Así puede verse 'Villadolid' en el renovado mapa de los Médici en Florencia

Valladolid no es Valladolid, sino que aparece en el mapa como Villadolid. Olmedo es Olmeda. Boecillo es Boezillo. Y Mojados, Mojadas. Este baile de letras modifica los nombres que recibían varias localidades de la provincia en una de las colecciones cartográficas más importantes del mundo. Son 53 paneles geográficos, pintados al óleo entre 1564 y 1586, que reflejan el planeta entero, tal y como se conocía a mediados y finales del siglo XVI. Uno de esos mapas (pintado en 1577) está dedicado a la Península Ibérica. Y claro, ahí ocupa un lugar destacado Valladolid (Villadolid) y su Castilla La Vieja (como aparece rotulado en letras rojas).

Esta valiosa colección, que se exhibe de nuevo al público en el Palazzo Vecchio, fue un encargo de Cosme I, el gran patriarca de los Médici, la famosa familia de banqueros que convirtió Florencia en núcleo de poder y epicentro artístico del Renacimiento. Ahora, después de una minuciosa restauración que ha durado tres años, estos mapas lucen de nuevo en su espacio original, la Sala de los Mapas, donde regresaron a finales del pasado mes de noviembre.

La historia de esta habitación, ubicada en uno de los palacios más visitados de Florencia, se remonta al momento en el que la familia Médici se trasladó allí. Cosme I encargó a Giorgio Vasari, uno de los arquitectos y pintores más reputados de la época (autor de la Galería de los Uffizi), el diseño de una habitación que, en el Palazzo Vecchio, tuviera un doble uso. Por un lado, quería que fuera una suerte de almacén, con grandes armarios y estanterías. Por otro lado, le pidió que esa estancia rindiera homenaje a dos de sus grandes pasiones, la geografía y la astronomía. Era una forma no solo de representar en una sola habitación el mundo entero, sino también de simbolizar la figura de Cosme I como señor del universo.

Vasari trabajó en este cuarto entre 1561 y 1565. Para responder al primer encargo, mandó construir trece monumentales armarios con madera de nogal, que fueron ejecutados entre 1564 y 1571 por Dionigi di Matteo Nigetti. En un primer momento, se concibieron como muebles para guardar tapices y cortinas, pero muy pronto también ahí se comenzaron a almacenar piezas de oro y plata, además de armas.

El proyecto contemplaba la elaboración de 57 paneles geográficos, de los que se conservan 53. Los treinta primeros fueron pintados por el fraile dominico Egnazio Danti, que los elaboró entre 1564 y 1575. Como fuente de inspiración se basó en los mapas de la Geografía de Ptolomeo (obra del siglo II), pero los actualizó no solo para recoger la tipología de la época, sino también para incluir los nuevos territorios descubiertos en los siglos posteriores, con América y la exploración de la costa de África como principales novedades.

Danti cedió el testigo de la labor cartográfica al monje olivetano Stefano Bonsignori, que hizo otros 23 mapas entre 1575 y 1586. Uno de los primeros paneles de esta nueva serie (elaborado en 1577) es el dedicado a la Península Ibérica, en el que figura Valladolid. Aqui ya, bajo el encargo de Francisco I (hijo de Cosme).

Estos mapas de Bonsignori destacan porque su autor utilizó un óleo más opaco, que recuerda a las técnicas pictóricas de la época, mientras que los mapas de Danti presentaban un estilo similar a la pintura en miniatura, que evocaban los manuscritos iluminados, tal y como explicaron en noviembre los responsables de la restauración. La recuperación de esta sala ha incluido además la instalación de un nuevo sistema de iluminación LED, así como una página web que permite la exploración interactiva de los mapas. Para los trabajos de recuperación de los paneles, se trasladaron a la Sala de la Cancillería, mientras que la intervención sobre el globo terráqueo que decora la sala se tuvo que acometer 'in situ'. Aunque el globo original era de Egnazio Danti (como la primera serie de mapas), el actual es una reconstrucción completa que Matteo Neroni acometió apenas unos años después (entre 1605 y 1613), con lapislázuli azul para los mares y las tierras, con dorado y malaquita.

Una vez concluida esta restauración que ha durado tres años, el Palazzio Vecchio de Florencia vuelve a presumir de esta colección de mapas donde 'Villadolid' aparece reflejado junto a otras localidades de su entorno. Así, aparecen Monasterio de la Vega, Villalón, Moral de la Reina, Medina de Rioseco, Tordesillas, Villalar, Rodilana, Medina del Campo, 'Ataqnes', Ventosa… y, en el valle del Esgueva, Villabáñez, Renedo, Castrillo, Tórtoles o Bahabón. En algunos puntos, junto al municipio se ven las miniaturas de fortalezas, como en el caso de Peñafiel.

Los mapas no solo recogen los puntos geográficos, sino que también incluyen cartelas donde repasan los principales hitos históricos de cada uno de los territorios. En el caso de España, se dice que «fue habitada en el año 12 del reinado de Nimrod y 1.800 después de la creación del mundo» y que recibió el nombre de Hispania «aproximadamente en el año 2.300 después de la creación». Cuenta ese texto que el territorio quedó casi abandonado por una gran sequía que duró 26 años, al que siguió un incendio «que destruyó grandes cantidades de oro» y un terremoto. «Al regresar los españoles tras la sequía, no tenían a nadie que los gobernara como antes y los cartagineses llegaron con la intención de apoderarse del territorio. Tras largas guerras, lo dejaron en manos de los romanos para que lo conquistaran».

Ese texto recuerda que el apóstol Santiago y sus discípulos predicaron el Evangelio, «dando grandes frutos». Después de repasar las invasiones godas y musulmanas, apunta que el rey católico Fernando [en ningún momento se nombra a Isabel] tomó de nuevo el país bajo su control. «Aún domina no solo una parte de Italia y las islas de Sicilia y Cerdeña, sino que descubrió el Nuevo Mundo y adquirió parte de él». El texto remata que España «contiene cinco reinos, 21 duques, veinte marqueses, sesenta condes y siete vizcondes. Es muy rico en bienes eclesiásticos, pues cuenta con nueve arzobispos y 48 obispos con grandes ingresos».