho porque se estrenó la segunda temporada y este un poco menos».
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«A los chicos les gustan las máscaras, pero son más incómodas, la verdad. Tienen otro estilo», explica Patricia Guerra mientras enseña alguna de las más demandadas, como las de 'Saw' y 'Leatherface' ('Cara de cuero'). Las máscaras suelen estar ambientadas en los personajes de terror de las películas y cada año incorporan algún detalle que las distinga de las demás. «Este año, en vez de la normal, se lleva la que tiene luz». Una de las novedades para este 31 de octubre es una especie de capucha negra semitrasparente con un dibujo en su parte delantera: «Es muy cómoda porque te la pones y quitas con facilidad y hay muchas imágenes diferentes».
Para los más pequeños, los disfraces de moda se mantienen respecto a años anteriores. «Las niñas van de brujita o vampiresa y los niños de momia o vampiro», señala Guerra, quien apunta que también «hay trajes un poco más especiales, hinchables, en los que te atrapa un alienígena por detrás y son efectos muy graciosos corriendo». Este último también es demandado por los adultos.
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«Hay tantas cosas para completar el disfraz que puedes pasar de los veinte a los cincuenta euros»
Patricia Guerra
Copropietaria de Disfraces Carnaval
El precio medio de los disfraces ronda los veinticinco euros, «aunque alguno es más caro que otro». Pero lo que suele incrementar el coste para la noche de Halloween son los complementos. «Si le metes unas lentillas de colores o una máscara, le vas subiendo el precio. Hay joyería, hay tantas cosas para completar el disfraz que puedes pasar de los veinte a los cincuenta euros en un momento», menciona mientras enseña unos pendientes con forma de calabaza que cuelgan de sus orejas. También enumera las opciones que hay para deformar la cara y crear auténticas obras dignas de aparecer en las grandes pantallas. «Los efectos especiales en sangre, el látex líquido y en pasta para hacer deformaciones...».
En la tienda de la calle Guadamacileros no se olvidan de los animales, y también tienen diversos atuendos para que las mascotas se vistan de acuerdo con la ocasión. «Para perros, el más demandado es el de Drácula», señala Guerra, quien explica que también tienen disfraces para el resto del año.
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Cada vez más popular
A diferencia de lo que se piensa, la tradición de Hallowen no nace en Estados Unidos, sino que fue implantada en el país americano por los inmigrantes europeos que se desplazaron a esas tierras en busca de trabajo. Su origen radica en un antiguo festival celta llamado 'Samhain', que festejaba el final del verano y el comienzo del año nuevo celta. Los que celebraban este rito creían que durante la noche del 31 de octubre los espíritus de aquellos que habían muerto podían deambular libremente por el mundo de los vivos. Por ese entonces, la gente utilizaba máscaras como forma de protección ante los espectros. Aquel uso nada tiene que ver con el actual, que es para asustar y causar pánico entre los valientes que se animan a celebrar esta festividad.
En sus orígenes, esta fiesta no tenía mucho arraigo en España –a excepción de ciertas zonas del norte peninsular como Galicia o Asturias por sus raíces y pasados celtas–, pero con el paso del tiempo ha ido haciéndose un hueco importante en el calendario festivo nacional. En Valladolid, todo apunta a que esta fiesta no cuajó durante los primeros años del siglo XXI y no era de buen agrado para muchos. Así lo hacía saber el articulista de El Norte de Castilla José A. Gómez Municio en las páginas del periódico. «Aquí en Castilla celebrar las fiestas de Jalogüin debería ser delito perseguido por el Seprona, pues es casi un delito contra el medio ambiente cultural, teniendo como tenemos tan larga y rica tradición de arte y literatura, especialmente la barroca, que recuerda la muerte (pues de eso trata esta festividad, no lo olvidemos) de una manera mucho más sutil y misteriosa que toda esta payasada de la sangre y los colmillos que no es más que una estilización de la nada. ¿Y qué decir de las majestuosas leyendas de Bécquer, o incluso de Zorrilla, pasando por supuesto por la mágica tradición galaica?», escribía el 2 de noviembre de 2003.
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Con el paso de los años, la tradición ha ido cambiando considerablemente, de atuendos negros junto a farolillos que guiaban a los muertos en su desfile hacia los cementerios a terroríficas vestimentas que emulan a los personajes más temidos de la industria del cine. Desde el vil asesino en serie 'Leatherface' hasta el ingenioso y manipulador 'Saw', uno de los personajes más crueles por la dureza de sus juegos y por su descaro para desafiar a los policías que investigan sus asesinatos. Muñecas embrujadas que buscan un cuerpo humano para poseer, peligrosos payasos que acechan a sus presas en las alcantarillas o criaturas sanguinarias con forma de flor e infinidad de afilados dientes serán algunos de los entes que vagaran por las calles de Valladolid este 31 de octubre buscando a su próxima presa.
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