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La nueva zona ORA se aplica desde este lunes en el entorno de Vadillos y La Rondilla. Rodrigo Jiménez

La ORA de Vadillos y La Rondilla de Valladolid no multará hasta la próxima semana

El primer día de estas dos nuevas zonas de estacionamiento regulado deja una panorámica inusual, con largas zonas de aparcamiento vacías

Eva Esteban

Valladolid

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Martes, 2 de julio 2019, 07:16

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Día 1. Lunes, 1 de julio. Nueve de la mañana. Las líneas azules, verdes y verdiblancas están a punto. Los parquímetros esperan a que se introduzcan monedas en su ranura para imprimir el tique que autoriza a aparcar en los entornos de Vadillos y del paseo del Renacimiento, en La Rondilla. La ampliación de la ORA a estas zonas ya es una realidad. Ahora, quienes quieran estacionar su vehículo en esas calles tendrán que pagar, convertir en cotidiano el ritual de acercarse una o más veces a una de estas máquinas a lo largo de día. Las tarjetas de residentes que vecinos y comerciantes pueden solicitar desde el pasado 27 de mayo también están activadas. Son las 13:15 horas. Queda menos de una hora para que concluya el primer turno de mañana del estacionamiento regulado y la panorámica que ofrece la calle Veinte Metros, una de las principales arterias de la zona, entre la Plaza Circular y la Plaza de Vadillos, parece más propia del mes de agosto. Algo insólito: largas zonas de aparcamiento vacías por ambos márgenes de la vía.

No todos los coches tienen colocados en la luna el billete que certifica que han pagado la ORA, pero de momento, y hasta la «próxima semana», tal y como confirma el concejal de Movilidad y Espacio Urbano, Luis Vélez, no comenzarán a multar. Tan solo se colocará una nota informativa en la que se advierte al conductor que ha estacionado en una «nueva zona regulada» y, por tanto, «su vehículo deberá tener el correspondiente tique de estacionamiento válido o la autorización de residente». No estar en posesión de ellos, reza el escrito, «es una infracción que podrá ser denunciada por el personal de control».

«Esta semana la emplearemos en información y concienciación», sostiene. También faltan por dar los últimos coletazos, pulir detalles que hoy mismo estarán subsanados. Por ejemplo, aún quedan tramos por pintar en calles como Industrias o el Paseo del Renacimiento.

Las escasas plazas que permanecen ocupadas están a la sombra. «No he visto esto así nunca», sentencia Carlos Fernández, vecino y dueño del bar Sanlúcar, enclavado en Veinte Metros. «Antes», dice, esa estampa era «imposible». No había manera de aparcar en «ningún sitio». Ahora, el hecho de que la gente «pueda estacionar su coche» prácticamente en «cualquier lugar» cree que puede beneficiar a su negocio. «La nueva ORA está bastante bien. Si la gente puede venir a aparcar por aquí cerca pues ya es algo», asegura.

Al otro lado de la vía

Hacía tiempo que María Olga Rodríguez, residente en la calle Isaac Quintero, no veía un panorama «así de vacío». «Esta mañana me he asomado a la calle y he pensado: ha pasado algo, pero luego me he dado cuenta que era por la ORA», subraya. Reconoce que la ampliación de la ORA no le afecta porque tiene plaza de garaje, pero a familiares y amigos sí y, según cuenta, están de acuerdo en la medida. «Está muy bien porque hay muy pocos aparcamientos», incide. «Había gente que abusaba, que como no costaba dinero dejaba el coche aparcado durante días», continúa.

Los vecinos opinan

«Antes no había manera de aparcar en ningún sitio, era imposible»

carlos fernández, dueño del bar sanlúcar

«Hay gente que abusaba, que como no cuesta dejaba el coche durante días»

maría olga rodríguez, vecina

«Es un barrio que está muy a las afueras; no creo que fuera muy necesario hacerlo»

josé antonio padilla, dueño de padilla fotógrafos

Pero no todos los vecinos y comerciantes están de acuerdo con la aplicación del estacionamiento regulado. A José Julio de la Rosa, agente comercial en la zona, le parece «correcto, sobre todo de cara a los vecinos porque será la única forma de la que puedan aparcar durante el día». A otros como Rosa Quilce, residente en la zona, o a José Antonio Padilla, dueño de Padilla Fotógrafos, negocio ubicado a escasos metros de la Plaza Vadillos, les parece «fatal». «Me parece fatal. ¿Qué quieren, que nos metamos los coches en los bolsillos y los llevemos a casa? Porque es lo único que nos falta», lamenta Rosa.

«Es un barrio que está muy a las afueras y no creo que sea muy importante ni necesario que se hiciera», añade José Antonio. Aún es «muy pronto», dice, para saber si «beneficiará o afectará» a los comercios, aunque a él, a nivel personal, sí le repercute. «Ahora mi sitio habitual de aparcamiento es al otro lado de la vía. Tampoco pasa nada por venir diez minutitos antes andando,el único problema es cuando tengamos que salir a hacer algún trabajo con material de fotografía muy pesado, pero nos acabaremos acostumbrando, no queda otra», concluye el fotógrafo.

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